Los medios de comunicación digitales o impresos, cumplen un papel importante dentro de la sociedad contemporánea, toda vez que dan a conocer los hechos noticiosos del día a día, su análisis, sus pronósticos, teniendo siempre como finalidad que el lector quede bien informado. Para lograr dicho cometido, se requiere un periodismo libre, “sin censura”, donde no se pongan cortapisas a la libertad de expresión.
No obstante, se exige por parte de quien ejerce el periodismo, seriedad, objetividad y respeto, siendo estos pilares fundamentales para ejercer con decoro este noble oficio. Es justamente eso lo que ha caracterizado este medio, del cual hago parte desde hace más de una década, cuándo tuve la osadía de solicitarle a la insigne periodista Ana María Ferrer que me diera la oportunidad de escribir en una columna de opinión que por aquel entonces se llamó: “Entre otras cosas”. Nombre inspirado en una muletilla muy característica del médico Gil Aguancha Jiménez (q.e.p.d.).
Hoy sábado, cuando abro la sección de opinión, me sorprendió gratamente leer la columna de Juan Carlos Mendoza sacerdote de esta diócesis, a quien le tributo un profundo respeto y una gran admiración por la forma tan original de llegarle a la gente, de transmitir la buena noticia, haciendo uso de un muy dosificado humor, y con la alegría del que se sabe hijo de Dios.
Es que para opinar no es necesario acudir a frases rebuscadas que antes de aclarar conceptos lo que logran es confundir a las personas, la sencillez en el uso del lenguaje es la premisa básica, y eso lo sabe bien nuestro presbítero. El ejemplo nos lo dio el Maestro, cuando explicaba desde la sencillez de lo cotidiano, su doctrina, sirvan de ejemplo: La parábola del sembrador, el hijo pródigo, el grano de mostaza etc.
Pero no quiero terminar estas líneas, sin antes felicitar a nuestra directora Ana María Ferrer por la oportunidad que le brinda a Juan Carlos Mendoza, pues tengo la absoluta seguridad que incrementará el número de lectores, sedientos de leer la buena nueva, pero de la pluma ágil, amena y versátil del nuevo miembro de la familia pilonera.
Damos pues, la bienvenida al sacerdote Juan Carlos Mendoza y le deseamos, desde ya, los mejores éxitos en su labor pastoral. Se da por descontado que sus escritos estarán llenos del carisma con que el Buen Hacedor lo ha premiado. ¡Que así sea!
darioarregoces@hotmail.com