El pasado lunes, el alcalde Augusto Ramírez Uhía, el secretario municipal de Cultura, Tomás Darío Gutiérrez, el 34° rey del Festival Vallenato, Álvaro Meza y la ministra de Cultura, Carmen Inés Vásquez, en la sede oficial de la Unesco, ubicada en París, Francia, radicaron la documentación requerida para que Valledupar sea admitida como ciudad creativa de […]
El pasado lunes, el alcalde Augusto Ramírez Uhía, el secretario municipal de Cultura, Tomás Darío Gutiérrez, el 34° rey del Festival Vallenato, Álvaro Meza y la ministra de Cultura, Carmen Inés Vásquez, en la sede oficial de la Unesco, ubicada en París, Francia, radicaron la documentación requerida para que Valledupar sea admitida como ciudad creativa de música.
Esta comitiva ha regresado confiada de que la respuesta de la Unesco será favorable, teniendo en cuenta la fantástica dimensión alcanzada por la música vallenata, interpretada por juglares virtuosos que han traspasado las fronteras del país, conservando el legado musical tradicional de los pioneros legendarios, como fueron Francisco el hombre, Santander Martínez, Bolañito, Lole y Luis Pitre; relevados por el maestro Rafael Escalona, Emiliano Zuleta Baquero, Lorenzo Morales ‘Moralito’, a la vez se consagraban las dinastías de músicos aventajados, en las cuales han sobresalido los Zuleta Díaz, los López, los Romero Ospino, los Granados, el difunto inmortal Diomedes Díaz y su progenie; Jorge Oñate el glorioso jilguero, Rafael Orozco, Iván Villazón, Carlos Vives, Silvestre Dangond, también el séquito de ingeniosos compositores y célebres cantautores, cuyos nombres quisiera resaltar pero el espacio no me lo permite. Por el virtuosismo musical de todos ellos y de la camada inagotable de nuevas generaciones de artistas, Valledupar merece que la Unesco la afilie a la red mundial de ciudades creativas, que sería un premio a nuestra música autóctona, distinguida no solo por su melodía cautivadora, sino por sus parrandas agradables, donde los cantantes de los conjuntos vallenatos saludan efusivamente a sus amigos, a los anfitriones y a los invitados, que son halagos ancestrales propios de las parrandas y grabaciones de música vallenata que enorgullece y entusiasma a los saludados.
Si la directiva de la Unesco proclama a Valledupar como ciudad creativa de música, en adelante, la capital mundial del vallenato requiere de amplio y activo acompañamiento, no solo de su gente y de la región, sino de todos los colombianos, incluso los residentes en el exterior, pues esta designación sería complementaria de la economía naranja, habida cuenta de que el objetivo de la Unesco es promover el desarrollo social y económico de las ciudades creativas, tanto en los países industrializados como en desarrollo.
En el mundo, la Unesco ha acogido 180 ciudades como creativas en artes, ciencia, artesanías, diseños de modas, gastronomía y otros trabajos creativos, acoplados a proyectos y programas que les permite compartir experiencias, realizar capacitaciones a escala local e incrementar la diversidad de la producción cultural y el mercadeo internacional, además impulsar y difundir modelos de actuación eficientes y efectivos.
Valledupar está ad-portas de un enorme reto, tanto en el ámbito nacional como en el internacional, principalmente, su gente dirigente, que debe asumir este desafío con mucha responsabilidad y respaldarlo con todo el empeño posible, sin egoísmo ni politiquería, ya que tales galimatías muy frecuentes en todos los estratos sociales del territorio colombiano, impiden o llevan al fracaso a muchas buenas intenciones.
El pasado lunes, el alcalde Augusto Ramírez Uhía, el secretario municipal de Cultura, Tomás Darío Gutiérrez, el 34° rey del Festival Vallenato, Álvaro Meza y la ministra de Cultura, Carmen Inés Vásquez, en la sede oficial de la Unesco, ubicada en París, Francia, radicaron la documentación requerida para que Valledupar sea admitida como ciudad creativa de […]
El pasado lunes, el alcalde Augusto Ramírez Uhía, el secretario municipal de Cultura, Tomás Darío Gutiérrez, el 34° rey del Festival Vallenato, Álvaro Meza y la ministra de Cultura, Carmen Inés Vásquez, en la sede oficial de la Unesco, ubicada en París, Francia, radicaron la documentación requerida para que Valledupar sea admitida como ciudad creativa de música.
Esta comitiva ha regresado confiada de que la respuesta de la Unesco será favorable, teniendo en cuenta la fantástica dimensión alcanzada por la música vallenata, interpretada por juglares virtuosos que han traspasado las fronteras del país, conservando el legado musical tradicional de los pioneros legendarios, como fueron Francisco el hombre, Santander Martínez, Bolañito, Lole y Luis Pitre; relevados por el maestro Rafael Escalona, Emiliano Zuleta Baquero, Lorenzo Morales ‘Moralito’, a la vez se consagraban las dinastías de músicos aventajados, en las cuales han sobresalido los Zuleta Díaz, los López, los Romero Ospino, los Granados, el difunto inmortal Diomedes Díaz y su progenie; Jorge Oñate el glorioso jilguero, Rafael Orozco, Iván Villazón, Carlos Vives, Silvestre Dangond, también el séquito de ingeniosos compositores y célebres cantautores, cuyos nombres quisiera resaltar pero el espacio no me lo permite. Por el virtuosismo musical de todos ellos y de la camada inagotable de nuevas generaciones de artistas, Valledupar merece que la Unesco la afilie a la red mundial de ciudades creativas, que sería un premio a nuestra música autóctona, distinguida no solo por su melodía cautivadora, sino por sus parrandas agradables, donde los cantantes de los conjuntos vallenatos saludan efusivamente a sus amigos, a los anfitriones y a los invitados, que son halagos ancestrales propios de las parrandas y grabaciones de música vallenata que enorgullece y entusiasma a los saludados.
Si la directiva de la Unesco proclama a Valledupar como ciudad creativa de música, en adelante, la capital mundial del vallenato requiere de amplio y activo acompañamiento, no solo de su gente y de la región, sino de todos los colombianos, incluso los residentes en el exterior, pues esta designación sería complementaria de la economía naranja, habida cuenta de que el objetivo de la Unesco es promover el desarrollo social y económico de las ciudades creativas, tanto en los países industrializados como en desarrollo.
En el mundo, la Unesco ha acogido 180 ciudades como creativas en artes, ciencia, artesanías, diseños de modas, gastronomía y otros trabajos creativos, acoplados a proyectos y programas que les permite compartir experiencias, realizar capacitaciones a escala local e incrementar la diversidad de la producción cultural y el mercadeo internacional, además impulsar y difundir modelos de actuación eficientes y efectivos.
Valledupar está ad-portas de un enorme reto, tanto en el ámbito nacional como en el internacional, principalmente, su gente dirigente, que debe asumir este desafío con mucha responsabilidad y respaldarlo con todo el empeño posible, sin egoísmo ni politiquería, ya que tales galimatías muy frecuentes en todos los estratos sociales del territorio colombiano, impiden o llevan al fracaso a muchas buenas intenciones.