Por: JOSÉ M. APONTE MARTÍNEZ

Rubén Darío Carrillo fue escogido democráticamente como candidato a la Gobernación por el Partido Conservador y su nombre comenzó a oírse en todos los rincones del departamento como una buena opción para llegar a gobernarnos, por ser un hombre de vida transparente y actuar honrado, se puso de moda y otros partidos y grupos fuertes como el PIN, VERDE, el desaparecido ALAS y Pepe Gnecco y Cía, lo miraron con buenos ojos para apoyarlo, se adelantaron conversaciones, se hicieron reuniones, hubo elogios mutuos, se cruzaron miradas amorosas y su gran soporte e impulsador, produjo una crisis, pensó todo mundo, para repartir el pudín burocrático y consolidar esa gran coalición; pero no fue así, la crisis fue conjurada con representantes de pequeños grupos y con una distinguida dama del Partido Conservador.
Ahí fue Troya, de ahí en adelante, se acabaron los coqueteos y amoríos y el primero que hizo pública su insatisfacción fue  PG y sus aliados, quien oigo decir, porque todavía no lo he visto oficializado, abruptamente y sin consultar con sus amigos dejó las toldas de la U y se fue apoyar a un candidato inscrito con firmas, el doctor, Arturo Calderón.  Creo que esa coalición se concrete cuando el Alcalde surta las vacantes que tiene, producto de las renuncias aceptadas y les de una buena parte de la torta, con candidatos que él dé y no con nombres, que nombrados sin su visto bueno le digan que son de él, como ha venido sucediendo.

El PIN, con Benja a la cabeza al ver lo que estaba pasando, en compañía de muchos de ALAS con Santa Mejía, una buena parte del Conservatismo encabezada por el excongresista Miguel Durán, voltearon cola  y entraron en conversaciones con Luis Alberto Monsalvo, joven promesa del departamento y candidato oficial de la U. Muchos Conservadores miraron con buenos ojos esta coalición porque con razones valederas piensan que el señor Gobernador la está prohijando, ya que buena parte del antiguo MIR, su antiguo partido de extracción Conservadora lo está haciendo y no vemos claro esa rebeldía.

En conclusión, Rubén Dario Carrillo y su candidatura se han disminuido, acompañado por una parte de su partido, pues están con él sin estarlo y a una señal de Cristian lo dejan solo, y ya se sabe que hay otros distinguidos jefes conservadores abanderando otras candidaturas diferentes. Creo que el Dr. Carrillo, juiciosamente así como es el, debe analizar profundamente esta situación y en compañía de sus más allegados, con su familia y su mecenas aplicar una rápida y profunda cirugía con el fin de encauzar nuevamente por senderos victoriosos su aspiración. De no lograrlo, solo él sabrá lo que debe hacer, yo se lo digo con profundo respeto y con el corazón en la mano.

Toda esta debacle, consolida la aspiración de Joaquín Martínez a la Alcaldía, que también se había enfriado como consecuencia de las consultas y encuestas en donde él no intervino porque su candidatura había sido avalada por el partido conservador.

En consecuencia, estamos ad-portas, de la unión de la U con su candidato a la Gobernación Luís Alberto Monsalvo y el Partido Conservador con Joaquín Martinez Urrutia a la Alcaldía, tal como se planteó  hace varios meses cuando este largo debate electoral comenzó, apoyado por los VERDES, que en el Cesar son AZULES, el PIN, el desaparecido ALAS y todo un montón de personas sin partido que ven en esta formula a un par de personas serias y capaces de tomar las riendas del departamento y su capital para sacarlos de la incertidumbre y el atolladero en que estos momentos se encuentran.

Esa es la situación de hoy, la actual, no sabemos que pueda pasar mañana, pues ahí están Basilio como candidato oficial del Partido Liberal, distanciado del también candidato oficial del mismo partido para la Alcaldía Gonzalo Gómez y Freddy Socarras inscrito con firmas y a pesar de que una firma en política  “no se le niega a nadie, el porcentaje realmente que lo acompaña debe ser por lo menos de un 30% de 97 mil, que en numero redondo se aproximarían a $30.000 y eso pesa bastante. Amanecerá y veremos.