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Columnista - 14 abril, 2025

Arriba de Manaure en la serranía

Su blonda cabellera como trigales de cortos horizontes y sus simples dedos que tejieron la vida con las creaciones de bordados eternos y descifrables para el ingenio de lo simple fueron las herramientas de la cultura y labor que le entregaron a su espíritu y creación innata, la ventaja absoluta para abrir los caminos en una vida con especie de trampas cotidianas, por descifrar a punta de esfuerzos lo que es la vida de muchos sacrificios donde la moral marca la pauta.

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Así cantaba Escalona y cuando decía: “Un poco viejo me estoy poniendo será por los años que van pasando”, presentía que lo eterno también moría como muere hoy una de sus monitos que de esas nostalgias de Poncho, “su pedazo de alma”, cuyas entonaciones y versos aún se reflejan sobre los cielos de la provincia y  de Manaure el pueblo de los ensueños, que otrora fuera fuente de amor, inspiración y cantos que son el “reflejo fiel de una vida de parrandas de mujeres y de tragos”, pero también de una vida de dignidad y respeto, fuentes de formación de muchos herederos de aquellos tiempos; así nacía la mayor de los tres monitos quien hoy ya no cantará más aquellos versos que endulzaron y endulzarán las montañas con olor a cafetales y a tierra fresca.

Su blonda cabellera como trigales de cortos horizontes y sus simples dedos que tejieron la vida con las creaciones de bordados eternos y descifrables para el ingenio de lo simple fueron las herramientas de la cultura y labor que le entregaron a su espíritu y creación innata, la ventaja absoluta para abrir los caminos en una vida con especie de trampas cotidianas, por descifrar a punta de esfuerzos lo que es la vida de muchos sacrificios donde la moral marca la pauta.

La docencia se volvió como la rectora de una vida en donde la cultura de las artes y oficios como la enseñanza eterna de lo ya conocido y vivido, danzaron bajo su tutela en escuelas y colegios haciéndoles de anfitriona a la educación primaria en la formación de niños  que al fin y al cabo, bajo la constancia, lograron untarse de sapiencia y conocimientos para dignificar su futuro bajo las expresiones también nostálgicas que hicieron de su vida un cúmulo de sentimientos profundos por lo que le rodeaba y, en especial, cuando escuchaba aquel verso que cantaba con frecuencia:

Son tan preciosas las tierras de Manaure,

Me dice Poncho yo quisiera subir

Pero al regreso cuando vengo pa’l Valle

Siento tantos pesares, que quisiera morir.

Hoy debe estar ya, haciendo presencia en la serranía donde otrora se refugió Simón Salas escondiéndose del rechazo de la vieja Sara, la del viejo Emiliano, para reencontrarse con el pasado y allí al lado de su padre y Rafael entonar a primo y dúo en donde el viento traiga y lleve el cántico de las nostalgias cuando repique con: 

Son tres monitos que tiene en la sábana,

Son tres hijitos que yo le conocí,

Ahora comprendo el porqué de la nostalgia

Que le atormenta el alma cuando viene de allí.

Entonces la suerte de Poncho abrirá sus puertas no para dejar momentáneamente el colegio Loperena, sino para estrechar tu figura etérea bajo el regazo de lo eterno en el sitio donde las almas se estacionan para el reencuentro con sus familiares y unidos tomar rumbo hacia la vida eterna en el barrio de los nobles de corazón y la ciudad de los humildes donde jamás volverán a pagar arriendos por vivir, y la paz y felicidad serán el pan de cada día.

Allí encontrarás que ya Escalona habrá compuesto muchas canciones más, que se repetirán en los espacios siderales como sinfónicas automatizadas que contrarias al eco se transformarán en otras y otras por la sensación energética de espíritus como el tuyo plenos de sacrificios, humildad y grandeza propia de los verdaderos hijos de Dios que te abren con afecto y para siempre las puertas de la gloria.

Dios recibe a sus hijos no por el simple afán de recibirlos; si han sido malos reformarlos y hacerlos buenos, y si han sido buenos hacerlos mejores, y entre estos te está guardando el puesto de maestra, lo que siempre has sido, para que con tu presencia le des realce al cielo, así como lo hiciste aquí en la tierra.

¡Ah!, se olvidaba decirte que, si en el camino encuentras en algún peralejo enganchado el sombrero de Simón Salas, no olvides tomarlo y llevárselo como prueba irrefutable de que eres la hija mayor de Poncho Cotes aquel ser humano que vivió para sus amigos, … como así lo expresaba Simón, el dueño del sombrero. 

Tampoco olvides en llevar los tapetes bordados por los dedos de oro de nuestra madre, que forjaron el honor de nuestra familia, pero deja algunos para que la bondad aquí en la tierra pueda propagarse como epidemia bendita.

Cuando estés frente a El Fotógrafo, tu querido esposo, dile que no se le manda la cámara que dejó extraviada en los preámbulos de su muerte en algún cuarto del olvido, porque aquí en la tierra seguirá sirviendo de ejemplo para que el arte de la fotografía, como medio evidente en  la comunicación social, sirva de modelo y reflexión para aquellos que quieren acabar con la humanidad por la falta de sacrificio y sentido de responsabilidad, con la indolencia de sus actos carentes en su totalidad de valores humanos y virtudes como la bondad,  y para que entiendan de una vez por todas, que como lenguaje universal, trasciende barreras culturales y lingüísticas transmitiendo mensajes que influyen en la percepción de la realidad tal como lo hace el periodismo bien asimilado, documentando hechos y expresando emociones para facilitar y reforzar la información, como él lo hizo  frente a la prensa nacional a la cual estuvo vinculado por muchos años.

¡Ah!, vete tranquila… estoy seguro que tus hijos queridos, por los que tanto luchaste, en estos momentos están pensando que la familia no es perfecta, pero seguirá siendo unida, tal como lo demandan las normas de la convivencia de los que están dentro de la dignidad, el respeto y el amor que tu imprimiste con todas tus actuaciones bajo el manto de la bondad.

Por último, dile a nuestro Señor que no corra más riesgos, pues le están ganando el mundo en que vivimos los que patrocinan la desgracia humana, y si se incomoda, entonces que nos perdone, tal como algunos de sus hijos con la prepotencia del poder, lo están haciendo con frecuencia con los protagonistas, árbitros y rectores que cohonestan con el diablo aquí en la tierra, mas no con los que están con frecuencia practicando el bien social y sobre todo los actos bondadosos que solo necesitan de unas pocas palabras bondadosas como lo practicaste tú, aquí en la tierra.

¡Saludos al señor y a todos los nuestros, que acá ya tenemos nuestro equipaje armado para visitarlos, antes que, cualquier ilustre en estado de demencia, oprima el botón que habrá de producir la explosión de la última bomba, que acabará con el don más preciado que le dejaste al ser humano: la vida sobre la tierra!

Por: Fausto Cotes N.

Columnista
14 abril, 2025

Arriba de Manaure en la serranía

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Fausto Cotes

Su blonda cabellera como trigales de cortos horizontes y sus simples dedos que tejieron la vida con las creaciones de bordados eternos y descifrables para el ingenio de lo simple fueron las herramientas de la cultura y labor que le entregaron a su espíritu y creación innata, la ventaja absoluta para abrir los caminos en una vida con especie de trampas cotidianas, por descifrar a punta de esfuerzos lo que es la vida de muchos sacrificios donde la moral marca la pauta.


Así cantaba Escalona y cuando decía: “Un poco viejo me estoy poniendo será por los años que van pasando”, presentía que lo eterno también moría como muere hoy una de sus monitos que de esas nostalgias de Poncho, “su pedazo de alma”, cuyas entonaciones y versos aún se reflejan sobre los cielos de la provincia y  de Manaure el pueblo de los ensueños, que otrora fuera fuente de amor, inspiración y cantos que son el “reflejo fiel de una vida de parrandas de mujeres y de tragos”, pero también de una vida de dignidad y respeto, fuentes de formación de muchos herederos de aquellos tiempos; así nacía la mayor de los tres monitos quien hoy ya no cantará más aquellos versos que endulzaron y endulzarán las montañas con olor a cafetales y a tierra fresca.

Su blonda cabellera como trigales de cortos horizontes y sus simples dedos que tejieron la vida con las creaciones de bordados eternos y descifrables para el ingenio de lo simple fueron las herramientas de la cultura y labor que le entregaron a su espíritu y creación innata, la ventaja absoluta para abrir los caminos en una vida con especie de trampas cotidianas, por descifrar a punta de esfuerzos lo que es la vida de muchos sacrificios donde la moral marca la pauta.

La docencia se volvió como la rectora de una vida en donde la cultura de las artes y oficios como la enseñanza eterna de lo ya conocido y vivido, danzaron bajo su tutela en escuelas y colegios haciéndoles de anfitriona a la educación primaria en la formación de niños  que al fin y al cabo, bajo la constancia, lograron untarse de sapiencia y conocimientos para dignificar su futuro bajo las expresiones también nostálgicas que hicieron de su vida un cúmulo de sentimientos profundos por lo que le rodeaba y, en especial, cuando escuchaba aquel verso que cantaba con frecuencia:

Son tan preciosas las tierras de Manaure,

Me dice Poncho yo quisiera subir

Pero al regreso cuando vengo pa’l Valle

Siento tantos pesares, que quisiera morir.

Hoy debe estar ya, haciendo presencia en la serranía donde otrora se refugió Simón Salas escondiéndose del rechazo de la vieja Sara, la del viejo Emiliano, para reencontrarse con el pasado y allí al lado de su padre y Rafael entonar a primo y dúo en donde el viento traiga y lleve el cántico de las nostalgias cuando repique con: 

Son tres monitos que tiene en la sábana,

Son tres hijitos que yo le conocí,

Ahora comprendo el porqué de la nostalgia

Que le atormenta el alma cuando viene de allí.

Entonces la suerte de Poncho abrirá sus puertas no para dejar momentáneamente el colegio Loperena, sino para estrechar tu figura etérea bajo el regazo de lo eterno en el sitio donde las almas se estacionan para el reencuentro con sus familiares y unidos tomar rumbo hacia la vida eterna en el barrio de los nobles de corazón y la ciudad de los humildes donde jamás volverán a pagar arriendos por vivir, y la paz y felicidad serán el pan de cada día.

Allí encontrarás que ya Escalona habrá compuesto muchas canciones más, que se repetirán en los espacios siderales como sinfónicas automatizadas que contrarias al eco se transformarán en otras y otras por la sensación energética de espíritus como el tuyo plenos de sacrificios, humildad y grandeza propia de los verdaderos hijos de Dios que te abren con afecto y para siempre las puertas de la gloria.

Dios recibe a sus hijos no por el simple afán de recibirlos; si han sido malos reformarlos y hacerlos buenos, y si han sido buenos hacerlos mejores, y entre estos te está guardando el puesto de maestra, lo que siempre has sido, para que con tu presencia le des realce al cielo, así como lo hiciste aquí en la tierra.

¡Ah!, se olvidaba decirte que, si en el camino encuentras en algún peralejo enganchado el sombrero de Simón Salas, no olvides tomarlo y llevárselo como prueba irrefutable de que eres la hija mayor de Poncho Cotes aquel ser humano que vivió para sus amigos, … como así lo expresaba Simón, el dueño del sombrero. 

Tampoco olvides en llevar los tapetes bordados por los dedos de oro de nuestra madre, que forjaron el honor de nuestra familia, pero deja algunos para que la bondad aquí en la tierra pueda propagarse como epidemia bendita.

Cuando estés frente a El Fotógrafo, tu querido esposo, dile que no se le manda la cámara que dejó extraviada en los preámbulos de su muerte en algún cuarto del olvido, porque aquí en la tierra seguirá sirviendo de ejemplo para que el arte de la fotografía, como medio evidente en  la comunicación social, sirva de modelo y reflexión para aquellos que quieren acabar con la humanidad por la falta de sacrificio y sentido de responsabilidad, con la indolencia de sus actos carentes en su totalidad de valores humanos y virtudes como la bondad,  y para que entiendan de una vez por todas, que como lenguaje universal, trasciende barreras culturales y lingüísticas transmitiendo mensajes que influyen en la percepción de la realidad tal como lo hace el periodismo bien asimilado, documentando hechos y expresando emociones para facilitar y reforzar la información, como él lo hizo  frente a la prensa nacional a la cual estuvo vinculado por muchos años.

¡Ah!, vete tranquila… estoy seguro que tus hijos queridos, por los que tanto luchaste, en estos momentos están pensando que la familia no es perfecta, pero seguirá siendo unida, tal como lo demandan las normas de la convivencia de los que están dentro de la dignidad, el respeto y el amor que tu imprimiste con todas tus actuaciones bajo el manto de la bondad.

Por último, dile a nuestro Señor que no corra más riesgos, pues le están ganando el mundo en que vivimos los que patrocinan la desgracia humana, y si se incomoda, entonces que nos perdone, tal como algunos de sus hijos con la prepotencia del poder, lo están haciendo con frecuencia con los protagonistas, árbitros y rectores que cohonestan con el diablo aquí en la tierra, mas no con los que están con frecuencia practicando el bien social y sobre todo los actos bondadosos que solo necesitan de unas pocas palabras bondadosas como lo practicaste tú, aquí en la tierra.

¡Saludos al señor y a todos los nuestros, que acá ya tenemos nuestro equipaje armado para visitarlos, antes que, cualquier ilustre en estado de demencia, oprima el botón que habrá de producir la explosión de la última bomba, que acabará con el don más preciado que le dejaste al ser humano: la vida sobre la tierra!

Por: Fausto Cotes N.