Por Celso Guerra
Adolfo Ernesto Echeverría Comas, afamado Músico Barranquillero, surgido del programa para cantantes aficionados, de La Voz de la Costa y Emisoras Unidas que dirigían, los locutores insignes que marcaron a toda una generación de voces en la costa, Marcos Pérez y Gustavo Castillo García. Adolfo, creador de inmortales páginas musicales entre las que se cuentan “Las cuatro Fiestas”, canto alusivo al día de velitas, a la navidad, al año nuevo, al carnaval, y que se identifica más con el 8 de diciembre, que con las otras festividades, a las que hace alusión. Con esta obra musical se inicia la navidad, en nuestro país.
Incursiona el maestro Echeverría, en el fascinante mundo del arte, con la canción “El Palomo”, grabado en Barranquilla, en el sello discográfico “Eva”, del fallecido Gabriel Zúñiga.
Después vinieron canciones con las que el público melómano se deleitó, “La Rebelde”, “Fantasía Nocturna”, “La Gota Gorda”, “Los Gansos”,” y la internacional cumbia, “Amaneciendo”, que se escuchó muy bien, en nuestro país, versión, que aún tiene mucha trascendencia en toda Centroamérica, principalmente en Méjico donde tiene su santuario, fue grabada por el propio Adolfo Echeverría y su Orquesta, “Los Mayorales”, del cual hizo parte , Tommy Arraut, quien era cantante de la nueva ola y Echeverría, lo adiestró en la parte tropical.
Quien motiva a Adolfo, a fundar su orquesta, fue el periodista taurino y de farándula, Hernán Restrepo Duque, director musical del sello discográfico, “Sonolux”, de Medellín.
Adolfo Echeverría, en su larga travesía artística, convirtió su orquesta en escuela musical, allí dieron sus primeros pininos, en el canto, Juan Carlos coronel, “Checo” Acosta y Álvaro Pava.
Parodio a “Juancho” Polo, como “Don Abundio” y grabo éxitos como “Me Robaron El Sombrero”.
La muerte trágica de su hermano el cantante Gil Echeverría, quien un día después de este hecho, se aprestaba viajar a Caracas a vincularse a la mítica orquesta, Billos Caracas Boys, en reemplazo de José Luis Rodríguez, lo sumió en una larga depresión, que estuvo a punto de retirarlo de la música.
Sus éxitos lo llevo a países de la cuenca del caribe y a Estados Unidos, se presentó en sitios de gran renombre como, el Madison Squard Garden, el Saint John Hall, El Román Fórum, , en los cuales actuó, al lado de míticas figuras como, “Tito” Puente, y Celia Cruz, quienes le pidieron una canción, solicitud que el gustoso atendió y les presento varias, ellos escogieron, “Salsa de Tomate”, que salió publicada en el álbum, “Alma con Alma”.
Con todos estos pergaminos y como es común en nuestro país, hoy, el maestro Echeverría, a sus 82 años, esta triste y abandonado a su suerte, vive deambulando por diferentes viviendas humildes, de donde casi siempre es desalojado, porque ni siquiera, tiene con qué pagar el arriendo.
El dinero por sus éxitos musicales, ni Sayco ni Acimpro, responden por este producido, mucho menos el gobierno que hace años le viene prometiendo una casa, la que hasta ahora no ha llegado, para dignificar su calidad de vida.