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Editorial - 21 julio, 2010

Las relaciones Uribe-Santos

Mucho se ha especulado en los últimos días, como es lógico, sobre un posible distanciamiento entre el presidente saliente Álvaro Uribe Vélez y el presidente electo, Juan Manuel Santos.  Hay hechos ciertos que muestran una diferencia de estilo y de fondo entre estos dos líderes políticos, por ejemplo en la selección del nuevo gabinete con […]

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Mucho se ha especulado en los últimos días, como es lógico, sobre un posible distanciamiento entre el presidente saliente Álvaro Uribe Vélez y el presidente electo, Juan Manuel Santos.  Hay hechos ciertos que muestran una diferencia de estilo y de fondo entre estos dos líderes políticos, por ejemplo en la selección del nuevo gabinete con varias personas con las cuales el actual presidente ha tenido diferencias públicas, como también son notorias las diferencias en el manejo político y el lenguaje que ambos utilizan.
Se trata de diferencias lógicas y naturales. Santos ha mostrado un estilo más conciliador, bien distinto al de su antiguo jefe. Y ese estilo también se ha  visto reflejado en el manejo de las relaciones exteriores, nombrando a una persona como María Ángela Holguín, con quien Uribe tuvo algunas diferencias.
Y a pesar de tener muchas cosas en común, desde el punto de vista ideológico, los dos son de derecha y hoy militan en la U, partido creado por Santos; claro que hay diferencias entre estos dos líderes políticos y estas saldrán a flote y se harán públicas tarde o temprano.
No obstante lo anterior, en el tema de las relaciones con Venezuela, a pesar de las apariencias, consideramos que no existen razones de fondo que fundamenten unas grandes diferencias entre el presidente saliente y el entrante. Tanto Uribe como Santos saben que el presidente Hugo Chávez será un tema difícil, un chicharrón complicado de manejar, como se dice en el argot popular.
Según la información que se ha conocido el tema de Venezuela fue uno de los múltiples puntos de la agenda Uribe-Santos, que tienen con esta la segunda entrevista, desde el pasado 20 de junio, cuando se desarrolló la segunda vuelta presidencial. Pero también se habló del proceso de empalme, de la agenda económica y de la gira de Santos por Europa y de la próxima que piensa realizar por varios países de América Latina.
Santos conoce bien a Chávez, y desde antes de ser Ministro de Defensa, fue un duro crítico de Chávez, y ya como ministro es de suponer que conocía de esas pruebas de la existencia de campamentos de las Farc en territorio del vecino país.
Claro, seguirá siendo tema de reuniones sociales la cercanía o lejanía entre los dos, y será comidilla diaria de los redactores políticos de Bogotá, y esa ruptura tendrá que venir, reiteramos, tarde o temprano, pero consideramos que en el tema de la actual crisis con Venezuela y el manejo de la misma, en el mediano y largo plazo es sencillo suponer un acuerdo Uribe- Santos; en este tema son más las coincidencias que las diferencias.

Las relaciones Colombia-Venezuela

Ahora bien, el tema de las relaciones Colombia Venezuela supera las anécdotas de las actuales relaciones entre Uribe y Santos, es un tema complejo, muy grave, y que además compromete la institucionalidad de los dos países.
Que Chávez venga o no a la posesión de Santos, ni le quita ni le pone al hecho concreto que su gobierno ha sido complaciente con la guerrilla colombiana, y ahí están las pruebas. Estamos ante un problema de seguridad nacional, y lo que al principio se pudo ver como una rabieta del mandatario saliente, y quizás se debió y pudo manejar en privado y con mayor discreción, a la larga se puede considerar  un favor para Santos, por cuanto ha sido su antecesor el que ha puesto sobre la mesa el doble juego del hombre del socialismo bolivariano.
Colombia tenía que denunciar ante la comunidad internacional, ahora con pruebas, lo que antes era un secreto a voces: la permisividad del Presidente Chávez con organizaciones terroristas como las FARC. El expediente que Colombia presentará la Organización de Estados Americanos (OEA) incluye videos, fotos, testimonios de guerrilleros, datos de ubicación de los campamentos, etc.
Esa denuncia marcará un grave precedente para Venezuela, frente al resto de América Latina, como también frente a los Estados Unidos; ya que se comprueba su laxitud ante el terrorismo y la falta de colaboración del gobierno del vecino país con su homólogo de Colombia.
En las actuales circunstancias, a nuestro país no le corresponde sino acudir instancias internacionales, como el Consejo de Seguridad de la OEA, y la ONU, cuyo Secretario General, Ban-Ki-moon, se ofreció a mediar entre los dos países ante el grave escenario que se ha abierto.
Es inédito lo que puede suceder, pero ya era de sincerar las cosas con Venezuela y hacer el careo frente a Chavéz; esperamos que la comunidad internacional comprenda la difícil situación de nuestro país, como bien lo explicó el Ministro de Relaciones, Jaime Bermúdez, cooperación y respeto; nada más ni nada menos.

Editorial
21 julio, 2010

Las relaciones Uribe-Santos

Mucho se ha especulado en los últimos días, como es lógico, sobre un posible distanciamiento entre el presidente saliente Álvaro Uribe Vélez y el presidente electo, Juan Manuel Santos.  Hay hechos ciertos que muestran una diferencia de estilo y de fondo entre estos dos líderes políticos, por ejemplo en la selección del nuevo gabinete con […]


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Mucho se ha especulado en los últimos días, como es lógico, sobre un posible distanciamiento entre el presidente saliente Álvaro Uribe Vélez y el presidente electo, Juan Manuel Santos.  Hay hechos ciertos que muestran una diferencia de estilo y de fondo entre estos dos líderes políticos, por ejemplo en la selección del nuevo gabinete con varias personas con las cuales el actual presidente ha tenido diferencias públicas, como también son notorias las diferencias en el manejo político y el lenguaje que ambos utilizan.
Se trata de diferencias lógicas y naturales. Santos ha mostrado un estilo más conciliador, bien distinto al de su antiguo jefe. Y ese estilo también se ha  visto reflejado en el manejo de las relaciones exteriores, nombrando a una persona como María Ángela Holguín, con quien Uribe tuvo algunas diferencias.
Y a pesar de tener muchas cosas en común, desde el punto de vista ideológico, los dos son de derecha y hoy militan en la U, partido creado por Santos; claro que hay diferencias entre estos dos líderes políticos y estas saldrán a flote y se harán públicas tarde o temprano.
No obstante lo anterior, en el tema de las relaciones con Venezuela, a pesar de las apariencias, consideramos que no existen razones de fondo que fundamenten unas grandes diferencias entre el presidente saliente y el entrante. Tanto Uribe como Santos saben que el presidente Hugo Chávez será un tema difícil, un chicharrón complicado de manejar, como se dice en el argot popular.
Según la información que se ha conocido el tema de Venezuela fue uno de los múltiples puntos de la agenda Uribe-Santos, que tienen con esta la segunda entrevista, desde el pasado 20 de junio, cuando se desarrolló la segunda vuelta presidencial. Pero también se habló del proceso de empalme, de la agenda económica y de la gira de Santos por Europa y de la próxima que piensa realizar por varios países de América Latina.
Santos conoce bien a Chávez, y desde antes de ser Ministro de Defensa, fue un duro crítico de Chávez, y ya como ministro es de suponer que conocía de esas pruebas de la existencia de campamentos de las Farc en territorio del vecino país.
Claro, seguirá siendo tema de reuniones sociales la cercanía o lejanía entre los dos, y será comidilla diaria de los redactores políticos de Bogotá, y esa ruptura tendrá que venir, reiteramos, tarde o temprano, pero consideramos que en el tema de la actual crisis con Venezuela y el manejo de la misma, en el mediano y largo plazo es sencillo suponer un acuerdo Uribe- Santos; en este tema son más las coincidencias que las diferencias.

Las relaciones Colombia-Venezuela

Ahora bien, el tema de las relaciones Colombia Venezuela supera las anécdotas de las actuales relaciones entre Uribe y Santos, es un tema complejo, muy grave, y que además compromete la institucionalidad de los dos países.
Que Chávez venga o no a la posesión de Santos, ni le quita ni le pone al hecho concreto que su gobierno ha sido complaciente con la guerrilla colombiana, y ahí están las pruebas. Estamos ante un problema de seguridad nacional, y lo que al principio se pudo ver como una rabieta del mandatario saliente, y quizás se debió y pudo manejar en privado y con mayor discreción, a la larga se puede considerar  un favor para Santos, por cuanto ha sido su antecesor el que ha puesto sobre la mesa el doble juego del hombre del socialismo bolivariano.
Colombia tenía que denunciar ante la comunidad internacional, ahora con pruebas, lo que antes era un secreto a voces: la permisividad del Presidente Chávez con organizaciones terroristas como las FARC. El expediente que Colombia presentará la Organización de Estados Americanos (OEA) incluye videos, fotos, testimonios de guerrilleros, datos de ubicación de los campamentos, etc.
Esa denuncia marcará un grave precedente para Venezuela, frente al resto de América Latina, como también frente a los Estados Unidos; ya que se comprueba su laxitud ante el terrorismo y la falta de colaboración del gobierno del vecino país con su homólogo de Colombia.
En las actuales circunstancias, a nuestro país no le corresponde sino acudir instancias internacionales, como el Consejo de Seguridad de la OEA, y la ONU, cuyo Secretario General, Ban-Ki-moon, se ofreció a mediar entre los dos países ante el grave escenario que se ha abierto.
Es inédito lo que puede suceder, pero ya era de sincerar las cosas con Venezuela y hacer el careo frente a Chavéz; esperamos que la comunidad internacional comprenda la difícil situación de nuestro país, como bien lo explicó el Ministro de Relaciones, Jaime Bermúdez, cooperación y respeto; nada más ni nada menos.