Nicolás Maduro no puede pretender tapar el sol con una mano al asegurar que los venezolanos no necesitan la ayuda humanitaria que ofrece Estados Unidos y otros países.
Nicolás Maduro no puede pretender tapar el sol con una mano al asegurar que los venezolanos no necesitan la ayuda humanitaria que ofrece Estados Unidos y otros países. Eso lo tenemos muy claro los colombianos que diario apreciamos las calles llenas de venezolanos en la mendicidad porque en su país no hay oportunidad de sostenerse con un bolívar que cada día pierde más poder adquisitivo y comprar alimentos es casi imposible.
Iván Duque tampoco puede desconocer que en Colombia hay miseria y que urge redoblar esfuerzos para atender a nuestra población más necesitada, que también muere de hambre.
En ese sentido, la recolección de alimentos y el concierto de hoy en Cúcuta no deben perder el sentido humanitario que ha unido a varios países para saciar, aunque sea momentáneamente, las necesidades alimenticias y de medicamentos de miles de venezolanos. No obstante, es inevitable desconocer que la ayuda humanitaria represada en Tienditas tiene un sentido político, pues busca afianzar la figura de Juan Guaidó como presidente interino.
Recalcamos que la comida que ha llegado en camiones y aviones a Cúcuta es una solución temporal, pero lo que el vecino país necesita es que su gente se una para empoderar a quien consideren puede poner fin a la crisis que los azota. Miles de voluntarios empezarán a prepararse para enfrentar el bloqueo del gobierno venezolano al ingreso de ayuda humanitaria acopiada en Colombia, pero deben hacerlo de manera pacífica, y las fuerzas militares bolivarianas deben respetar a los ciudadanos para que no haya hechos que lamentar.
Del otro lado de la frontera se prepara otro concierto y otra jornada humanitaria a favor de las comunidades desfavorecidas en Cúcuta, organizado por el gobierno de Maduro. En ese sentido, rogamos porque las fronteras sean desbloqueadas, se abran de lado y lado, para que las entregas se desarrollen de manera pacífica, porque al final los más beneficiados serán los más necesitados.
En los conciertos de hoy esperamos que no se incentiven los odios, sino que se promulgue la unidad y la participación ciudadana para que el mundo entienda que las fronteras construidas con bases políticas no pueden separar a los hermanos de diferentes banderas porque al fin de cuentas somos un solo pueblo.
Todo la dinámica que se está dando en la frontera con la jornada humanitaria demuestra que cuando se quiere se puede, que con ayudas por parte de los países de América y del mismo gobierno venezolano se puede aplacar la crisis de un pueblo que ha tenido que emigrar a otras latitudes en busca de comida y medicina.
Lo que ocurra hoy en los conciertos y mañana en las entregas de las ayudas será decisivo frente al acorralado régimen de Maduro, teniendo en cuenta que Guaidó, jefe del Parlamento de mayoría opositora, ya es reconocido como mandatario interino por 50 países, pero todavía no ha logrado desplazar al actual gobierno. En ese sentido, el cerco internacional no baja la guardia y el próximo lunes se realizará en Bogotá la reunión del Grupo de Lima, donde se reafirmará el compromiso de todos los países con Venezuela.
Nicolás Maduro no puede pretender tapar el sol con una mano al asegurar que los venezolanos no necesitan la ayuda humanitaria que ofrece Estados Unidos y otros países.
Nicolás Maduro no puede pretender tapar el sol con una mano al asegurar que los venezolanos no necesitan la ayuda humanitaria que ofrece Estados Unidos y otros países. Eso lo tenemos muy claro los colombianos que diario apreciamos las calles llenas de venezolanos en la mendicidad porque en su país no hay oportunidad de sostenerse con un bolívar que cada día pierde más poder adquisitivo y comprar alimentos es casi imposible.
Iván Duque tampoco puede desconocer que en Colombia hay miseria y que urge redoblar esfuerzos para atender a nuestra población más necesitada, que también muere de hambre.
En ese sentido, la recolección de alimentos y el concierto de hoy en Cúcuta no deben perder el sentido humanitario que ha unido a varios países para saciar, aunque sea momentáneamente, las necesidades alimenticias y de medicamentos de miles de venezolanos. No obstante, es inevitable desconocer que la ayuda humanitaria represada en Tienditas tiene un sentido político, pues busca afianzar la figura de Juan Guaidó como presidente interino.
Recalcamos que la comida que ha llegado en camiones y aviones a Cúcuta es una solución temporal, pero lo que el vecino país necesita es que su gente se una para empoderar a quien consideren puede poner fin a la crisis que los azota. Miles de voluntarios empezarán a prepararse para enfrentar el bloqueo del gobierno venezolano al ingreso de ayuda humanitaria acopiada en Colombia, pero deben hacerlo de manera pacífica, y las fuerzas militares bolivarianas deben respetar a los ciudadanos para que no haya hechos que lamentar.
Del otro lado de la frontera se prepara otro concierto y otra jornada humanitaria a favor de las comunidades desfavorecidas en Cúcuta, organizado por el gobierno de Maduro. En ese sentido, rogamos porque las fronteras sean desbloqueadas, se abran de lado y lado, para que las entregas se desarrollen de manera pacífica, porque al final los más beneficiados serán los más necesitados.
En los conciertos de hoy esperamos que no se incentiven los odios, sino que se promulgue la unidad y la participación ciudadana para que el mundo entienda que las fronteras construidas con bases políticas no pueden separar a los hermanos de diferentes banderas porque al fin de cuentas somos un solo pueblo.
Todo la dinámica que se está dando en la frontera con la jornada humanitaria demuestra que cuando se quiere se puede, que con ayudas por parte de los países de América y del mismo gobierno venezolano se puede aplacar la crisis de un pueblo que ha tenido que emigrar a otras latitudes en busca de comida y medicina.
Lo que ocurra hoy en los conciertos y mañana en las entregas de las ayudas será decisivo frente al acorralado régimen de Maduro, teniendo en cuenta que Guaidó, jefe del Parlamento de mayoría opositora, ya es reconocido como mandatario interino por 50 países, pero todavía no ha logrado desplazar al actual gobierno. En ese sentido, el cerco internacional no baja la guardia y el próximo lunes se realizará en Bogotá la reunión del Grupo de Lima, donde se reafirmará el compromiso de todos los países con Venezuela.