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Columnista - 15 noviembre, 2021

Dos nefastas noticias

Después de una larga pandemia, que dejó a su paso mucho dolor por las muertes de nuestros seres queridos, y el cierre de numerosos establecimientos comerciales, el Congreso de la República recibió por parte del presidente Duque un mensaje en virtud del cual el Gobierno se opone al desmonte del impuesto 4×1000 porque tendría un […]

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Después de una larga pandemia, que dejó a su paso mucho dolor por las muertes de nuestros seres queridos, y el cierre de numerosos establecimientos comerciales, el Congreso de la República recibió por parte del presidente Duque un mensaje en virtud del cual el Gobierno se opone al desmonte del impuesto 4×1000 porque tendría un impacto fiscal negativo. 

La iniciativa legislativa fue presentada por la representante del Partido Verde, Katherine Miranda, quien propone el desmonte gradual del impuesto a las operaciones financieras, que tal como lo afirmamos en la pasada columna, es un gravamen creado de manera transitoria en 1998, para salvar de la crisis a las entidades bancarias. Desde entonces, el insufrible gravamen, dizque transitorio, está siendo cobrado, muy a pesar de que la crisis de las entidades bancarias se superó con creces, al punto que hoy por hoy, la mayoría de los bancos cierran sus balances anuales con un elevado margen de utilidades. 

Muy probablemente los congresistas, consecuente con la solicitud del primer mandatario, hundirán la iniciativa, y luego vendrán a nuestra ciudad para pescar los votos de una gran masa de ilusos, que por ignorancia y/o necesidad venderán su conciencia al mejor postor sin medir las consecuencias. De todo esto queda el siguiente mensaje: “Los impuestos transitorios en Colombia son para toda la vida”. 

La segunda noticia no puede ser peor, pues en el artículo 78 del proyecto de ley del presupuesto, que se está debatiendo en el Congreso, se establece que los dineros de las cuentas de ahorro y cuentas corrientes que no superen los 92 mil pesos, y permanezcan inactivas por un año, pasarán al fisco nacional. Esta medida es abusiva, desestimula el ahorro privado, entra en abierta contradicción con los fundamentos propios del sistema capitalista, y además, aumentan la desconfianza en el sistema bancario. En este orden de ideas, los acaudalados no tienen problema pues sus dineros se encuentran a buen recaudo en los llamados paraísos fiscales, donde no pagan impuestos, pero al resto nos va tocar tener la platica debajo del colchón. 

Nota de cierre: La recién remodelada Plaza Alfonso López presenta fractura de losas, la fuente de agua, adyacente al monumento la Renovación en Marcha, no funciona y no tiene conexión  Wi-Fi. Con esta denuncia pública, hago un sentido homenaje a la memoria de un amigo arquitecto, abanderado de estas causas sociales.

Por: Dario Arregocés Baute

[email protected].   

Columnista
15 noviembre, 2021

Dos nefastas noticias

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Dario Arregoces

Después de una larga pandemia, que dejó a su paso mucho dolor por las muertes de nuestros seres queridos, y el cierre de numerosos establecimientos comerciales, el Congreso de la República recibió por parte del presidente Duque un mensaje en virtud del cual el Gobierno se opone al desmonte del impuesto 4×1000 porque tendría un […]


Después de una larga pandemia, que dejó a su paso mucho dolor por las muertes de nuestros seres queridos, y el cierre de numerosos establecimientos comerciales, el Congreso de la República recibió por parte del presidente Duque un mensaje en virtud del cual el Gobierno se opone al desmonte del impuesto 4×1000 porque tendría un impacto fiscal negativo. 

La iniciativa legislativa fue presentada por la representante del Partido Verde, Katherine Miranda, quien propone el desmonte gradual del impuesto a las operaciones financieras, que tal como lo afirmamos en la pasada columna, es un gravamen creado de manera transitoria en 1998, para salvar de la crisis a las entidades bancarias. Desde entonces, el insufrible gravamen, dizque transitorio, está siendo cobrado, muy a pesar de que la crisis de las entidades bancarias se superó con creces, al punto que hoy por hoy, la mayoría de los bancos cierran sus balances anuales con un elevado margen de utilidades. 

Muy probablemente los congresistas, consecuente con la solicitud del primer mandatario, hundirán la iniciativa, y luego vendrán a nuestra ciudad para pescar los votos de una gran masa de ilusos, que por ignorancia y/o necesidad venderán su conciencia al mejor postor sin medir las consecuencias. De todo esto queda el siguiente mensaje: “Los impuestos transitorios en Colombia son para toda la vida”. 

La segunda noticia no puede ser peor, pues en el artículo 78 del proyecto de ley del presupuesto, que se está debatiendo en el Congreso, se establece que los dineros de las cuentas de ahorro y cuentas corrientes que no superen los 92 mil pesos, y permanezcan inactivas por un año, pasarán al fisco nacional. Esta medida es abusiva, desestimula el ahorro privado, entra en abierta contradicción con los fundamentos propios del sistema capitalista, y además, aumentan la desconfianza en el sistema bancario. En este orden de ideas, los acaudalados no tienen problema pues sus dineros se encuentran a buen recaudo en los llamados paraísos fiscales, donde no pagan impuestos, pero al resto nos va tocar tener la platica debajo del colchón. 

Nota de cierre: La recién remodelada Plaza Alfonso López presenta fractura de losas, la fuente de agua, adyacente al monumento la Renovación en Marcha, no funciona y no tiene conexión  Wi-Fi. Con esta denuncia pública, hago un sentido homenaje a la memoria de un amigo arquitecto, abanderado de estas causas sociales.

Por: Dario Arregocés Baute

[email protected].