Rechazo general: El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo registra con preocupación las amenazas que contra la vida e integridad de líderes del programa de restitución de tierras y de la búsqueda de la paz, han llegado en nombre del Bloque Urabá Antioqueño de las Águilas Negras contra Ana Teresa Bernal, Carmen Palencia, […]
Rechazo general:
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo registra con preocupación las amenazas que contra la vida e integridad de líderes del programa de restitución de tierras y de la búsqueda de la paz, han llegado en nombre del Bloque Urabá Antioqueño de las Águilas Negras contra Ana Teresa Bernal, Carmen Palencia, Gerardo Vega, Luis Emil Sanabria y Jesús Mario Orozco.
Ana Teresa Bernal es una constructora de paz con mucho reconocimiento nacional e internacional y ha liderado la Red Nacional de Iniciativas por la Paz y contra la Guerra (Redepaz) y es Comisionada de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR); Carmen Palencia ha estado al frente de la lucha por la devolución de tierras en Urabá y recientemente recibió de manos del presidente Juan Manuel Santos el reconocimiento por su trabajo de la Fundación Liderazgo y Democracia y la Revista Semana; Gerardo Vega, es abogado de víctimas y apoya a la señora Palencia en la Asociación de Víctimas para la Restitución de Bienes (Asovirestibi); Luis Emil Sanabria es codirector de Redepaz; y Jesús Mario Orozco lidera una organización de víctimas.
Para las Naciones Unidas, las amenazas contra líderes y lideresas en procesos esenciales para la construcción de paz y reconciliación nacionales son de extrema preocupación. Toda amenaza e incitación a la violencia y a la intolerancia tiene que ser rechazado firmemente por el Estado. Para esto es necesario que se establezcan todas las medidas adecuadas para proteger efectivamente a las personas amenazadas, y que se investigue y se sancione adecuadamente a los autores de las amenazas.
El PNUD condena estos hechos y expresa su solidaridad con las víctimas, asumiendo el compromiso de seguir acompañando las instituciones públicas, las organizaciones sociales y las personas que promueven la paz y los derechos humanos.
Rechazo general: El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo registra con preocupación las amenazas que contra la vida e integridad de líderes del programa de restitución de tierras y de la búsqueda de la paz, han llegado en nombre del Bloque Urabá Antioqueño de las Águilas Negras contra Ana Teresa Bernal, Carmen Palencia, […]
Rechazo general:
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo registra con preocupación las amenazas que contra la vida e integridad de líderes del programa de restitución de tierras y de la búsqueda de la paz, han llegado en nombre del Bloque Urabá Antioqueño de las Águilas Negras contra Ana Teresa Bernal, Carmen Palencia, Gerardo Vega, Luis Emil Sanabria y Jesús Mario Orozco.
Ana Teresa Bernal es una constructora de paz con mucho reconocimiento nacional e internacional y ha liderado la Red Nacional de Iniciativas por la Paz y contra la Guerra (Redepaz) y es Comisionada de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR); Carmen Palencia ha estado al frente de la lucha por la devolución de tierras en Urabá y recientemente recibió de manos del presidente Juan Manuel Santos el reconocimiento por su trabajo de la Fundación Liderazgo y Democracia y la Revista Semana; Gerardo Vega, es abogado de víctimas y apoya a la señora Palencia en la Asociación de Víctimas para la Restitución de Bienes (Asovirestibi); Luis Emil Sanabria es codirector de Redepaz; y Jesús Mario Orozco lidera una organización de víctimas.
Para las Naciones Unidas, las amenazas contra líderes y lideresas en procesos esenciales para la construcción de paz y reconciliación nacionales son de extrema preocupación. Toda amenaza e incitación a la violencia y a la intolerancia tiene que ser rechazado firmemente por el Estado. Para esto es necesario que se establezcan todas las medidas adecuadas para proteger efectivamente a las personas amenazadas, y que se investigue y se sancione adecuadamente a los autores de las amenazas.
El PNUD condena estos hechos y expresa su solidaridad con las víctimas, asumiendo el compromiso de seguir acompañando las instituciones públicas, las organizaciones sociales y las personas que promueven la paz y los derechos humanos.