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Columnista - 30 noviembre, 2019

A contrarrestar la violencia contra la mujer

Existe en Colombia y en otros países tercermundistas una posición de desventaja en la familia y en la sociedad que convierte a la mujer en blanco de violencia ya sea por acción u omisión; esto como producto de una visión arcaica y obsoleta que promueve una cultura sexista o androcéntrica; es decir, un modelo masculino […]

Existe en Colombia y en otros países tercermundistas una posición de desventaja en la familia y en la sociedad que convierte a la mujer en blanco de violencia ya sea por acción u omisión; esto como producto de una visión arcaica y obsoleta que promueve una cultura sexista o androcéntrica; es decir, un modelo masculino que subordina y discrimina a la mujer. Es el panorama actual que se observa dentro de la cosmovisión de lo femenino.

La ONU el 25 de noviembre de cada año, lo estableció como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, algo para valorar y crear conciencia que a ellas se les debe respetar. A nivel de la Academia en Colombia ONG de carácter internacional, Asociaciones y Fundaciones que promueven el papel vanguardista de la mujer, viven debatiendo importantes iniciativas que involucran un cambio sustancial dentro del machismo reinante, que por muchos años hace gala, minimizando el papel protagónico de la mujer.

La única forma que irradie una verdadera sociedad es que exista y permanezca el respeto a nuestros semejantes y a la mujer.

El respeto a ellas debe priorizarse a través de una estrategia de atención que incorpore el apalancamiento y articulación social; factores que garanticen su calidad de vida. La mujer de hoy está demostrando en el contexto social ser más eficiente y responsable que el hombre. Posee talento, conocimiento, habilidad, sensibilidad y honestidad para administrar tanto lo privado como lo público. Están preparadas para todos: ser ingenieras, arquitectas, médicas, enfermeras, sicólogas, abogadas, contadoras, militares, tecnólogas, pilotos, astronautas, deportistas, artistas y mucho más.

¿Quién dijo que tienen miedo? Ellas no conocen esa palabra, han ingresado con paso firme a territorios que eran exclusivos para hombres, con notorios resultados. Muchos hombres se preguntan, yo no ¿Cómo hicieron? Que pregunta tan necia; lo que sucedió fue que ellas se resolvieron; están allí porque han ganado más espacio, un rol que desempeñan con lujo de detalles; son protagonistas y ese protagonismo va en aumento; además, no han perdido ese maravilloso encanto de ser madres, ya que esa condición no se puede delegar.

A las mujeres les conviene conocer hoy sus derechos, para acabar esa cascada de violencia contra ellas, solo por ser mujeres como la discriminación, la exclusión, el acoso sexual y laboral y otras situaciones que rayan en lo penal.

Debe incrementarse en el sector público más oficinas de atención a la mujer, articuladas con los Jueces de la República, para que sus sentencias sean oportunas y más contundentes, no llegando a la impunidad, que es lo que empeora la situación.

No pierde el varón su masculinidad al respetar la mujer, defender sus derechos, colaborarle en los quehaceres de la casa; yo lo hago, desde hace mucho tiempo; varones los invito, empecemos ya. Para contrarrestar la violencia contra la mujer, corresponde a todos primero frenarla, disminuirla; entre tanto las autoridades deben estar prestas aplicar la normatividad en toda su extensión, ya que existe.

Columnista
30 noviembre, 2019

A contrarrestar la violencia contra la mujer

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jairo Franco Salas

Existe en Colombia y en otros países tercermundistas una posición de desventaja en la familia y en la sociedad que convierte a la mujer en blanco de violencia ya sea por acción u omisión; esto como producto de una visión arcaica y obsoleta que promueve una cultura sexista o androcéntrica; es decir, un modelo masculino […]


Existe en Colombia y en otros países tercermundistas una posición de desventaja en la familia y en la sociedad que convierte a la mujer en blanco de violencia ya sea por acción u omisión; esto como producto de una visión arcaica y obsoleta que promueve una cultura sexista o androcéntrica; es decir, un modelo masculino que subordina y discrimina a la mujer. Es el panorama actual que se observa dentro de la cosmovisión de lo femenino.

La ONU el 25 de noviembre de cada año, lo estableció como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, algo para valorar y crear conciencia que a ellas se les debe respetar. A nivel de la Academia en Colombia ONG de carácter internacional, Asociaciones y Fundaciones que promueven el papel vanguardista de la mujer, viven debatiendo importantes iniciativas que involucran un cambio sustancial dentro del machismo reinante, que por muchos años hace gala, minimizando el papel protagónico de la mujer.

La única forma que irradie una verdadera sociedad es que exista y permanezca el respeto a nuestros semejantes y a la mujer.

El respeto a ellas debe priorizarse a través de una estrategia de atención que incorpore el apalancamiento y articulación social; factores que garanticen su calidad de vida. La mujer de hoy está demostrando en el contexto social ser más eficiente y responsable que el hombre. Posee talento, conocimiento, habilidad, sensibilidad y honestidad para administrar tanto lo privado como lo público. Están preparadas para todos: ser ingenieras, arquitectas, médicas, enfermeras, sicólogas, abogadas, contadoras, militares, tecnólogas, pilotos, astronautas, deportistas, artistas y mucho más.

¿Quién dijo que tienen miedo? Ellas no conocen esa palabra, han ingresado con paso firme a territorios que eran exclusivos para hombres, con notorios resultados. Muchos hombres se preguntan, yo no ¿Cómo hicieron? Que pregunta tan necia; lo que sucedió fue que ellas se resolvieron; están allí porque han ganado más espacio, un rol que desempeñan con lujo de detalles; son protagonistas y ese protagonismo va en aumento; además, no han perdido ese maravilloso encanto de ser madres, ya que esa condición no se puede delegar.

A las mujeres les conviene conocer hoy sus derechos, para acabar esa cascada de violencia contra ellas, solo por ser mujeres como la discriminación, la exclusión, el acoso sexual y laboral y otras situaciones que rayan en lo penal.

Debe incrementarse en el sector público más oficinas de atención a la mujer, articuladas con los Jueces de la República, para que sus sentencias sean oportunas y más contundentes, no llegando a la impunidad, que es lo que empeora la situación.

No pierde el varón su masculinidad al respetar la mujer, defender sus derechos, colaborarle en los quehaceres de la casa; yo lo hago, desde hace mucho tiempo; varones los invito, empecemos ya. Para contrarrestar la violencia contra la mujer, corresponde a todos primero frenarla, disminuirla; entre tanto las autoridades deben estar prestas aplicar la normatividad en toda su extensión, ya que existe.