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Columnista - 7 septiembre, 2011

Para Qué Escritores de Ciencia Ficción

Desde mí cocina Por: Silvia Betancourt Alliegro ¡Gloria a quien guarda los relatos de los primeros como lección dedicada a los últimos! Desde este dictamen han sido recopilados los cuentos de Oriente en ‘Las Mil Noches y Una Noche’, cargados de imaginación sin límite… eso creíamos, mas en Occidente se ha producido una magna obra […]

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Desde mí cocina

Por: Silvia Betancourt Alliegro


¡Gloria a quien guarda los relatos de los primeros como lección dedicada a los últimos! Desde este dictamen han sido recopilados los cuentos de Oriente en ‘Las Mil Noches y Una Noche’, cargados de imaginación sin límite… eso creíamos, mas en Occidente se ha producido una magna obra sin fin, que usamos a diario y que escritores como Julio Verne vislumbraron en extraordinarios raptos de profecía.
En las predicciones de ciencia ficción, pocos escritores han acertado tanto como Julio Verne. En 1891 describió el fonotelefoto, un dispositivo que permitiría realizar video-  llamadas. Aunque Verne predijo la llegada de la video-llamada para el año 2889, ya hace tiempo que podemos vernos mientras hablamos por teléfono o por Internet en tiempo real. Por otro lado, desde la llegada del GPRS y el 3G, las video -llamadas pueden incluso realizarse desde el propio teléfono móvil, aunque sale más económico utilizar soluciones brindadas desde La Red.
En 1952 apareció Dick Tracy hablando a través de su reloj de muñeca. Aunque por aquél entonces lo más parecido a las telecomunicaciones a distancia era la radio (y por eso lo llamaron radio de muñeca de doble dirección) hoy en día lo más sencillo es incorporar el teléfono móvil a un reloj de pulsera.
Blackberry ya sacó en 2009 un teléfono móvil incorporado a un reloj de pulsera  y, aunque no se trata específicamente de un teléfono, Apple renovó su iPod Nano, haciéndolo tan pequeño que rivaliza con los relojes de pulsera. De hecho, existen fundas para ese dispositivo que permiten llevarlo en la muñeca, como si se tratase de un reloj.
A pesar de haber millones de especies en el planeta, es poco probable que encontremos una especie como la humana que haga algo parecido, que se ha ideado sistemas que simplifican la comunicación en situaciones donde el idioma es un problema. Con el auge de los smartphones, aplicaciones como Google Translate traducen automáticamente del habla al idioma que se precise, y existen otras aplicaciones, tanto para Android como para iPhone, que traducen automáticamente los textos que captura la cámara. Una barrera social ideada desde ‘La Torre de Babel’ derrumbada. Aunque, para empezar a traducir lenguas extraterrestres, necesitaremos antes un primer contacto.
Las tarjetas de crédito fueron imaginadas por Edward Bellamy, en su novela ‘Mirando atrás’, escrita en 1888 y describe una sociedad donde se había acabado el uso de la moneda metálica y de papel. La gente usaba unas tarjetas plásticas para adquirir todo.
Lo interesante de la cuestión es que la novela fue escrita en 1888, muchísimo antes de que se inventara la baquelita, que daría origen a la era del plástico. Está claro que la imaginación en la ciencia-ficción no tenía límites… y parece que la realidad tampoco.
Ningún terrícola escritor se había imaginado que la masa derrocaría gobiernos desde su casa, Vía Internet.

Temas:
Ciencia Ficción Gadget
@yastao
[email protected]

Columnista
7 septiembre, 2011

Para Qué Escritores de Ciencia Ficción

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Silvia Betancourt Alliegro

Desde mí cocina Por: Silvia Betancourt Alliegro ¡Gloria a quien guarda los relatos de los primeros como lección dedicada a los últimos! Desde este dictamen han sido recopilados los cuentos de Oriente en ‘Las Mil Noches y Una Noche’, cargados de imaginación sin límite… eso creíamos, mas en Occidente se ha producido una magna obra […]


Desde mí cocina

Por: Silvia Betancourt Alliegro


¡Gloria a quien guarda los relatos de los primeros como lección dedicada a los últimos! Desde este dictamen han sido recopilados los cuentos de Oriente en ‘Las Mil Noches y Una Noche’, cargados de imaginación sin límite… eso creíamos, mas en Occidente se ha producido una magna obra sin fin, que usamos a diario y que escritores como Julio Verne vislumbraron en extraordinarios raptos de profecía.
En las predicciones de ciencia ficción, pocos escritores han acertado tanto como Julio Verne. En 1891 describió el fonotelefoto, un dispositivo que permitiría realizar video-  llamadas. Aunque Verne predijo la llegada de la video-llamada para el año 2889, ya hace tiempo que podemos vernos mientras hablamos por teléfono o por Internet en tiempo real. Por otro lado, desde la llegada del GPRS y el 3G, las video -llamadas pueden incluso realizarse desde el propio teléfono móvil, aunque sale más económico utilizar soluciones brindadas desde La Red.
En 1952 apareció Dick Tracy hablando a través de su reloj de muñeca. Aunque por aquél entonces lo más parecido a las telecomunicaciones a distancia era la radio (y por eso lo llamaron radio de muñeca de doble dirección) hoy en día lo más sencillo es incorporar el teléfono móvil a un reloj de pulsera.
Blackberry ya sacó en 2009 un teléfono móvil incorporado a un reloj de pulsera  y, aunque no se trata específicamente de un teléfono, Apple renovó su iPod Nano, haciéndolo tan pequeño que rivaliza con los relojes de pulsera. De hecho, existen fundas para ese dispositivo que permiten llevarlo en la muñeca, como si se tratase de un reloj.
A pesar de haber millones de especies en el planeta, es poco probable que encontremos una especie como la humana que haga algo parecido, que se ha ideado sistemas que simplifican la comunicación en situaciones donde el idioma es un problema. Con el auge de los smartphones, aplicaciones como Google Translate traducen automáticamente del habla al idioma que se precise, y existen otras aplicaciones, tanto para Android como para iPhone, que traducen automáticamente los textos que captura la cámara. Una barrera social ideada desde ‘La Torre de Babel’ derrumbada. Aunque, para empezar a traducir lenguas extraterrestres, necesitaremos antes un primer contacto.
Las tarjetas de crédito fueron imaginadas por Edward Bellamy, en su novela ‘Mirando atrás’, escrita en 1888 y describe una sociedad donde se había acabado el uso de la moneda metálica y de papel. La gente usaba unas tarjetas plásticas para adquirir todo.
Lo interesante de la cuestión es que la novela fue escrita en 1888, muchísimo antes de que se inventara la baquelita, que daría origen a la era del plástico. Está claro que la imaginación en la ciencia-ficción no tenía límites… y parece que la realidad tampoco.
Ningún terrícola escritor se había imaginado que la masa derrocaría gobiernos desde su casa, Vía Internet.

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