El Consejo Académico de la Universidad Popular del Cesar convocó la tarde de ayer a sus estudiantes para que puedan concluir el calendario académico 2018 – II, suspendido por cuenta del paro nacional universitario, que se realizó como protesta por los recursos de la educación superior. Por todos es sabido que estudiantes y Gobierno llegaron […]
El Consejo Académico de la Universidad Popular del Cesar convocó la tarde de ayer a sus estudiantes para que puedan concluir el calendario académico 2018 – II, suspendido por cuenta del paro nacional universitario, que se realizó como protesta por los recursos de la educación superior. Por todos es sabido que estudiantes y Gobierno llegaron a un acuerdo el 14 de diciembre pasado; más de dos meses de cese de actividades académicas y muchas reuniones, con altos y bajos, dieron como resultado un aumento de 4,5 billones de pesos para la educación superior durante el periodo de Iván Duque Márquez, presidente de Colombia.
De manera que, aunque no podemos decir que cesó la horrible noche para la educación pública universitaria, sí hay un aliento considerable para el mejoramiento de calidad educativa. Falta muchísimo más, por supuesto. Pero mientras esperamos los recursos, que lleguen puntuales y que se usen debidamente, los estudiantes de la UPC, más de 14.000, retomarán clases para terminar la mitad del semestre que les falta hasta el 15 de marzo cuando se hagan los cierres académicos. Cabe destacar que los nuevos admitidos, exactamente 1.535, para 23 programas académicos, deberán esperar hasta esa fecha de cierre para arrancar con el primer semestre del 2019, que inicia con retraso de cuatro semanas. Bienvenidos a la educación superior y pongan el granito de arena, más bien dos granos, sin descanso, para contribuir a la tan anhelada búsqueda de la acreditación en alta calidad que no tiene la UPC.
Allí está uno de propósitos máximos. La UPC debe, necesita, merece, estar entre las mejores, cumplir con los estándares de calidad requeridos y es hora de ir por el pergamino que solo poseen 16 universidades públicas del país.
Son muchos los retos a los que se enfrenta el mundo universitario nuestro. Cada tanto nace una nueva medición, otro ranking, innovadores criterios para evaluar la calidad de las universidades: “solo cuatro universidades en Colombia son dirigidas por mujeres”, dice una investigación de Guía Académica; “Universidad de Antioquia, entre las más sostenibles del mundo”, asegura el estudio de GreenMetric, casualmente también esta alma mater es la mejor en Colombia por sus investigaciones, según un estudio de Sapiens Research Group, conocido en diciembre de 2018.
La UPC no solo lucha contra el tiempo por ponerse al día con las dinámicas sociales que incluyen a la mujer como líder del desarrollo, que lo es, también debe conseguir el visto bueno del Consejo Nacional de Acreditación y posicionar sus calidades académicas en el continente, por lo menos.
Entramos, después de fiestas de fundación, y antes de fiestas religiosas, al 2019 con paso firme aunque retardado. Que la lucha por los recursos para educación no cese, que tampoco cesen nuevamente las actividades académicas y ahora hagamos juntos, estudiantes, sociedad, un llamado de alerta a nuestros gobernantes para que consigan, en el marco de sus funciones, lo que esta universidad necesita para competir. Con seguridad hay muchísimo talento en esas aulas que fueron testigos de la violencia y la cooptación. Bienvenidos estudiantes, se acabó el recreo.
El Consejo Académico de la Universidad Popular del Cesar convocó la tarde de ayer a sus estudiantes para que puedan concluir el calendario académico 2018 – II, suspendido por cuenta del paro nacional universitario, que se realizó como protesta por los recursos de la educación superior. Por todos es sabido que estudiantes y Gobierno llegaron […]
El Consejo Académico de la Universidad Popular del Cesar convocó la tarde de ayer a sus estudiantes para que puedan concluir el calendario académico 2018 – II, suspendido por cuenta del paro nacional universitario, que se realizó como protesta por los recursos de la educación superior. Por todos es sabido que estudiantes y Gobierno llegaron a un acuerdo el 14 de diciembre pasado; más de dos meses de cese de actividades académicas y muchas reuniones, con altos y bajos, dieron como resultado un aumento de 4,5 billones de pesos para la educación superior durante el periodo de Iván Duque Márquez, presidente de Colombia.
De manera que, aunque no podemos decir que cesó la horrible noche para la educación pública universitaria, sí hay un aliento considerable para el mejoramiento de calidad educativa. Falta muchísimo más, por supuesto. Pero mientras esperamos los recursos, que lleguen puntuales y que se usen debidamente, los estudiantes de la UPC, más de 14.000, retomarán clases para terminar la mitad del semestre que les falta hasta el 15 de marzo cuando se hagan los cierres académicos. Cabe destacar que los nuevos admitidos, exactamente 1.535, para 23 programas académicos, deberán esperar hasta esa fecha de cierre para arrancar con el primer semestre del 2019, que inicia con retraso de cuatro semanas. Bienvenidos a la educación superior y pongan el granito de arena, más bien dos granos, sin descanso, para contribuir a la tan anhelada búsqueda de la acreditación en alta calidad que no tiene la UPC.
Allí está uno de propósitos máximos. La UPC debe, necesita, merece, estar entre las mejores, cumplir con los estándares de calidad requeridos y es hora de ir por el pergamino que solo poseen 16 universidades públicas del país.
Son muchos los retos a los que se enfrenta el mundo universitario nuestro. Cada tanto nace una nueva medición, otro ranking, innovadores criterios para evaluar la calidad de las universidades: “solo cuatro universidades en Colombia son dirigidas por mujeres”, dice una investigación de Guía Académica; “Universidad de Antioquia, entre las más sostenibles del mundo”, asegura el estudio de GreenMetric, casualmente también esta alma mater es la mejor en Colombia por sus investigaciones, según un estudio de Sapiens Research Group, conocido en diciembre de 2018.
La UPC no solo lucha contra el tiempo por ponerse al día con las dinámicas sociales que incluyen a la mujer como líder del desarrollo, que lo es, también debe conseguir el visto bueno del Consejo Nacional de Acreditación y posicionar sus calidades académicas en el continente, por lo menos.
Entramos, después de fiestas de fundación, y antes de fiestas religiosas, al 2019 con paso firme aunque retardado. Que la lucha por los recursos para educación no cese, que tampoco cesen nuevamente las actividades académicas y ahora hagamos juntos, estudiantes, sociedad, un llamado de alerta a nuestros gobernantes para que consigan, en el marco de sus funciones, lo que esta universidad necesita para competir. Con seguridad hay muchísimo talento en esas aulas que fueron testigos de la violencia y la cooptación. Bienvenidos estudiantes, se acabó el recreo.