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Columnista - 24 febrero, 2018

Los medios en la cotidianidad

En los hechos de interés social o utilidad pública, los medios de comunicación social se constituyen en valioso instrumento que canalizan los compromisos plasmados y los divulga a la opinión pública. De allí en adelante cursa por unos trámites dentro de un proceso de diversa índole, donde se toman decisiones para fortalecer acciones y profundizar […]

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En los hechos de interés social o utilidad pública, los medios de comunicación social se constituyen en valioso instrumento que canalizan los compromisos plasmados y los divulga a la opinión pública. De allí en adelante cursa por unos trámites dentro de un proceso de diversa índole, donde se toman decisiones para fortalecer acciones y profundizar sobre la implementación, retos y problemas cotidianos que se originan.

Con base en esta apreciación, las organizaciones, empresas y sociedad en general, deben analizar la actividad de los medios y su función informativa como un todo articulado e independiente que involucre pertinencia, participación y corresponsabilidad; para ello se hace impostergable optar por nuevas alternativas que generen competencia, ética, armonía y equilibrio; de tal manera que es fundamental crear mensajes significativos que impliquen profesionalismo, entrega y dedicación bajo un plan metódico, sustentado e integrado, proyectando originalidad y credibilidad en la orientación. Bajo esta contextualización, la confianza del público y credibilidad en la opinión al medio de comunicación, se interpreta como el producto de una interacción altamente positiva, consolidada y edificada como patrimonio de verdadero valor.

La comunicación hoy debe migrar hacia un nuevo estilo de gestión que impacte favorablemente en la dinámica social. Los medios deben entender que la razón de ser y la esencia misional no es solo el factor económico y el logro de resultados financieros para su sostenibilidad en la opinión pública; estos están llamados a ampliar su relación con el entorno social, deben interpretarlo, identificarlo, caracterizarlo y actuando en múltiples aspectos que conlleven a impactos positivos muy notorios que atinen con el contenido social. La mediación de éstos, especialmente en el manejo de las redes, se ha constituido en un recurso valioso para la obtención de información y orientación oportuna a nivel local, nacional y universal. La prontitud de los medios causa impacto, esclarece verdades o produce incertidumbre; de allí que la objetividad, precisión en el tratamiento de ésta, debe de ser de gran valía, para que de esta manera el lector o espectador se habitúe o retire de éste cuando se sienta frustrado o desinformado. Los mensajes deben coincidir con la exactitud de los hechos, se debe narrar y relatar como son sin caer en la especulación.

Cuando el medio de comunicación, asume un tratamiento que tergiversa la verdad, encuentra en el seguidor un rechazo; de esto, tiene que cuidarse.

No es de más expresar que en el pasado los periodistas eran regulados a través de la Ley 51 de 1975, hoy desarticulada; esto conllevó a que el periodismo dejara de ser una actividad profesional para convertirse en un oficio. Es así, que en aras de mejorar la calidad de la comunicación, las empresas de audiovisuales, radio y televisión, requieren egresados con titulado de Comunicador Social; esto ha mejorado ostensiblemente el tratamiento y manejo en los diferentes medios: radio, prensa y televisión, hecho que ha recibido apoyo de diversas instituciones que motivan a los empresarios a brindar diplomados, talleres, foros, focalizados a mejorar la calidad del medio en la producción de lo que percibe.

Para que no decaiga el interés al fortalecimiento de los medios de comunicación, es indispensable que el periodista del medio se prepare cada día, que no se separe nunca de la academia. Éste junto con el medio de comunicación será un diario vivir con la gente.

[email protected]

Columnista
24 febrero, 2018

Los medios en la cotidianidad

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jairo Franco Salas

En los hechos de interés social o utilidad pública, los medios de comunicación social se constituyen en valioso instrumento que canalizan los compromisos plasmados y los divulga a la opinión pública. De allí en adelante cursa por unos trámites dentro de un proceso de diversa índole, donde se toman decisiones para fortalecer acciones y profundizar […]


En los hechos de interés social o utilidad pública, los medios de comunicación social se constituyen en valioso instrumento que canalizan los compromisos plasmados y los divulga a la opinión pública. De allí en adelante cursa por unos trámites dentro de un proceso de diversa índole, donde se toman decisiones para fortalecer acciones y profundizar sobre la implementación, retos y problemas cotidianos que se originan.

Con base en esta apreciación, las organizaciones, empresas y sociedad en general, deben analizar la actividad de los medios y su función informativa como un todo articulado e independiente que involucre pertinencia, participación y corresponsabilidad; para ello se hace impostergable optar por nuevas alternativas que generen competencia, ética, armonía y equilibrio; de tal manera que es fundamental crear mensajes significativos que impliquen profesionalismo, entrega y dedicación bajo un plan metódico, sustentado e integrado, proyectando originalidad y credibilidad en la orientación. Bajo esta contextualización, la confianza del público y credibilidad en la opinión al medio de comunicación, se interpreta como el producto de una interacción altamente positiva, consolidada y edificada como patrimonio de verdadero valor.

La comunicación hoy debe migrar hacia un nuevo estilo de gestión que impacte favorablemente en la dinámica social. Los medios deben entender que la razón de ser y la esencia misional no es solo el factor económico y el logro de resultados financieros para su sostenibilidad en la opinión pública; estos están llamados a ampliar su relación con el entorno social, deben interpretarlo, identificarlo, caracterizarlo y actuando en múltiples aspectos que conlleven a impactos positivos muy notorios que atinen con el contenido social. La mediación de éstos, especialmente en el manejo de las redes, se ha constituido en un recurso valioso para la obtención de información y orientación oportuna a nivel local, nacional y universal. La prontitud de los medios causa impacto, esclarece verdades o produce incertidumbre; de allí que la objetividad, precisión en el tratamiento de ésta, debe de ser de gran valía, para que de esta manera el lector o espectador se habitúe o retire de éste cuando se sienta frustrado o desinformado. Los mensajes deben coincidir con la exactitud de los hechos, se debe narrar y relatar como son sin caer en la especulación.

Cuando el medio de comunicación, asume un tratamiento que tergiversa la verdad, encuentra en el seguidor un rechazo; de esto, tiene que cuidarse.

No es de más expresar que en el pasado los periodistas eran regulados a través de la Ley 51 de 1975, hoy desarticulada; esto conllevó a que el periodismo dejara de ser una actividad profesional para convertirse en un oficio. Es así, que en aras de mejorar la calidad de la comunicación, las empresas de audiovisuales, radio y televisión, requieren egresados con titulado de Comunicador Social; esto ha mejorado ostensiblemente el tratamiento y manejo en los diferentes medios: radio, prensa y televisión, hecho que ha recibido apoyo de diversas instituciones que motivan a los empresarios a brindar diplomados, talleres, foros, focalizados a mejorar la calidad del medio en la producción de lo que percibe.

Para que no decaiga el interés al fortalecimiento de los medios de comunicación, es indispensable que el periodista del medio se prepare cada día, que no se separe nunca de la academia. Éste junto con el medio de comunicación será un diario vivir con la gente.

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