El éxodo de los médicos a los anteriores países era total y muchos de esos jóvenes no regresaban a Colombia porque se quedaban trabajando en la misma ciudad donde se especializaban o se iban para Europa.
Cada día se hace imposible, en Colombia, el ingreso de un médico a una especialización en medicina; sencillamente, porque las universidades públicas ofertan 2 o 3 cupos, al igual que las privadas. Pero también existe una diferencia abismal en el valor anual de la matrícula.
En una universidad pública, de las 32 existentes que componen el Sistema Universitario Estatal (SUE) en Colombia, un año de especialización podría costar entre $30 y $100 millones y en una privada el valor se duplica en algunas y se triplica en otras.
Antes de comenzar la pandemia por el Covid19, los jóvenes recién egresados de medicina optaban por irse a especializar a otros países, especialmente en Venezuela, Brasil, Argentina, México, Cuba y Ecuador.
Incluso, en universidades estatales como Central de Caracas y Zulia un año de especialización podría costar entre 200 y 300 mil pesos colombianos, anuales.
En estos países la matrícula era barata en comparación con Colombia o Estados Unidos. El éxodo de los médicos a los anteriores países era total y muchos de esos jóvenes no regresaban a Colombia porque se quedaban trabajando en la misma ciudad donde se especializaban o se iban para Europa.
Jorge Andrés Giraldo Restrepo, médico urgentólogo y coordinador de Cuidado Intensivo de Urgencias del Hospital San Vicente Fundación, sede Rionegro, Antioquia, en declaraciones al periódico El Colombiano de Medellín, ha señalado que en “Colombia solo el 30 % de los médicos logra hacer una especialización clínica o quirúrgica debido a que los cupos son muy limitados, pues se pueden presentar 100 aspirantes a uno o seis cupos (según sea la disciplina). Además, no todas las facultades de medicina ofrecen estos programas, el costo de la matrícula es muy alto y el estudiante debe dejar de ejercer su profesión para dedicarse entre tres y cuatro años de lleno a las labores asistenciales en el hospital donde esté rotando y en las noches estudiar”.
Sin embargo, quedó en vigencia la Ley de Residentes (1917 de 2018), que permite que estas personas reciban salario mientras estudian. Al menos esto provocó un pequeño alivio.
También, el periódico Vanguardia publicó (abril/20) un análisis sobre el déficit de médicos especialistas y señaló que “en Santander tres universidades ofrecen 22 posgrados médico-quirúrgicos que resultan insuficientes, si se tiene en cuenta que en Colombia por cada cinco médicos generales solo hay un cupo para estudiar una especialización”.
Los gremios médicos y particulares reclaman que se requiere en el país que el Estado dé solución al llamado que hacen los jóvenes médicos para poder ingresar a especializarse.
La página en internet Razón Pública, asegura que en Colombia los especialistas médico-quirúrgicos tienen que pagar matrícula cara (excepto en la Universidad de Antioquia), hacer sus prácticas formativas y estudios durante tres o cinco años, pero no ganan un salario por esta práctica y el apoyo que reciben del Estado solo es un préstamo beca. En los demás países del mundo estos estudiantes no pagan matrícula y reciben una remuneración salarial durante su formación.
“Aquí dejamos a la capacidad económica o de endeudamiento de los médicos y médicas las posibilidades de formarse como especialistas, mientras en la mayoría de los países del mundo esta responsabilidad recae en la inversión social de recursos públicos”, precisa la fuente.
Especialmente en la Costa Atlántica y el Cesar, se adolece de especialistas médicos, mientras que las universidades se abstienen de crear nuevas plazas para nuevos médicos. La propuesta al Estado es que promueva con los gremios médicos mayores ofertas, especialmente en las universidades públicas, que resultan más baratas las matrículas.
“Los cupos son muy difíciles, es un proceso a veces inalcanzable”, comentó un médico. Hasta la próxima semana. [email protected] @tiochiro.
El éxodo de los médicos a los anteriores países era total y muchos de esos jóvenes no regresaban a Colombia porque se quedaban trabajando en la misma ciudad donde se especializaban o se iban para Europa.
Cada día se hace imposible, en Colombia, el ingreso de un médico a una especialización en medicina; sencillamente, porque las universidades públicas ofertan 2 o 3 cupos, al igual que las privadas. Pero también existe una diferencia abismal en el valor anual de la matrícula.
En una universidad pública, de las 32 existentes que componen el Sistema Universitario Estatal (SUE) en Colombia, un año de especialización podría costar entre $30 y $100 millones y en una privada el valor se duplica en algunas y se triplica en otras.
Antes de comenzar la pandemia por el Covid19, los jóvenes recién egresados de medicina optaban por irse a especializar a otros países, especialmente en Venezuela, Brasil, Argentina, México, Cuba y Ecuador.
Incluso, en universidades estatales como Central de Caracas y Zulia un año de especialización podría costar entre 200 y 300 mil pesos colombianos, anuales.
En estos países la matrícula era barata en comparación con Colombia o Estados Unidos. El éxodo de los médicos a los anteriores países era total y muchos de esos jóvenes no regresaban a Colombia porque se quedaban trabajando en la misma ciudad donde se especializaban o se iban para Europa.
Jorge Andrés Giraldo Restrepo, médico urgentólogo y coordinador de Cuidado Intensivo de Urgencias del Hospital San Vicente Fundación, sede Rionegro, Antioquia, en declaraciones al periódico El Colombiano de Medellín, ha señalado que en “Colombia solo el 30 % de los médicos logra hacer una especialización clínica o quirúrgica debido a que los cupos son muy limitados, pues se pueden presentar 100 aspirantes a uno o seis cupos (según sea la disciplina). Además, no todas las facultades de medicina ofrecen estos programas, el costo de la matrícula es muy alto y el estudiante debe dejar de ejercer su profesión para dedicarse entre tres y cuatro años de lleno a las labores asistenciales en el hospital donde esté rotando y en las noches estudiar”.
Sin embargo, quedó en vigencia la Ley de Residentes (1917 de 2018), que permite que estas personas reciban salario mientras estudian. Al menos esto provocó un pequeño alivio.
También, el periódico Vanguardia publicó (abril/20) un análisis sobre el déficit de médicos especialistas y señaló que “en Santander tres universidades ofrecen 22 posgrados médico-quirúrgicos que resultan insuficientes, si se tiene en cuenta que en Colombia por cada cinco médicos generales solo hay un cupo para estudiar una especialización”.
Los gremios médicos y particulares reclaman que se requiere en el país que el Estado dé solución al llamado que hacen los jóvenes médicos para poder ingresar a especializarse.
La página en internet Razón Pública, asegura que en Colombia los especialistas médico-quirúrgicos tienen que pagar matrícula cara (excepto en la Universidad de Antioquia), hacer sus prácticas formativas y estudios durante tres o cinco años, pero no ganan un salario por esta práctica y el apoyo que reciben del Estado solo es un préstamo beca. En los demás países del mundo estos estudiantes no pagan matrícula y reciben una remuneración salarial durante su formación.
“Aquí dejamos a la capacidad económica o de endeudamiento de los médicos y médicas las posibilidades de formarse como especialistas, mientras en la mayoría de los países del mundo esta responsabilidad recae en la inversión social de recursos públicos”, precisa la fuente.
Especialmente en la Costa Atlántica y el Cesar, se adolece de especialistas médicos, mientras que las universidades se abstienen de crear nuevas plazas para nuevos médicos. La propuesta al Estado es que promueva con los gremios médicos mayores ofertas, especialmente en las universidades públicas, que resultan más baratas las matrículas.
“Los cupos son muy difíciles, es un proceso a veces inalcanzable”, comentó un médico. Hasta la próxima semana. [email protected] @tiochiro.