Ya mucho se ha hablado del proyecto que busca cambiarle la fachada a la margen derecha del Guatapurí, de Valledupar, en la parte de la ribera del río, a la altura del balneario del pozo de Hurtado y del Pozo de Los Caballos, y frente al parque de La Provincia...
Ya mucho se ha hablado del proyecto que busca cambiarle la fachada a la margen derecha del Guatapurí, de Valledupar, en la parte de la ribera del río, a la altura del balneario del pozo de Hurtado y del Pozo de Los Caballos, y frente al parque de La Provincia. En los inicios hubo diversas especulaciones sobre las especificaciones y alcances de esta obra: unos dijeron que era un megaproyecto, un verdadero ecoparque tipo el Malecón de Barranquilla, como recomendó el Plan Maestro de Findeter y el BID, encaminado a la preservación del medio ambiente vallenato, otros se aventuraron a señalar que se trataba de la pavimentación de la zona contigua a ese emblemático afluente.
Las opiniones han sido diversas, unos a favor del proyecto y otros con serios reparos desde el punto de vista ambiental y preservación del río, pero según lo que este medio pudo conocer, durante una socialización informal con el secretario de obras del municipio, Efraín Quintero y los representantes de la firma que se ganó la licitación de dicha obra y la interventoría, con participación de algunos miembros de colectivos ambientalistas , lo que realmente se va a hacer es un mejoramiento del entorno del Guatapurí en una zona específica que tiene una extensión de 17.500 metros cuadrados. Esa sería la primera fase del proyecto.
Según lo expresado por ambas partes, contratista y contratante, las obras deben iniciar el primero de septiembre de 2022, cuya duración está establecida hasta de 14 meses, – ojalá pueda ser terminando y entregado para el próximo Festival – con una inversión superior a los 12 mil millones de pesos, hasta ahí todo hace referencia a lo contractualmente definido, pero existen otros componentes de similar importancia que deben valorarse.
El desconocimiento de los detalles precisos deriva en toda clase de especulaciones y estigmatizaciones sobre los buenos propósitos que dieron origen a una obra de estas magnitudes, por ello es de vital importancia la socialización a todos los niveles de la sociedad civil.
Este primer intento de socialización hacia la ciudadanía – más allá de las que se han venido haciendo con los comerciantes de negocios establecidos frente al río- debe ser el punto de partida para que el municipio de Valledupar, de manera conjunta con el consorcio que va a ejecutar el proyecto, defina un cronograma muy bien planificado con todos los pasos previos a la ejecución, y se hagan continuas socializaciones en el campo.
En esos primeros encuentros en los que se expone el diseño y los impactos sobre la gente y la naturaleza, surgen ideas, recomendaciones que pueden incorporarse al diseño y a la ejecución, como, por ejemplo, incorporar la necesidad de establecer un sitio fijo destinado a hacer permanente educación ambiental y de orientación a los turistas o de iluminar en función de las aves.
Seguiremos el desarrollo de esta obra clave para la ciudadanía y los visitantes de Valledupar.
Ya mucho se ha hablado del proyecto que busca cambiarle la fachada a la margen derecha del Guatapurí, de Valledupar, en la parte de la ribera del río, a la altura del balneario del pozo de Hurtado y del Pozo de Los Caballos, y frente al parque de La Provincia...
Ya mucho se ha hablado del proyecto que busca cambiarle la fachada a la margen derecha del Guatapurí, de Valledupar, en la parte de la ribera del río, a la altura del balneario del pozo de Hurtado y del Pozo de Los Caballos, y frente al parque de La Provincia. En los inicios hubo diversas especulaciones sobre las especificaciones y alcances de esta obra: unos dijeron que era un megaproyecto, un verdadero ecoparque tipo el Malecón de Barranquilla, como recomendó el Plan Maestro de Findeter y el BID, encaminado a la preservación del medio ambiente vallenato, otros se aventuraron a señalar que se trataba de la pavimentación de la zona contigua a ese emblemático afluente.
Las opiniones han sido diversas, unos a favor del proyecto y otros con serios reparos desde el punto de vista ambiental y preservación del río, pero según lo que este medio pudo conocer, durante una socialización informal con el secretario de obras del municipio, Efraín Quintero y los representantes de la firma que se ganó la licitación de dicha obra y la interventoría, con participación de algunos miembros de colectivos ambientalistas , lo que realmente se va a hacer es un mejoramiento del entorno del Guatapurí en una zona específica que tiene una extensión de 17.500 metros cuadrados. Esa sería la primera fase del proyecto.
Según lo expresado por ambas partes, contratista y contratante, las obras deben iniciar el primero de septiembre de 2022, cuya duración está establecida hasta de 14 meses, – ojalá pueda ser terminando y entregado para el próximo Festival – con una inversión superior a los 12 mil millones de pesos, hasta ahí todo hace referencia a lo contractualmente definido, pero existen otros componentes de similar importancia que deben valorarse.
El desconocimiento de los detalles precisos deriva en toda clase de especulaciones y estigmatizaciones sobre los buenos propósitos que dieron origen a una obra de estas magnitudes, por ello es de vital importancia la socialización a todos los niveles de la sociedad civil.
Este primer intento de socialización hacia la ciudadanía – más allá de las que se han venido haciendo con los comerciantes de negocios establecidos frente al río- debe ser el punto de partida para que el municipio de Valledupar, de manera conjunta con el consorcio que va a ejecutar el proyecto, defina un cronograma muy bien planificado con todos los pasos previos a la ejecución, y se hagan continuas socializaciones en el campo.
En esos primeros encuentros en los que se expone el diseño y los impactos sobre la gente y la naturaleza, surgen ideas, recomendaciones que pueden incorporarse al diseño y a la ejecución, como, por ejemplo, incorporar la necesidad de establecer un sitio fijo destinado a hacer permanente educación ambiental y de orientación a los turistas o de iluminar en función de las aves.
Seguiremos el desarrollo de esta obra clave para la ciudadanía y los visitantes de Valledupar.