Las palabras del compositor guajiro a su paisano se dieron a partir del aterrizaje que hizo Silvestre en su aeronave privada en Valledupar.
Cada paso que el cantante Silvestre Dangond dan, relacionado con su vida artística o personal, es objeto de reacciones inmediatas por sus seguidores, colegas o de quienes se consideran instituciones del folclor.
En esta oportunidad fue el compositor Rafael Manjarrez quien se pronunció sobre el artista urumitero; al tiempo el autor hizo referencia al manager del cantante, Carlos Bloom, a quien conminó a transmitirle a su representado el mensaje.
“Bendito Dios. Felicitaciones Carlos Bloom. Sé que sientes este inusitado acontecimiento como tuyo, a juzgar por lo cabal que eres y el afecto íntegro que uno percibe existe entre Silvestre y tú”, inicia sus palabras Manjarrez.
El también notario sigue en sus líneas advirtiendo que “estimo procedente siempre dirigir mis motivos de comunicación para Silvestre por tu conducto, disposición que he supuesto de tu parte para mí, en rigor de tu generosidad a prima face. Esto porque creo que de acuerdo al alto tráfico de llamadas y la demanda social de nuestro emblemático artista, o sería infructuosa la comunicación o terminaría en inoportuna”.
A LO QUE SE REFIERE RAFA
Rafael Manjarrez se ha caracterizado por su estilo directo, de llamar cada cosa por su nombre y decir sin tapujo alguno lo que no le gusta y lo que sí.
“De manera que coloquialmente en esta oportunidad por favor cuéntale, que el orgullo que sentí con la imagen del imponente avión de su propiedad, estacionado en el aeropuerto de Valledupar, con el grabado Silvestre Dangond, se circunscribió al sentimiento puramente raizal de un jaguero para un urumitero y la verdad en ese momento hice raciocinio como medio lapso, inmerso en el mágico código parroquiano, por lo que referencié entonces el jubiloso hecho a una hazaña de ‘El hijo de El Palomo’ y claro reventé de pronto en la realidad e irremediablemente en un indescriptible y fulguroso destello de alegría y entusiasmo que me aterrizó en que ese intrépido coterráneo es el mismo coloso que brilla con luz propia en la constelación mundial de los artistas”, apunta Manjarrez.
El autor, nacido en La Jagua del Pilar, en La Guajira, hace referencia a el arribo de Silvestre Dangond con su jet privado a la capital del Cesar, registrado la semana anterior y que marca un precedente dentro del folclor.
“Ese que admiramos y queremos tanto, porque sentimos incólume su polo a tierra con el respeto por sus semejantes, su sencillez y el afecto puro por los suyos y sus coterráneos; el mismo que a fuerza de incontenible talento, todos los días escribe honrosas páginas de historia en nuestra música vallenata; no importa que ilusos réprobos quieran desconocer sus mérito, desde luego en el ámbito personal, porque en el artístico sería cabalgar en lomos de la propia utopía”, concluye Manjarrez.
EL ATERRIZAJE DE DANGOND
Silvestre Dangond llegó a Valledupar el viernes a bordo de su primer jet privado y en compañía de su esposa Piery Avendaño y su hijo menor, José Silvestre. Ellos recorrieron el trayecto que inició en Miami, Estados Unidos y concluyó en el aeropuerto Alfonso López.
Las palabras del compositor guajiro a su paisano se dieron a partir del aterrizaje que hizo Silvestre en su aeronave privada en Valledupar.
Cada paso que el cantante Silvestre Dangond dan, relacionado con su vida artística o personal, es objeto de reacciones inmediatas por sus seguidores, colegas o de quienes se consideran instituciones del folclor.
En esta oportunidad fue el compositor Rafael Manjarrez quien se pronunció sobre el artista urumitero; al tiempo el autor hizo referencia al manager del cantante, Carlos Bloom, a quien conminó a transmitirle a su representado el mensaje.
“Bendito Dios. Felicitaciones Carlos Bloom. Sé que sientes este inusitado acontecimiento como tuyo, a juzgar por lo cabal que eres y el afecto íntegro que uno percibe existe entre Silvestre y tú”, inicia sus palabras Manjarrez.
El también notario sigue en sus líneas advirtiendo que “estimo procedente siempre dirigir mis motivos de comunicación para Silvestre por tu conducto, disposición que he supuesto de tu parte para mí, en rigor de tu generosidad a prima face. Esto porque creo que de acuerdo al alto tráfico de llamadas y la demanda social de nuestro emblemático artista, o sería infructuosa la comunicación o terminaría en inoportuna”.
A LO QUE SE REFIERE RAFA
Rafael Manjarrez se ha caracterizado por su estilo directo, de llamar cada cosa por su nombre y decir sin tapujo alguno lo que no le gusta y lo que sí.
“De manera que coloquialmente en esta oportunidad por favor cuéntale, que el orgullo que sentí con la imagen del imponente avión de su propiedad, estacionado en el aeropuerto de Valledupar, con el grabado Silvestre Dangond, se circunscribió al sentimiento puramente raizal de un jaguero para un urumitero y la verdad en ese momento hice raciocinio como medio lapso, inmerso en el mágico código parroquiano, por lo que referencié entonces el jubiloso hecho a una hazaña de ‘El hijo de El Palomo’ y claro reventé de pronto en la realidad e irremediablemente en un indescriptible y fulguroso destello de alegría y entusiasmo que me aterrizó en que ese intrépido coterráneo es el mismo coloso que brilla con luz propia en la constelación mundial de los artistas”, apunta Manjarrez.
El autor, nacido en La Jagua del Pilar, en La Guajira, hace referencia a el arribo de Silvestre Dangond con su jet privado a la capital del Cesar, registrado la semana anterior y que marca un precedente dentro del folclor.
“Ese que admiramos y queremos tanto, porque sentimos incólume su polo a tierra con el respeto por sus semejantes, su sencillez y el afecto puro por los suyos y sus coterráneos; el mismo que a fuerza de incontenible talento, todos los días escribe honrosas páginas de historia en nuestra música vallenata; no importa que ilusos réprobos quieran desconocer sus mérito, desde luego en el ámbito personal, porque en el artístico sería cabalgar en lomos de la propia utopía”, concluye Manjarrez.
EL ATERRIZAJE DE DANGOND
Silvestre Dangond llegó a Valledupar el viernes a bordo de su primer jet privado y en compañía de su esposa Piery Avendaño y su hijo menor, José Silvestre. Ellos recorrieron el trayecto que inició en Miami, Estados Unidos y concluyó en el aeropuerto Alfonso López.