El cambio es equidad, la cual debe ser integral a la cotidianidad de los hogares colombianos. La energía eléctrica constituye un elemento fundamental de supervivencia y producción
Teniendo como testigo el intenso sol canicular del mes de agosto, un importante grupo de usuarios de la comercializadora de energía eléctrica Afinia, nos reunimos frente a las oficinas de la empresa en una protesta pacífica por el abultado cobro con que llegaron los recibos de pago en este último mes. Sin decir que, durante los meses anteriores, no se haya padecido el abuso tarifario que inició al momento de privatizar el servicio.
Arengas, discursos, desfile y ausencia de personalidades de la política, pancartas, cantos, líderes sociales molestos y unos cuantos policías protegiendo las instalaciones físicas de la empresa, hicieron parte del decorado de una tarde calurosa, como si al ambiente de la ciudad le hubieran suspendido el fluido eléctrico, con las aludidas altas temperaturas de cuando no se pueden encender los aparatos ventiladores o acondicionadores de aire.
El acto como tal fue un acierto del comité organizador de plantón, hombres y mujeres valientes que independiente a las limitaciones con que hoy se desarrolla la vocería comunitaria, siguen quijotescamente trabajando en contra de los abusos de las empresas de servicios públicos, aún en contra del establecimiento, quien bajo la protección de una leonina Ley 142, de Servicios Públicos, propicia el paternalismo para los capitales privados al no contemplar en su articulado mecanismos garantistas para los usuarios.
Hacia allá debe ir el sentido de la protesta. El plantón solo fue una foto, las acciones y estrategias que se deben emprender dentro del ampliado plan de acción serán lo definitivo. No podemos quedarnos en la manifestación de los centenares de vallenatos que retamos el calor y apasionadamente recusamos al sistema eléctrico opresor, sino que aprovechando el momento político que vive el país, fomentemos desde la gran masa social de la provincia, la trasformación legal a favor de los usuarios.
Las reformas que en este momento se plantean son muy importantes, de hecho, buscan mejorar la calidad de vida de millones de colombianos que la ancestral inequidad ha condenado a ser monumentos a la miseria, pero si estas no las aterrizamos en el costo de los servicios públicos domiciliarios, sobre todo el de energía eléctrica, será casi imposible alcanzar las deseadas condiciones mínimas de bienestar general, especialmente en la Costa Atlántica, donde por salud pública se hace necesario la implementación de reales tarifas diferenciales, debido a las altas temperaturas que por razones obvias disparan el consumo.
Para estos fines, necesitamos la activa participación de todos los que nos sentimos agredidos por los excesivos cobros de las empresas Afinia o Aires y el acompañamiento de congresistas, alcaldes, gobernadores y todo quien tenga injerencia en la actividad política, independiente a su filiación.
Protestar desde el confort de una vivienda climatizada no tiene impacto. No hay espacio para la apatía, todos en una sola voluntad. Habremos dado un gran paso cuando en la agenda del presidente de la República estén los altos costos de comercialización de la energía eléctrica en los siete departamentos continentales del Caribe.
El cambio es equidad, la cual debe ser integral a la cotidianidad de los hogares colombianos. La energía eléctrica constituye un elemento fundamental de supervivencia y producción; en este sentido y como ciudadanía libre, exijámosle al establecimiento la humanización del sistema energético nacional, el cual ha venido anteponiendo la mecánica mercantil neoliberal, al bienestar general de quienes soñamos que el cambio se salga de los discursos y el papel. Fuerte abrazo. –
El cambio es equidad, la cual debe ser integral a la cotidianidad de los hogares colombianos. La energía eléctrica constituye un elemento fundamental de supervivencia y producción
Teniendo como testigo el intenso sol canicular del mes de agosto, un importante grupo de usuarios de la comercializadora de energía eléctrica Afinia, nos reunimos frente a las oficinas de la empresa en una protesta pacífica por el abultado cobro con que llegaron los recibos de pago en este último mes. Sin decir que, durante los meses anteriores, no se haya padecido el abuso tarifario que inició al momento de privatizar el servicio.
Arengas, discursos, desfile y ausencia de personalidades de la política, pancartas, cantos, líderes sociales molestos y unos cuantos policías protegiendo las instalaciones físicas de la empresa, hicieron parte del decorado de una tarde calurosa, como si al ambiente de la ciudad le hubieran suspendido el fluido eléctrico, con las aludidas altas temperaturas de cuando no se pueden encender los aparatos ventiladores o acondicionadores de aire.
El acto como tal fue un acierto del comité organizador de plantón, hombres y mujeres valientes que independiente a las limitaciones con que hoy se desarrolla la vocería comunitaria, siguen quijotescamente trabajando en contra de los abusos de las empresas de servicios públicos, aún en contra del establecimiento, quien bajo la protección de una leonina Ley 142, de Servicios Públicos, propicia el paternalismo para los capitales privados al no contemplar en su articulado mecanismos garantistas para los usuarios.
Hacia allá debe ir el sentido de la protesta. El plantón solo fue una foto, las acciones y estrategias que se deben emprender dentro del ampliado plan de acción serán lo definitivo. No podemos quedarnos en la manifestación de los centenares de vallenatos que retamos el calor y apasionadamente recusamos al sistema eléctrico opresor, sino que aprovechando el momento político que vive el país, fomentemos desde la gran masa social de la provincia, la trasformación legal a favor de los usuarios.
Las reformas que en este momento se plantean son muy importantes, de hecho, buscan mejorar la calidad de vida de millones de colombianos que la ancestral inequidad ha condenado a ser monumentos a la miseria, pero si estas no las aterrizamos en el costo de los servicios públicos domiciliarios, sobre todo el de energía eléctrica, será casi imposible alcanzar las deseadas condiciones mínimas de bienestar general, especialmente en la Costa Atlántica, donde por salud pública se hace necesario la implementación de reales tarifas diferenciales, debido a las altas temperaturas que por razones obvias disparan el consumo.
Para estos fines, necesitamos la activa participación de todos los que nos sentimos agredidos por los excesivos cobros de las empresas Afinia o Aires y el acompañamiento de congresistas, alcaldes, gobernadores y todo quien tenga injerencia en la actividad política, independiente a su filiación.
Protestar desde el confort de una vivienda climatizada no tiene impacto. No hay espacio para la apatía, todos en una sola voluntad. Habremos dado un gran paso cuando en la agenda del presidente de la República estén los altos costos de comercialización de la energía eléctrica en los siete departamentos continentales del Caribe.
El cambio es equidad, la cual debe ser integral a la cotidianidad de los hogares colombianos. La energía eléctrica constituye un elemento fundamental de supervivencia y producción; en este sentido y como ciudadanía libre, exijámosle al establecimiento la humanización del sistema energético nacional, el cual ha venido anteponiendo la mecánica mercantil neoliberal, al bienestar general de quienes soñamos que el cambio se salga de los discursos y el papel. Fuerte abrazo. –