La participación activa de la juventud actual ha sido clave para generar cambios necesarios en la forma en la que se hace política, las redes sociales se han convertido en una especie de corporación ciudadana para hacer control en respuesta al subdesarrollo en el que hemos estado sumergidos los colombianos durante años; pero nos hemos […]
La participación activa de la juventud actual ha sido clave para generar cambios necesarios en la forma en la que se hace política, las redes sociales se han convertido en una especie de corporación ciudadana para hacer control en respuesta al subdesarrollo en el que hemos estado sumergidos los colombianos durante años; pero nos hemos quedado cortos, pues aunque es meritorio seguir de cerca los pasos de quienes nos gobiernan, debemos trascender; proponer, y sobretodo, generar cambios.
Nos encontramos en un país con muchos problemas de fondo, ¿cuáles son y qué hacer? Ahí reside la transformación. Existe una palabra clave que debemos conocer, procesar y apropiarnos de ella: gobernanza, ¿que no existen garantías para lograrla? ¡Falso! Así como tenemos gallardía, para a través de nuestras redes sociales ejercer un control político informal sobre nuestros mandatarios, es precisamente esta misma fuente, el punto de partida que nos generará el espacio para proponerles las posibles soluciones de las problemáticas de las comunidades. El liderazgo, sobretodo en la costa Caribe, debe ir más allá de la búsqueda de un puesto que durará no más del cuatrienio del mandatario de turno, debemos generar propuestas para nuevos emprendimientos que promuevan el empleo y el desarrollo social, económico y cultural de la región.
Si bien, es el Estado quien toma la decisiones en la implementación de las políticas públicas, la gobernanza nos da la oportunidad a los ciudadanos de formularlas, ¿quién conoce mejor las problemáticas a solucionar que el que las vive? No se trata de interactuar con los gobernantes a punta de opinión, eso, aunque ayuda, no garantiza la transparencia y el buen funcionamiento de un gobierno con respecto a las necesidades básicas y a la solución de los problemas de fondo de una comunidad. Por qué hablo de la juventud 2.0, básicamente porque esta generación es la que ha sido impactada por el desarrollo de la web y de todas sus bondades, y esto nos amplío el espectro y nos facilitó la comunicación con los políticos que hasta hace pocos años parecían personas alejadas de nuestro entorno, parecían, porque en realidad ellos son empleados de la sociedad y su deber es procurar nuestro bienestar. El reto de la juventud 2.0, es trascender y por qué no, formarse como un pueblo incorruptible, dirigentes con visión y talante de estadistas, intelectuales, apasionados por lo público, que estén presentes en los grandes debates y las grandes decisiones; que en el salón Elíptico, en las altas cortes y en general en los orbitales superiores de los poderes públicos, se puedan escuchar esos discursos contundentes y significativos, con propuestas que puedan materializar el sentir y la voluntad de un pueblo, verdaderos y dignos representantes de la sociedad civil que hablen por sí solos de una región pujante. Por eso invito a los jóvenes a que tomen la batuta, un buen comienzo es que busquen la manera de aportar a sus mandatarios a través de propuestas novedosas, que no sea la crítica por la crítica, que impulsen a sus comunidades; estamos en la era de la tecnología que lo ha cambiado todo, entonces, ¿por qué no va a cambiar la manera en la que se gobierna? Tenemos literalmente el mundo en nuestras manos, sigamos en nuestra labor de control político informal, sigamos opinando a partir de nuestra visión del mundo, sigamos defendiendo nuestra ideología, sigamos, pero hagamos también.
La participación activa de la juventud actual ha sido clave para generar cambios necesarios en la forma en la que se hace política, las redes sociales se han convertido en una especie de corporación ciudadana para hacer control en respuesta al subdesarrollo en el que hemos estado sumergidos los colombianos durante años; pero nos hemos […]
La participación activa de la juventud actual ha sido clave para generar cambios necesarios en la forma en la que se hace política, las redes sociales se han convertido en una especie de corporación ciudadana para hacer control en respuesta al subdesarrollo en el que hemos estado sumergidos los colombianos durante años; pero nos hemos quedado cortos, pues aunque es meritorio seguir de cerca los pasos de quienes nos gobiernan, debemos trascender; proponer, y sobretodo, generar cambios.
Nos encontramos en un país con muchos problemas de fondo, ¿cuáles son y qué hacer? Ahí reside la transformación. Existe una palabra clave que debemos conocer, procesar y apropiarnos de ella: gobernanza, ¿que no existen garantías para lograrla? ¡Falso! Así como tenemos gallardía, para a través de nuestras redes sociales ejercer un control político informal sobre nuestros mandatarios, es precisamente esta misma fuente, el punto de partida que nos generará el espacio para proponerles las posibles soluciones de las problemáticas de las comunidades. El liderazgo, sobretodo en la costa Caribe, debe ir más allá de la búsqueda de un puesto que durará no más del cuatrienio del mandatario de turno, debemos generar propuestas para nuevos emprendimientos que promuevan el empleo y el desarrollo social, económico y cultural de la región.
Si bien, es el Estado quien toma la decisiones en la implementación de las políticas públicas, la gobernanza nos da la oportunidad a los ciudadanos de formularlas, ¿quién conoce mejor las problemáticas a solucionar que el que las vive? No se trata de interactuar con los gobernantes a punta de opinión, eso, aunque ayuda, no garantiza la transparencia y el buen funcionamiento de un gobierno con respecto a las necesidades básicas y a la solución de los problemas de fondo de una comunidad. Por qué hablo de la juventud 2.0, básicamente porque esta generación es la que ha sido impactada por el desarrollo de la web y de todas sus bondades, y esto nos amplío el espectro y nos facilitó la comunicación con los políticos que hasta hace pocos años parecían personas alejadas de nuestro entorno, parecían, porque en realidad ellos son empleados de la sociedad y su deber es procurar nuestro bienestar. El reto de la juventud 2.0, es trascender y por qué no, formarse como un pueblo incorruptible, dirigentes con visión y talante de estadistas, intelectuales, apasionados por lo público, que estén presentes en los grandes debates y las grandes decisiones; que en el salón Elíptico, en las altas cortes y en general en los orbitales superiores de los poderes públicos, se puedan escuchar esos discursos contundentes y significativos, con propuestas que puedan materializar el sentir y la voluntad de un pueblo, verdaderos y dignos representantes de la sociedad civil que hablen por sí solos de una región pujante. Por eso invito a los jóvenes a que tomen la batuta, un buen comienzo es que busquen la manera de aportar a sus mandatarios a través de propuestas novedosas, que no sea la crítica por la crítica, que impulsen a sus comunidades; estamos en la era de la tecnología que lo ha cambiado todo, entonces, ¿por qué no va a cambiar la manera en la que se gobierna? Tenemos literalmente el mundo en nuestras manos, sigamos en nuestra labor de control político informal, sigamos opinando a partir de nuestra visión del mundo, sigamos defendiendo nuestra ideología, sigamos, pero hagamos también.