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Columnista - 8 junio, 2017

La Universidad Nacional del Cesar: un elefante blanco

En la columna anterior hice un breve comentario sobre la sede de la Universidad Nacional del departamento del Cesar, que su entonces gobernador Cristian Moreno Panezo (en el 2010), comenzó a construir  en un extenso lote ubicado en el municipio de La Paz, cercano a Valledupar, cuyo diseño arquitectónico contiene un amplio campus universitario con […]

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En la columna anterior hice un breve comentario sobre la sede de la Universidad Nacional del departamento del Cesar, que su entonces gobernador Cristian Moreno Panezo (en el 2010), comenzó a construir  en un extenso lote ubicado en el municipio de La Paz, cercano a Valledupar, cuyo diseño arquitectónico contiene un amplio campus universitario con las exigencias requeridas para la formación académica de futuras generaciones de la región Caribe y de toda Colombia.

El alborozo fue grandísimo de parte de los profesionales vallenatos egresados de la tan prestigiosa Universidad Nacional. Creo que tal euforia ha sido más por sentimentalismo que por razonamiento ecuánime. Ante lo cual, presumo que estos ilustres profesionales de Valledupar ignoraron el trasfondo político y económico que motivó la idea de construir la denominada Sede Caribe de la Universidad Nacional de Colombia.

Nunca he estado de acuerdo con la construcción de  este nuevo recinto universitario, debido a que el departamento del Cesar tiene la Universidad Popular del Cesar (UPC), también de carácter nacional. En consecuencia, lo más razonable es que tan multimillonaria suma no se invirtiera en la construcción de otra universidad sino al fortalecimiento de la UPC, ampliando sus instalaciones y a través de alianzas académicas con la Universidad Nacional y otras universidades prestigiosas en procura de darle mayor realce educativo con aumento de los programas de pregrado y de especializaciones, con real énfasis en la investigación que es uno de los fines primordiales de la educación universitaria.

Siete años después, mi postura sigue inflexible, en vista de que la Universidad Nacional del departamento del Cesar es un elefante blanco altamente cuestionado, pero lo más triste es que la UPC por su escaso presupuesto se encuentra en franco retroceso, esta vergonzosa situación se evidencia en la reciente clasificación publicada en la Revista Dinero con base en los resultados de las pruebas Saber Pro de 2016, en las cuales la mayoría de los estudiantes de las diferentes carreras de la UPC obtuvieron puntajes muy bajos, lo que la coloca en los últimos puestos del ranking publicado.

No hay ninguna duda en que los principales culpables de la vergonzosa situación de la UPC son los dirigentes políticos del departamento del Cesar, porque la verdad es que la mayoría de ellos la han tenido como ámbito de influencias de toda índole en vez de propender para que cumpla a cabalidad los objetivos pertinentes a la educación universitaria.

El rector de la Universidad Nacional, Ignacio Mantilla Prada, que ha demostrado ser una persona seria, no ha tomado la responsabilidad de la sede en construcción en nuestro departamento, porque está convencido de que sería una gran carga presupuestal  para la Universidad Nacional que tanto lucha para mantener su estatus. Esto hay que reconocérselo al señor Ignacio Mantilla Prada, quien bien sabe que los dirigentes del departamento del Cesar poco o nada lo acompañarán en la búsqueda de los recursos necesarios para conservar el prestigio de la Universidad Nacional.

Por José Romero Churio

[email protected]

Columnista
8 junio, 2017

La Universidad Nacional del Cesar: un elefante blanco

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

En la columna anterior hice un breve comentario sobre la sede de la Universidad Nacional del departamento del Cesar, que su entonces gobernador Cristian Moreno Panezo (en el 2010), comenzó a construir  en un extenso lote ubicado en el municipio de La Paz, cercano a Valledupar, cuyo diseño arquitectónico contiene un amplio campus universitario con […]


En la columna anterior hice un breve comentario sobre la sede de la Universidad Nacional del departamento del Cesar, que su entonces gobernador Cristian Moreno Panezo (en el 2010), comenzó a construir  en un extenso lote ubicado en el municipio de La Paz, cercano a Valledupar, cuyo diseño arquitectónico contiene un amplio campus universitario con las exigencias requeridas para la formación académica de futuras generaciones de la región Caribe y de toda Colombia.

El alborozo fue grandísimo de parte de los profesionales vallenatos egresados de la tan prestigiosa Universidad Nacional. Creo que tal euforia ha sido más por sentimentalismo que por razonamiento ecuánime. Ante lo cual, presumo que estos ilustres profesionales de Valledupar ignoraron el trasfondo político y económico que motivó la idea de construir la denominada Sede Caribe de la Universidad Nacional de Colombia.

Nunca he estado de acuerdo con la construcción de  este nuevo recinto universitario, debido a que el departamento del Cesar tiene la Universidad Popular del Cesar (UPC), también de carácter nacional. En consecuencia, lo más razonable es que tan multimillonaria suma no se invirtiera en la construcción de otra universidad sino al fortalecimiento de la UPC, ampliando sus instalaciones y a través de alianzas académicas con la Universidad Nacional y otras universidades prestigiosas en procura de darle mayor realce educativo con aumento de los programas de pregrado y de especializaciones, con real énfasis en la investigación que es uno de los fines primordiales de la educación universitaria.

Siete años después, mi postura sigue inflexible, en vista de que la Universidad Nacional del departamento del Cesar es un elefante blanco altamente cuestionado, pero lo más triste es que la UPC por su escaso presupuesto se encuentra en franco retroceso, esta vergonzosa situación se evidencia en la reciente clasificación publicada en la Revista Dinero con base en los resultados de las pruebas Saber Pro de 2016, en las cuales la mayoría de los estudiantes de las diferentes carreras de la UPC obtuvieron puntajes muy bajos, lo que la coloca en los últimos puestos del ranking publicado.

No hay ninguna duda en que los principales culpables de la vergonzosa situación de la UPC son los dirigentes políticos del departamento del Cesar, porque la verdad es que la mayoría de ellos la han tenido como ámbito de influencias de toda índole en vez de propender para que cumpla a cabalidad los objetivos pertinentes a la educación universitaria.

El rector de la Universidad Nacional, Ignacio Mantilla Prada, que ha demostrado ser una persona seria, no ha tomado la responsabilidad de la sede en construcción en nuestro departamento, porque está convencido de que sería una gran carga presupuestal  para la Universidad Nacional que tanto lucha para mantener su estatus. Esto hay que reconocérselo al señor Ignacio Mantilla Prada, quien bien sabe que los dirigentes del departamento del Cesar poco o nada lo acompañarán en la búsqueda de los recursos necesarios para conservar el prestigio de la Universidad Nacional.

Por José Romero Churio

[email protected]