Las recientes declaraciones de la ministra de Minas, Irene Vélez, en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, sobre la transición energética fueron contundentes; puso de ejemplo al Cesar y La Guajira para iniciar una transformación, hay que ver la crisis de energías fósiles como una oportunidad para que los PIB de ambos departamentos sean más diversos y no dependan de un solo renglón. Hoy, nuestra región encabeza el listado de los mayores índices en pobreza, desempleo, trabajo informal, hambre, inseguridad, inflación, competitividad, productividad agropecuaria, etc. Seguir atados a un sector que solo benefició a unos pocos, es un suicidio; es urgente que entes locales gubernamentales y gremios vean la realidad y entiendan que es necesario cambiar el chip del carbón y el petróleo; tenemos el tiempo justo para concebir los proyectos claves que necesitan ambos departamentos para dejar de depender del extractivismo que liquidó a otros sectores, que ahora hay que reactivar para lograr el tan anhelado desarrollo. También hay que ajustar la normatividad para los nuevos desafíos, se requiere mucha creatividad y enfoque de inversión para lograr la articulación de sectores claves como infraestructura, turismo y agroindustria.
La realidad es que el Gobierno Petro va en esa dirección e insistir en lo contrario es perder tiempo. Desde ya, hay que pensar en planeación conjunta, ojalá que ambos departamentos se unan para ejercer mayor presión, porque desde Bogotá se dice mucho, pero se aterriza poco, entonces se requiere liderazgo para lograr con urgencia un puerto que conecte a La Guajira con el mundo: el distrito de riego de la Represa del Ranchería debe ser una realidad para que el sur de La Guajira sea una despensa agrícola y pueda garantizar nuestra seguridad alimentaria; las vías deben ser intervenidas, para conectar el sur del departamento con Riohacha por la vía de Distracción saliendo a La Florida; al igual que la vía de la Alta Guajira, que por fin Puerto Estrella y Nazaret sean destinos turísticos; el centro del Cesar, debe ser un enlace con el centro del país con parques industriales y zonas francas, las vías férreas hay que aprovecharlas, conectar Chiriguaná (Cesar) con La Guajira. Impulsar a los empresarios culturales y turísticos para reformular sus negocios y que puedan ser competitivos e invertir en infraestructura, por ejemplo, en La Mina, corregimiento de Valledupar debe haber un centro indígena que atienda turistas, operado por ellos mismos para mostrar la grandeza de las diferentes etnias, en Europa, donde me encuentro, el interés por el tema indígena es muy grande. Valledupar debe convertirse en la capital indígena de la Sierra Nevada, con un museo étnico que albergue todo el valor ancestral. No es con quejas, ni aferrados al carbón como vamos a sobrevivir en el futuro, es diversificando nuestras potencialidades y para eso tenemos que prepararnos y, sobre todo, aprovechar este gobierno que quiere dar el salto, no pensemos en los empleos fósiles que se perderán con la transición, pensemos los otros sectores que se desarrollarán y en los nuevos empleos que surgirán, sin dejar de lado el gas que hay demasiado en el Caribe y beneficiará mucho a La Guajira, hasta se habla de un nuevo Catar, con todos los recursos recientemente descubiertos. Si no lo hacemos será otra oportunidad perdida como ocurrió con 40 años de bonanza carbonera donde se desperdiciaron recursos en proyectos fútiles que solo dejaron corrupción, hambre y miseria. No hagamos más parques y plazas, planeemos y soñemos en grande.
Por: JACOBO SOLANO C. / @JACOBOSOLANOC