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Columnista - 6 mayo, 2012

Ay… que bonita que es la vida

Por: Luis Rafael Nieto Pardo Defensor público nietopardoluisrafael@latinmail.com   De verdad que uno no alcanza a entender el fenómeno tan macabro que nos viene azotando en los últimos meses y días; pues no pasa uno solo día sin que la prensa o la radio no den rienda suelta a su morbosidad Pues bien amigos, el […]

Por: Luis Rafael Nieto Pardo

Defensor público

nietopardoluisrafael@latinmail.com

 

De verdad que uno no alcanza a entender el fenómeno tan macabro que nos viene azotando en los últimos meses y días; pues no pasa uno solo día sin que la prensa o la radio no den rienda suelta a su morbosidad

Pues bien amigos, el fenómeno es ya muy preocupante; sobre todo porque, según parece, a los jóvenes no se les ha ilustrado lo suficiente, yo me atrevería a decir que ni en lo mas mínimo, acerca del valor del derecho fundamental a la vida.  Y si no, juzguen y analicen ustedes el porqué de tal fenómeno.

Una anciana de 86 años, íngrima y abandonada de hijos y de familia; pero que a pesar de esa adversidad “vive”, si así puede decirse, en un vetusto kiosco de madera de escasos un metro y 86 centímetros cuadrados, a la vera de una calle de barrio en Cartagena, desde hace más de veinte años;  pero aun así vive sonreída y añora seguir viviendo, rodeada del cariño y el respeto de sus vecinos y transeúntes.

Entonces, cuando hablo de falta de difusión e ilustración sobre el tema de la vida, me refiero a que, según el tomo sobre derechos humanos y derecho internacional humanitario y otros; según el comité de derechos humanos y concretamente en el artículo sexto, referente al derecho a la vida, se dice que, todos los informes de los Estados Partes (y Colombia hace parte de dicho comité), se han ocupado del derecho a la vida enunciado en el articulo sexto del pacto que “…se trata del derecho supremo respecto del cual no se autoriza suspensión alguna, ni siquiera en situaciones excepcionales que pongan en peligro la vida de la Nación (art. 4º)… y agrega: “…se trata de un derecho que no debe interpretarse en un sentido restrictivo.  A renglón seguido, en el numeral segundo agrega: “… el comité observa que la guerra y otros actos de violencia masiva siguen siendo un flagelo de la humanidad que arrebata cada año la vida de millares de seres humanos inocentes.  La carta de las Naciones Unidas prohíbe ya la amenaza o el uso de la fuerza por un estado contra otro, salvo en ejercicio del derecho intrínseco de la defensa propia.  También se estima que los estados tienen la suprema obligación de evitar las guerras, los actos de genocidio y demás actos de violencia de masas que causan la pérdida arbitraria de vidas humanas”.

Por último, el Comité reitera que, cuanto se esfuerce y realicen para evitar el peligro y para fortalecer la paz y seguridad internacionales, constituirá la condición y garantías más importantes para la protección del derecho a la vida.

Siendo ello así, es decir, tanto devanarse el hombre los sesos ideando y craneando leyes y reglamentos, para proteger el derecho a la vida de todos los seres humanos del planeta tierra;  no se puede entonces permitir que “irresponsablemente”, sobre todo los jóvenes estén atentando diariamente contra tal derecho fundamental.  Y, si todo se debe a falta de información, divulgación y estímulo para que la conserven (la Vida) y no sigan atentando contra ella;  entonces los mayores y las autoridades estamos en la imperiosa necesidad y obligación de asumir la tarea de enseñarles lo bella y hermosa que es, a pesar de las adversidades y angustias;  de lo contrario se nos deben imponer las sanciones morales pertinentes por no corresponder al bien que se nos demanda.

Entonces, compañeros, a trabajar duro y parejo para hacerle entender a nuestra juventud que en verdad la vida es muy bonita y, que a pesar de los pesares, siempre hay alguien que nos quiere y que nos mima….

Gracias a la policía y todos los demás estamentos que tienen que ver con la seguridad de la ciudad, propios y foráneos disfrutamos el Festival Vallenato en su versión 45 sanamente y con respeto por los demás, Ay hombe.

Columnista
6 mayo, 2012

Ay… que bonita que es la vida

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Rafael Nieto Pardo

Por: Luis Rafael Nieto Pardo Defensor público nietopardoluisrafael@latinmail.com   De verdad que uno no alcanza a entender el fenómeno tan macabro que nos viene azotando en los últimos meses y días; pues no pasa uno solo día sin que la prensa o la radio no den rienda suelta a su morbosidad Pues bien amigos, el […]


Por: Luis Rafael Nieto Pardo

Defensor público

nietopardoluisrafael@latinmail.com

 

De verdad que uno no alcanza a entender el fenómeno tan macabro que nos viene azotando en los últimos meses y días; pues no pasa uno solo día sin que la prensa o la radio no den rienda suelta a su morbosidad

Pues bien amigos, el fenómeno es ya muy preocupante; sobre todo porque, según parece, a los jóvenes no se les ha ilustrado lo suficiente, yo me atrevería a decir que ni en lo mas mínimo, acerca del valor del derecho fundamental a la vida.  Y si no, juzguen y analicen ustedes el porqué de tal fenómeno.

Una anciana de 86 años, íngrima y abandonada de hijos y de familia; pero que a pesar de esa adversidad “vive”, si así puede decirse, en un vetusto kiosco de madera de escasos un metro y 86 centímetros cuadrados, a la vera de una calle de barrio en Cartagena, desde hace más de veinte años;  pero aun así vive sonreída y añora seguir viviendo, rodeada del cariño y el respeto de sus vecinos y transeúntes.

Entonces, cuando hablo de falta de difusión e ilustración sobre el tema de la vida, me refiero a que, según el tomo sobre derechos humanos y derecho internacional humanitario y otros; según el comité de derechos humanos y concretamente en el artículo sexto, referente al derecho a la vida, se dice que, todos los informes de los Estados Partes (y Colombia hace parte de dicho comité), se han ocupado del derecho a la vida enunciado en el articulo sexto del pacto que “…se trata del derecho supremo respecto del cual no se autoriza suspensión alguna, ni siquiera en situaciones excepcionales que pongan en peligro la vida de la Nación (art. 4º)… y agrega: “…se trata de un derecho que no debe interpretarse en un sentido restrictivo.  A renglón seguido, en el numeral segundo agrega: “… el comité observa que la guerra y otros actos de violencia masiva siguen siendo un flagelo de la humanidad que arrebata cada año la vida de millares de seres humanos inocentes.  La carta de las Naciones Unidas prohíbe ya la amenaza o el uso de la fuerza por un estado contra otro, salvo en ejercicio del derecho intrínseco de la defensa propia.  También se estima que los estados tienen la suprema obligación de evitar las guerras, los actos de genocidio y demás actos de violencia de masas que causan la pérdida arbitraria de vidas humanas”.

Por último, el Comité reitera que, cuanto se esfuerce y realicen para evitar el peligro y para fortalecer la paz y seguridad internacionales, constituirá la condición y garantías más importantes para la protección del derecho a la vida.

Siendo ello así, es decir, tanto devanarse el hombre los sesos ideando y craneando leyes y reglamentos, para proteger el derecho a la vida de todos los seres humanos del planeta tierra;  no se puede entonces permitir que “irresponsablemente”, sobre todo los jóvenes estén atentando diariamente contra tal derecho fundamental.  Y, si todo se debe a falta de información, divulgación y estímulo para que la conserven (la Vida) y no sigan atentando contra ella;  entonces los mayores y las autoridades estamos en la imperiosa necesidad y obligación de asumir la tarea de enseñarles lo bella y hermosa que es, a pesar de las adversidades y angustias;  de lo contrario se nos deben imponer las sanciones morales pertinentes por no corresponder al bien que se nos demanda.

Entonces, compañeros, a trabajar duro y parejo para hacerle entender a nuestra juventud que en verdad la vida es muy bonita y, que a pesar de los pesares, siempre hay alguien que nos quiere y que nos mima….

Gracias a la policía y todos los demás estamentos que tienen que ver con la seguridad de la ciudad, propios y foráneos disfrutamos el Festival Vallenato en su versión 45 sanamente y con respeto por los demás, Ay hombe.