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Columnista - 6 agosto, 2017

Encuestatitis preelectoral

Dicen por ahí que las encuestas son como los exámenes de laboratorios que, con una muestra de sangre se sabe cómo está la salud del paciente. Pero que yo sepa, las personas no andan realizándose exámenes médicos cada quince días, al menos que sean hipocondríacas. Los que si andan neurasténicos con la campaña presidencial del […]

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Dicen por ahí que las encuestas son como los exámenes de laboratorios que, con una muestra de sangre se sabe cómo está la salud del paciente. Pero que yo sepa, las personas no andan realizándose exámenes médicos cada quince días, al menos que sean hipocondríacas.

Los que si andan neurasténicos con la campaña presidencial del año entrante son los medios de comunicación. Todos los meses nos sacan dos o tres encuestas y ninguna se parece a la otra. ¿Será que están tratando de quemar a un par de candidatos por ahí que no les conviene? O ¿están tratando de inflar al candidato de su preferencia para ir cautivándoles los votos de los indecisos e incautos? Si son ambas dos (como dijo el corroncho) están tacando burro, porque con en esta crisis política e institucional que está viviendo el país y con la información que se mueve por las redes sociales, la gente ya no traga entero. Ahí está el claro ejemplo de lo que pasó el año pasado con el plebiscito, donde el 99 % de las empresas encuestadoras se escacharon.

Y hablando del plebiscito, estamos viendo que la elección presidencial del año entrante va estar polarizada entre los que votaron por el NO, es decir, el 83% de los colombianos que desaprueba la gestión del presidente Santos y los que votaron por el Sí, donde están todos los mermelados partidos políticos de la coalición de gobierno y los que militan en los partidos de izquierda. La elección presidencial también estará polarizada entre los que defendemos los principios de la familia (3.5 millones de votos entre católicos y cristianos) y los que defienden el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo.

En lenguaje parroquiano, vamos a tener una campaña presidencial polarizada entre los que se identifican con la ideología de centro derecha, donde caben los que votaron por el NO, más los inconformes con la gestión de Santos, católicos, cristianos y el que diga Uribe, contra los que se identifican con la ideología de centro izquierda donde están los que votaron por el SÍ, más la comunidad LGTBI, los mermelados partidos políticos y los que apoyan el socialismo de Maduro y las Farc. Es decir, los Samper, Santos, De la Calle, Roy, Benedetti, Petro, Piedad, Clara López, entre otros. Y agregaría un tercer grupo, los que comparten algo de ambas ideologías, como Germán Vargas Lleras, Claudia López, Jorge Enrique Robledo y Sergio Fajardo. Al fin y al cabo, la gente vota por quien más se parezca a ellos.

Con toda esta polarización, queda muy difícil creer en las prematuras encuestas de los medios. Lo prudente es esperar los resultados de las elecciones al Congreso en marzo del año entrante, donde realmente comienza la campaña presidencial, ya que, vendrán las alianzas de los partidos políticos que saquen más senadores y representantes a la Cámara. Los candidatos que se queden por fuera de estas alianzas tienen muy poca probabilidad de llegar a la primera vuelta. Sin equipo es muy difícil ganar la etapa. Si no, pregúntenle a Nairo Quintana.

En conclusión, acá no va a ganar el que digan las encuestas, sino, el que tenga liderazgo, discurso y base electoral.

Por Indalecio Dangond Baquero

 

Columnista
6 agosto, 2017

Encuestatitis preelectoral

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Indalecio Dangond Baquero

Dicen por ahí que las encuestas son como los exámenes de laboratorios que, con una muestra de sangre se sabe cómo está la salud del paciente. Pero que yo sepa, las personas no andan realizándose exámenes médicos cada quince días, al menos que sean hipocondríacas. Los que si andan neurasténicos con la campaña presidencial del […]


Dicen por ahí que las encuestas son como los exámenes de laboratorios que, con una muestra de sangre se sabe cómo está la salud del paciente. Pero que yo sepa, las personas no andan realizándose exámenes médicos cada quince días, al menos que sean hipocondríacas.

Los que si andan neurasténicos con la campaña presidencial del año entrante son los medios de comunicación. Todos los meses nos sacan dos o tres encuestas y ninguna se parece a la otra. ¿Será que están tratando de quemar a un par de candidatos por ahí que no les conviene? O ¿están tratando de inflar al candidato de su preferencia para ir cautivándoles los votos de los indecisos e incautos? Si son ambas dos (como dijo el corroncho) están tacando burro, porque con en esta crisis política e institucional que está viviendo el país y con la información que se mueve por las redes sociales, la gente ya no traga entero. Ahí está el claro ejemplo de lo que pasó el año pasado con el plebiscito, donde el 99 % de las empresas encuestadoras se escacharon.

Y hablando del plebiscito, estamos viendo que la elección presidencial del año entrante va estar polarizada entre los que votaron por el NO, es decir, el 83% de los colombianos que desaprueba la gestión del presidente Santos y los que votaron por el Sí, donde están todos los mermelados partidos políticos de la coalición de gobierno y los que militan en los partidos de izquierda. La elección presidencial también estará polarizada entre los que defendemos los principios de la familia (3.5 millones de votos entre católicos y cristianos) y los que defienden el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo.

En lenguaje parroquiano, vamos a tener una campaña presidencial polarizada entre los que se identifican con la ideología de centro derecha, donde caben los que votaron por el NO, más los inconformes con la gestión de Santos, católicos, cristianos y el que diga Uribe, contra los que se identifican con la ideología de centro izquierda donde están los que votaron por el SÍ, más la comunidad LGTBI, los mermelados partidos políticos y los que apoyan el socialismo de Maduro y las Farc. Es decir, los Samper, Santos, De la Calle, Roy, Benedetti, Petro, Piedad, Clara López, entre otros. Y agregaría un tercer grupo, los que comparten algo de ambas ideologías, como Germán Vargas Lleras, Claudia López, Jorge Enrique Robledo y Sergio Fajardo. Al fin y al cabo, la gente vota por quien más se parezca a ellos.

Con toda esta polarización, queda muy difícil creer en las prematuras encuestas de los medios. Lo prudente es esperar los resultados de las elecciones al Congreso en marzo del año entrante, donde realmente comienza la campaña presidencial, ya que, vendrán las alianzas de los partidos políticos que saquen más senadores y representantes a la Cámara. Los candidatos que se queden por fuera de estas alianzas tienen muy poca probabilidad de llegar a la primera vuelta. Sin equipo es muy difícil ganar la etapa. Si no, pregúntenle a Nairo Quintana.

En conclusión, acá no va a ganar el que digan las encuestas, sino, el que tenga liderazgo, discurso y base electoral.

Por Indalecio Dangond Baquero