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Columnista - 8 febrero, 2021

Prodeco dejó el ‘pelero’

En nuestra región cuando alguien arranca como loco dejando engrapado a otro o se da a la fuga por algún problema, decimos: dejó el pelero; exactamente eso acaba de hacer la multinacional Prodeco con el departamento del Cesar, afectando a más de 1.200 empleados directos y otros 4.000 indirectos. Pero más allá de la decisión, […]

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En nuestra región cuando alguien arranca como loco dejando engrapado a otro o se da a la fuga por algún problema, decimos: dejó el pelero; exactamente eso acaba de hacer la multinacional Prodeco con el departamento del Cesar, afectando a más de 1.200 empleados directos y otros 4.000 indirectos.

Pero más allá de la decisión, poco solidaria con la región que tanto le dio en tiempos pasados, lo que hay que ver es lo que se viene para el Cesar y La Guajira, departamentos que le apostaron todo a la minería y, hoy, después de 30 años de extracción, dejan serias afectaciones al medio ambiente y un alto impacto social; el tal desarrollo que decían no se vio, pasó exactamente como en otros lugares del mundo donde la minería de carbón a gran escala lo único que ha dejado son problemas y los bolsillos de las multinacionales llenos.

Como si fuera poco, para colmo, las pocas regalías las despilfarró una generación de políticos corruptos e ineptos que invirtieron en obras faraónicas sin ningún tipo de visión ni planeación; estadios inconclusos, como el de Valledupar, que se convirtió en un monumento a la corrupción; $56.000 millones y ahora quieren meterle $8.000 más para dizque otra etapa y sin tribunas de norte y sur.

En Barrancas, en las fiestas del carbón, gastaban hasta $300 millones por artista en los conciertos para darse aires de ciudad. En Chiriguaná le invirtieron $50.000 millones al acueducto y aún no hay una sola gota de agua; en La Jagua de Ibirico construyeron megaparques que hoy están abandonados; en Becerril hicieron una plaza para 30.000 personas y el municipio solo tiene 18.000 habitantes. No invirtieron en vías terciarias para impulsar el campo; no desarrollaron un modelo agroindustrial ni enfocaron recursos en educación para formar los líderes del futuro; tampoco lograron consolidar un proyecto de encadenamiento turístico, ni apoyaron a la mediana empresa y de salud ni hablar: hospitales tomados por la corrupción; lo poco que construyeron, lo hicieron a la loca con tal de sacar tajada de los contratos.

 En fin, un festín que le va a pesar a los dos departamentos y a su gente, porque ahora lo que viene es una crisis por los efectos de la pandemia, que terminará también por afectar a las dos empresas que quedan y que pronto también les tocará tomar la misma decisión de Prodeco. Cerrejón pasa por una quiebra monumental que la hace insostenible en el mediano plazo, la están vendiendo por lo que le den y ni así sale comprador. Drummond, que hizo grandes inversiones en el último tiempo, como el puerto de Ciénaga, está tratando de recuperar algo antes del desastre, porque el mercado cada día se hace insostenible por las políticas anticontaminación, hacia donde está girando el mundo con las energías amigables con el medio ambiente y más con la llegada de Joe Biden, quien tiene en su agenda reducir los combustibles fósiles en EE.UU. y promoverlo a nivel global.

 Aunque insistan en negarlo y por más doloroso que sea para la región, vienen más recortes y peores noticias, y lo más triste es que ambos departamentos no se prepararon. ¿Qué hacer? Analizar otras opciones y que el Gobierno nacional se apropie de la problemática para enfocarse en las potencialidades de la región y, así, proyectar una ruta de inversión robusta, sobre todo en el ámbito social, para lograr una estabilización que será en un tiempo difícil, pero hay que intentarlo. @JACOBOSOLANOC

Columnista
8 febrero, 2021

Prodeco dejó el ‘pelero’

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jacobo Solano Cerchiaro

En nuestra región cuando alguien arranca como loco dejando engrapado a otro o se da a la fuga por algún problema, decimos: dejó el pelero; exactamente eso acaba de hacer la multinacional Prodeco con el departamento del Cesar, afectando a más de 1.200 empleados directos y otros 4.000 indirectos. Pero más allá de la decisión, […]


En nuestra región cuando alguien arranca como loco dejando engrapado a otro o se da a la fuga por algún problema, decimos: dejó el pelero; exactamente eso acaba de hacer la multinacional Prodeco con el departamento del Cesar, afectando a más de 1.200 empleados directos y otros 4.000 indirectos.

Pero más allá de la decisión, poco solidaria con la región que tanto le dio en tiempos pasados, lo que hay que ver es lo que se viene para el Cesar y La Guajira, departamentos que le apostaron todo a la minería y, hoy, después de 30 años de extracción, dejan serias afectaciones al medio ambiente y un alto impacto social; el tal desarrollo que decían no se vio, pasó exactamente como en otros lugares del mundo donde la minería de carbón a gran escala lo único que ha dejado son problemas y los bolsillos de las multinacionales llenos.

Como si fuera poco, para colmo, las pocas regalías las despilfarró una generación de políticos corruptos e ineptos que invirtieron en obras faraónicas sin ningún tipo de visión ni planeación; estadios inconclusos, como el de Valledupar, que se convirtió en un monumento a la corrupción; $56.000 millones y ahora quieren meterle $8.000 más para dizque otra etapa y sin tribunas de norte y sur.

En Barrancas, en las fiestas del carbón, gastaban hasta $300 millones por artista en los conciertos para darse aires de ciudad. En Chiriguaná le invirtieron $50.000 millones al acueducto y aún no hay una sola gota de agua; en La Jagua de Ibirico construyeron megaparques que hoy están abandonados; en Becerril hicieron una plaza para 30.000 personas y el municipio solo tiene 18.000 habitantes. No invirtieron en vías terciarias para impulsar el campo; no desarrollaron un modelo agroindustrial ni enfocaron recursos en educación para formar los líderes del futuro; tampoco lograron consolidar un proyecto de encadenamiento turístico, ni apoyaron a la mediana empresa y de salud ni hablar: hospitales tomados por la corrupción; lo poco que construyeron, lo hicieron a la loca con tal de sacar tajada de los contratos.

 En fin, un festín que le va a pesar a los dos departamentos y a su gente, porque ahora lo que viene es una crisis por los efectos de la pandemia, que terminará también por afectar a las dos empresas que quedan y que pronto también les tocará tomar la misma decisión de Prodeco. Cerrejón pasa por una quiebra monumental que la hace insostenible en el mediano plazo, la están vendiendo por lo que le den y ni así sale comprador. Drummond, que hizo grandes inversiones en el último tiempo, como el puerto de Ciénaga, está tratando de recuperar algo antes del desastre, porque el mercado cada día se hace insostenible por las políticas anticontaminación, hacia donde está girando el mundo con las energías amigables con el medio ambiente y más con la llegada de Joe Biden, quien tiene en su agenda reducir los combustibles fósiles en EE.UU. y promoverlo a nivel global.

 Aunque insistan en negarlo y por más doloroso que sea para la región, vienen más recortes y peores noticias, y lo más triste es que ambos departamentos no se prepararon. ¿Qué hacer? Analizar otras opciones y que el Gobierno nacional se apropie de la problemática para enfocarse en las potencialidades de la región y, así, proyectar una ruta de inversión robusta, sobre todo en el ámbito social, para lograr una estabilización que será en un tiempo difícil, pero hay que intentarlo. @JACOBOSOLANOC