En el departamento del Cesar, las últimas estadísticas muestran que el delito por hurto a personas ha presentado una reducción del 30 % con relación al año inmediatamente anterior; sin embargo, aunque las cifras actuales señalan una significativa disminución, las zonas urbanas y rurales de los municipios de Valledupar, Aguachica, Codazzi, Bosconia, Curumaní, Pelaya, Becerril, […]
En el departamento del Cesar, las últimas estadísticas muestran que el delito por hurto a personas ha presentado una reducción del 30 % con relación al año inmediatamente anterior; sin embargo, aunque las cifras actuales señalan una significativa disminución, las zonas urbanas y rurales de los municipios de Valledupar, Aguachica, Codazzi, Bosconia, Curumaní, Pelaya, Becerril, La Jagua de Ibirico y El Paso; mantienen una activa presencia delincuencial, donde asaltantes conservan su poder intimidatorio utilizando armas blancas y de fuego para arremeter contra sus víctimas.
Según estudios realizados por expertos en criminalística, se evidencia que los delincuentes en su accionar, mantienen identificados distintos ambientes hasta materializar el hurto; comprendiendo zonas residenciales, de recreación, lugares de trabajo, sectores comerciales, zonas industriales, fincas, colegios y universidades; espacios de la vía pública incluyendo rutas ciclísticas y áreas turísticas, así como terminales de transporte y zonas abandonadas.
Analizando la trayectoria que utiliza la delincuencia para cometer delitos de peligro, en algunas de las etapas del Iter Criminis, se ha revelado que el camino que recorre el delincuente es corto; desde su residencia hasta el lugar de los hechos, no supera los 3 km, siendo la motocicleta el medio de transporte más utilizado para cometer ilícitos. Por lo general los infractores más jóvenes cometen delitos cerca de sus casas, pues tienden a desconocer el territorio; de tal modo que el delincuente amplía la distancia de su desplazamiento, conforme con el avance de su edad.
Profusos puntos de riesgo, como espacios de alto nivel delictivo, siguen persistiendo en ambientes que fueron utilizados por la delincuencia en épocas anteriores. Es relevante que las autoridades fortalezcan las estrategias de seguridad ciudadana como medidas para reducir los índices delincuenciales; diseñando planes de desarme en los barrios que colindan con zonas marginales; dotando de cámaras de seguridad de última tecnología a Valledupar y los demás municipios del departamento que no cuentan con este sistema de vigilancia y protección.
Es importante que se gestionen recursos para mantener las recompensas y las autoridades puedan nutrirse de información privilegiada; que se realicen allanamientos que conlleven a la captura de los más buscados; diseñar canales de comunicación privada para que la ciudadanía denuncie actos delictivos; y aplicar el art. 170 del Código Nacional de Policía y Convivencia, en caso de solicitar asistencia militar para zonas urbanas críticas.
Es esencial que estas estrategias se enlacen con políticas públicas en generación de empleo y atención a la población vulnerable del departamento, articuladas con Jornadas de Apoyo al Desarrollo, lideradas por Profesionales Oficiales de Reserva del Ejército Nacional, contempladas en las acciones estratégicas del V eje del Plan de Desarrollo Departamental del Cesar 2020-2023, con el fin de cubrir necesidades básicas comunitarias y contribuir directamente con la recuperación social del territorio.
En el departamento del Cesar, las últimas estadísticas muestran que el delito por hurto a personas ha presentado una reducción del 30 % con relación al año inmediatamente anterior; sin embargo, aunque las cifras actuales señalan una significativa disminución, las zonas urbanas y rurales de los municipios de Valledupar, Aguachica, Codazzi, Bosconia, Curumaní, Pelaya, Becerril, […]
En el departamento del Cesar, las últimas estadísticas muestran que el delito por hurto a personas ha presentado una reducción del 30 % con relación al año inmediatamente anterior; sin embargo, aunque las cifras actuales señalan una significativa disminución, las zonas urbanas y rurales de los municipios de Valledupar, Aguachica, Codazzi, Bosconia, Curumaní, Pelaya, Becerril, La Jagua de Ibirico y El Paso; mantienen una activa presencia delincuencial, donde asaltantes conservan su poder intimidatorio utilizando armas blancas y de fuego para arremeter contra sus víctimas.
Según estudios realizados por expertos en criminalística, se evidencia que los delincuentes en su accionar, mantienen identificados distintos ambientes hasta materializar el hurto; comprendiendo zonas residenciales, de recreación, lugares de trabajo, sectores comerciales, zonas industriales, fincas, colegios y universidades; espacios de la vía pública incluyendo rutas ciclísticas y áreas turísticas, así como terminales de transporte y zonas abandonadas.
Analizando la trayectoria que utiliza la delincuencia para cometer delitos de peligro, en algunas de las etapas del Iter Criminis, se ha revelado que el camino que recorre el delincuente es corto; desde su residencia hasta el lugar de los hechos, no supera los 3 km, siendo la motocicleta el medio de transporte más utilizado para cometer ilícitos. Por lo general los infractores más jóvenes cometen delitos cerca de sus casas, pues tienden a desconocer el territorio; de tal modo que el delincuente amplía la distancia de su desplazamiento, conforme con el avance de su edad.
Profusos puntos de riesgo, como espacios de alto nivel delictivo, siguen persistiendo en ambientes que fueron utilizados por la delincuencia en épocas anteriores. Es relevante que las autoridades fortalezcan las estrategias de seguridad ciudadana como medidas para reducir los índices delincuenciales; diseñando planes de desarme en los barrios que colindan con zonas marginales; dotando de cámaras de seguridad de última tecnología a Valledupar y los demás municipios del departamento que no cuentan con este sistema de vigilancia y protección.
Es importante que se gestionen recursos para mantener las recompensas y las autoridades puedan nutrirse de información privilegiada; que se realicen allanamientos que conlleven a la captura de los más buscados; diseñar canales de comunicación privada para que la ciudadanía denuncie actos delictivos; y aplicar el art. 170 del Código Nacional de Policía y Convivencia, en caso de solicitar asistencia militar para zonas urbanas críticas.
Es esencial que estas estrategias se enlacen con políticas públicas en generación de empleo y atención a la población vulnerable del departamento, articuladas con Jornadas de Apoyo al Desarrollo, lideradas por Profesionales Oficiales de Reserva del Ejército Nacional, contempladas en las acciones estratégicas del V eje del Plan de Desarrollo Departamental del Cesar 2020-2023, con el fin de cubrir necesidades básicas comunitarias y contribuir directamente con la recuperación social del territorio.