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Columnista - 22 febrero, 2021

Puro aspaviento

El sábado 13 de febrero y para su publicación el siguiente lunes remití a la dirección de este diario un texto que rotulé ‘Mucho tilín tilín y nada de paletas’.  Parece que hubo enredo y mi columna terminó colgada, es decir no la publicaron. Por supuesto que me sentí muy incómodo, no con la publicación […]

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El sábado 13 de febrero y para su publicación el siguiente lunes remití a la dirección de este diario un texto que rotulé ‘Mucho tilín tilín y nada de paletas’.  Parece que hubo enredo y mi columna terminó colgada, es decir no la publicaron. Por supuesto que me sentí muy incómodo, no con la publicación del colega sobre La casa en el aire, cuyo contendido-además- comparto plenamente, sino con el tratamiento que se me dio y que acepto fue involuntario y errores es lo que cometemos todos los días y por lo tanto y al no tratarse de una censura doy por superado el impase.

Y cómo he quedado cojo deseo explicar que lo de las campanillas son las vacunas y lo de las paletas corrijo lo expresado originalmente y cambio de nada, por pocas paletas. Es decir mucha bulla y pocos resultados, es decir una demostración excesiva o propiamente denominada en nuestro bello idioma: aspaviento, para no llegar a la dureza del calificativo de un ilustre galeno que señaló el asunto como una “bufonada”.

Expresaba yo en mi escrito perdido en la nube y hoy reitero, para tener un punto de referencia y así poder comparar tenemos que citar a los países campeones: USA está vacunando un promedio de 1.500.000 personas diariamente; Reino Unido se acerca a las 450.000, y así otras cifras no tan abultadas pero alentadoras. Brasil 235.000 en cada jornada diaria; Chile 68.000, (pero en marzo esperan tener vacunados a 5.000.000 y en julio 18.000.000; Argentina 18.000, México 6.000, Costa Rica 1.000 y Panamá y Ecuador, guarismos pequeños también, pero lo importante fue que compraron, planificaron y ya ejecutan su plan de vacunación contra la covid-19, y Colombia apenas 50.000 dosis, hasta hoy 19 de febrero en que esto escribo. Escucho en este momento que ya vienen las vacunas  chinas de Sinovac y que llegan hoy sábado a las 5:22 p.m., cuando esto escribo. Son 190.000 dosis.

Qué más quisiéramos que para marzo tal y como Chile pudiéramos mostrar lo que ellos esperan lograr: cinco millones de vacunados. Cabe aquí preguntar: ¿Qué fue lo que hicieron Chile, Argentina, Ecuador, Panamá y Costa Rica que no Colombia?  Lo evidente es que estamos rezagados y la falta de buenos resultados no puede taparse con tanto patriabobismo.

La vacunación ha resultado algo parecido a tratar de ver al país en el mundial de fútbol: la gritería de algunos locutores, expectativas falsas, nos venden una selección, que selección sí es pero no equipo y los partidos se ganan con equipos no con selecciones,  y así como muchas de las cosas en nuestra castigada nación. Necesitamos vacunas no magia.

Pero no nos preocupemos porque tenemos el segundo himno nacional más bello del mundo “después de la marsellesa”. No sé cuándo fue ese concurso, pero nos lo creemos y vivimos felices.

PS: El Tiempo, el diario más importante del país, acaba de nombrar a su nuevo director, al que escuchaba yo por una cadena radial dando sus agradecimientos por tal designación. Tengo la impresión que anda confundido pues una cosa es El Tiempo y otra sus dueños.

No solo hay que serlo sino parecerlo.

Columnista
22 febrero, 2021

Puro aspaviento

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jaime García Chadid.

El sábado 13 de febrero y para su publicación el siguiente lunes remití a la dirección de este diario un texto que rotulé ‘Mucho tilín tilín y nada de paletas’.  Parece que hubo enredo y mi columna terminó colgada, es decir no la publicaron. Por supuesto que me sentí muy incómodo, no con la publicación […]


El sábado 13 de febrero y para su publicación el siguiente lunes remití a la dirección de este diario un texto que rotulé ‘Mucho tilín tilín y nada de paletas’.  Parece que hubo enredo y mi columna terminó colgada, es decir no la publicaron. Por supuesto que me sentí muy incómodo, no con la publicación del colega sobre La casa en el aire, cuyo contendido-además- comparto plenamente, sino con el tratamiento que se me dio y que acepto fue involuntario y errores es lo que cometemos todos los días y por lo tanto y al no tratarse de una censura doy por superado el impase.

Y cómo he quedado cojo deseo explicar que lo de las campanillas son las vacunas y lo de las paletas corrijo lo expresado originalmente y cambio de nada, por pocas paletas. Es decir mucha bulla y pocos resultados, es decir una demostración excesiva o propiamente denominada en nuestro bello idioma: aspaviento, para no llegar a la dureza del calificativo de un ilustre galeno que señaló el asunto como una “bufonada”.

Expresaba yo en mi escrito perdido en la nube y hoy reitero, para tener un punto de referencia y así poder comparar tenemos que citar a los países campeones: USA está vacunando un promedio de 1.500.000 personas diariamente; Reino Unido se acerca a las 450.000, y así otras cifras no tan abultadas pero alentadoras. Brasil 235.000 en cada jornada diaria; Chile 68.000, (pero en marzo esperan tener vacunados a 5.000.000 y en julio 18.000.000; Argentina 18.000, México 6.000, Costa Rica 1.000 y Panamá y Ecuador, guarismos pequeños también, pero lo importante fue que compraron, planificaron y ya ejecutan su plan de vacunación contra la covid-19, y Colombia apenas 50.000 dosis, hasta hoy 19 de febrero en que esto escribo. Escucho en este momento que ya vienen las vacunas  chinas de Sinovac y que llegan hoy sábado a las 5:22 p.m., cuando esto escribo. Son 190.000 dosis.

Qué más quisiéramos que para marzo tal y como Chile pudiéramos mostrar lo que ellos esperan lograr: cinco millones de vacunados. Cabe aquí preguntar: ¿Qué fue lo que hicieron Chile, Argentina, Ecuador, Panamá y Costa Rica que no Colombia?  Lo evidente es que estamos rezagados y la falta de buenos resultados no puede taparse con tanto patriabobismo.

La vacunación ha resultado algo parecido a tratar de ver al país en el mundial de fútbol: la gritería de algunos locutores, expectativas falsas, nos venden una selección, que selección sí es pero no equipo y los partidos se ganan con equipos no con selecciones,  y así como muchas de las cosas en nuestra castigada nación. Necesitamos vacunas no magia.

Pero no nos preocupemos porque tenemos el segundo himno nacional más bello del mundo “después de la marsellesa”. No sé cuándo fue ese concurso, pero nos lo creemos y vivimos felices.

PS: El Tiempo, el diario más importante del país, acaba de nombrar a su nuevo director, al que escuchaba yo por una cadena radial dando sus agradecimientos por tal designación. Tengo la impresión que anda confundido pues una cosa es El Tiempo y otra sus dueños.

No solo hay que serlo sino parecerlo.