Luis Elquis Díaz

@LuchoDiaz12

En octubre de 2020, Afinia, filial del Grupo de Empresas Públicas de Medellín (EPM), comenzó a prestar el servicio de energía eléctrica a 1,5 millones de usuarios en los departamentos de Bolívar, Cesar, Córdoba, Sucre y 11 municipios del departamento de Magdalena. Pasar de Electricaribe a Afinia, significó un desahogo esperanzador, pero la efusividad terminó siendo efímera, las quejas de los usuarios recrudecieron. 

Afinia como prestador del servicio asumió el compromiso de realizar inversiones por $8 billones en infraestructura eléctrica (subestaciones y líneas, redes de distribución y aseguramiento de la red), e inversiones adicionales en Tecnología de la Información y Tecnología de la Operación. De ese inventario de inversiones; después de tres años, no tenemos un balance sobre el resultado de las actividades. 

La prestación del servicio de energía ha sido un tormento para los usuarios del Caribe colombiano, conjugando intermitencia y discontinuidad del servicio, fraude al sistema y el abuso incurrido por Electricaribe y sostenido por Afinia, según lo que expresan los usuarios. 

De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), los precios de la energía son uno de los principales catalizadores para la inflación en el último año y medio en el Caribe colombiano.

La energía es estratégica para el desarrollo y la competitividad. Sin embargo, la relación económica entre los generadores de energía y los usuarios es ampliamente desequilibrada, lo evidencia el indicador de inflación en el rubro de energía. La generación de energía sigue siendo un negocio muy rentable. El año pasado estas empresas tuvieron utilidades por 7,43 billones de pesos. Tres generadores, Emgesa, Enel y EPM, se quedan con el 85 % de las utilidades. 

El panorama del negocio se afecta por el fenómeno de El Niño, que suele traducirse en la disminución de las lluvias, impactando el llenado de los embalses para almacenar agua y garantizar la oferta de energía. 

Decía Henri Bergson que “en filosofía un problema bien planteado es un problema resuelto”. Por eso es clave que seamos capaces de definir correctamente ese problema. 

“Alzar la voz”, no solucionó el problema y dejó de ser una estrategia creíble para la clase política. Gestionen en bloque (congresistas, gobernadores y alcaldes), presenten al Gobierno nacional (CREG) una propuesta para reformular la estructura tarifaria, ajustada al alto consumo de energía, como medio para sofocar las altas temperaturas y valoren la situación socioeconómica de la gente. La propuesta debe contener la política de uso racional de energía, un banco de proyectos que estimule la implementación de proyectos con Fuentes No Convencionales de Energía, mediante el aprovechamiento de los recursos energéticos abundantes en la región, (2,3 megavatios (MW) biomasa y 18,4 MW por energía eólica).