La Fiebre Aftosa vuelve a amenazar a la ganadería, después de su erradicación en 2009, gracias a un Programa Nacional operado durante 18 años por el Fondo Nacional del Ganado administrado por Fedegán, conjuntamente con el Ministerio de Agricultura y el ICA; una fructífera alianza que el gobierno desbarató abruptamente en diciembre de 2015. La […]
La Fiebre Aftosa vuelve a amenazar a la ganadería, después de su erradicación en 2009, gracias a un Programa Nacional operado durante 18 años por el Fondo Nacional del Ganado administrado por Fedegán, conjuntamente con el Ministerio de Agricultura y el ICA; una fructífera alianza que el gobierno desbarató abruptamente en diciembre de 2015.
La Aftosa es una enfermedad no transmisible al humano, pero de rápida circulación entre los bovinos y de gran impacto en la productividad de carne y leche, condiciones que la convierten en una barrera arancelaria al comercio internacional de estos productos.
Por haber sido Fedegán el operador del Programa de Erradicación y haber obtenido la certificación de país libre con vacunación en 2009, decidí advertir ante la Comisión Hemisférica para la Fiebre Aftosa, en Asunción, Paraguay, en julio de 2015, de los riesgos de desmontar el equipo del FNG que había manejado el Programa de Erradicación, no solo para su continuidad, sino por el peligro de reinfección desde la Zona de Alta Vigilancia en Arauca, una frontera afectada por el contrabando.
¿Qué sucedió? Como parte de las retaliaciones contra Fedegán, 1) En 2012, el Ministerio de Agricultura rescindió unilateralmente el convenio para el manejo de Guías Sanitarias de Movilización por parte de los comités de ganaderos. Esta función volvió al ICA, con lo cual se relajaron los controles y al amparo del desorden crecieron el abigeato y el contrabando.
2) El Ministerio rescindió también el convenio con Fedegán para el manejo de la trazabilidad, cuando ya se habían identificado, a diciembre de 2012, más de 675 mil animales, con prioridad en las Zonas de Alta Vigilancia. Ese trabajo se perdió y, si existiera trazabilidad, el ICA tendría que conocer con certeza el origen del ganado enfermo.
3) En 2015, el Gobierno le arrebató a Fedegán la administración del Fondo Nacional del Ganado y en 2016 lo llevó a liquidación. El equipo de Salud Animal fue despedido y el Programa de Erradicación, al frente del cual estaba un PHD en epidemiología, quedó en manos de un contratista del Ministerio sin conocimiento ni experiencia.
¿Qué se perdió? 1) Ocho años de continuidad sin brotes de aftosa. 2) Los mercados de Perú, Ecuador y Panamá, hasta ahora. 3) El avance en los procesos de admisibilidad a Estados Unidos y la Unión Europea, de los que esperamos resultados desde hace diez años. 4) La continuidad de la certificación de país libre con vacunación, un verdadero patrimonio ganadero. 5) Están en riesgo un esfuerzo de 20 años y el aporte ganadero del orden de 700.000 millones de pesos a través de la contribución parafiscal.
El Ministerio ha minimizado el asunto, pero todo Arauca y parte de Casanare están en cuarentena, 300 animales sacrificados; 200 millones de dólares perdidos en exportaciones y el hato nacional amenazado.
Por José Félix Lafaurie Rivera
La Fiebre Aftosa vuelve a amenazar a la ganadería, después de su erradicación en 2009, gracias a un Programa Nacional operado durante 18 años por el Fondo Nacional del Ganado administrado por Fedegán, conjuntamente con el Ministerio de Agricultura y el ICA; una fructífera alianza que el gobierno desbarató abruptamente en diciembre de 2015. La […]
La Fiebre Aftosa vuelve a amenazar a la ganadería, después de su erradicación en 2009, gracias a un Programa Nacional operado durante 18 años por el Fondo Nacional del Ganado administrado por Fedegán, conjuntamente con el Ministerio de Agricultura y el ICA; una fructífera alianza que el gobierno desbarató abruptamente en diciembre de 2015.
La Aftosa es una enfermedad no transmisible al humano, pero de rápida circulación entre los bovinos y de gran impacto en la productividad de carne y leche, condiciones que la convierten en una barrera arancelaria al comercio internacional de estos productos.
Por haber sido Fedegán el operador del Programa de Erradicación y haber obtenido la certificación de país libre con vacunación en 2009, decidí advertir ante la Comisión Hemisférica para la Fiebre Aftosa, en Asunción, Paraguay, en julio de 2015, de los riesgos de desmontar el equipo del FNG que había manejado el Programa de Erradicación, no solo para su continuidad, sino por el peligro de reinfección desde la Zona de Alta Vigilancia en Arauca, una frontera afectada por el contrabando.
¿Qué sucedió? Como parte de las retaliaciones contra Fedegán, 1) En 2012, el Ministerio de Agricultura rescindió unilateralmente el convenio para el manejo de Guías Sanitarias de Movilización por parte de los comités de ganaderos. Esta función volvió al ICA, con lo cual se relajaron los controles y al amparo del desorden crecieron el abigeato y el contrabando.
2) El Ministerio rescindió también el convenio con Fedegán para el manejo de la trazabilidad, cuando ya se habían identificado, a diciembre de 2012, más de 675 mil animales, con prioridad en las Zonas de Alta Vigilancia. Ese trabajo se perdió y, si existiera trazabilidad, el ICA tendría que conocer con certeza el origen del ganado enfermo.
3) En 2015, el Gobierno le arrebató a Fedegán la administración del Fondo Nacional del Ganado y en 2016 lo llevó a liquidación. El equipo de Salud Animal fue despedido y el Programa de Erradicación, al frente del cual estaba un PHD en epidemiología, quedó en manos de un contratista del Ministerio sin conocimiento ni experiencia.
¿Qué se perdió? 1) Ocho años de continuidad sin brotes de aftosa. 2) Los mercados de Perú, Ecuador y Panamá, hasta ahora. 3) El avance en los procesos de admisibilidad a Estados Unidos y la Unión Europea, de los que esperamos resultados desde hace diez años. 4) La continuidad de la certificación de país libre con vacunación, un verdadero patrimonio ganadero. 5) Están en riesgo un esfuerzo de 20 años y el aporte ganadero del orden de 700.000 millones de pesos a través de la contribución parafiscal.
El Ministerio ha minimizado el asunto, pero todo Arauca y parte de Casanare están en cuarentena, 300 animales sacrificados; 200 millones de dólares perdidos en exportaciones y el hato nacional amenazado.
Por José Félix Lafaurie Rivera