Invertir dinero en apuestas por medio del futbol es equivalente a la práctica de cualquier vicio. Para otros es una simple pasión pasajera.
“Esta vaina me tiene enviciado, pero a veces me ha sacado de apuros” reconoció Henry Benjumea, un empedernido apostador de la famosa y popular ‘polla futbolera’ en el barrio Villa Miriam de Valledupar.
Hace inventario a su billetera cada vez que hace su apuesta, su rústico tono de voz y semblante apaciguado a la hora de ponerse frente al computador, destella en su mundo mágico, acorralado en medio de los pronósticos.
“Desde hace dos años vengo apostando y he ganado más de diez veces, recuerdo que un día gané un millón 600 mil pesos, afortunadamente tengo para jugar y apostar todos los días porque tengo un negocio de comidas, a veces mi esposa se pone histérica cuando apuesto demasiado”, reconoció el hombre que diariamente invierte 10 mil pesos en promedio.
Tiene días de aciertos, pero otros de desacierto. “Esto es un vicio, no una necesidad, un día duré como 15 días sin ganar, pero este es un mundo sin salida, las apuestas en el fútbol seguirán en mi vida”, aseguró.
Opuesto es el panorama para Jaider Pinzón Maestre, quien se gana la vida como llantero en un reconocido punto del barrio La Nevada. “Yo apuesto únicamente cuando juega el Real Madrid, esa polla nunca falta, pero no estoy enviciado, cuando no hay plata, no le meto a la polla, primero están mis obligaciones con mis dos hijos de nueve y 13 años”, reconoció.
La primera vez que Jaider apostó lo hizo incentivado por un par de amigos que ya tenían experiencia en este sistema electrónico para echar a la suerte unos cuantos pesos por eventos deportivos. Él no tenía idea de cómo funcionaba el sistema, pero rápidamente se vio inmerso en el mundo del juego pasando de apostar sumas menores a 5.000 pesos hasta llegar a apostar entre 30 ó 40 mil.
¿Sin control?
Según Aristóbulo Cortés, de la Oficina de Rentas del Cesar, “el departamento recibe anualmente alrededor de 3 mil 300 millones de peso por concepto de juegos de azar, en el tema de las apuestas deportivas estás están sin control alguno, es común ver carreras de caballo y otras, el Consejo Nacional de Juegos de Azar no tiene una reglamentación específica para controlar este tipo de actividades, de ahí que por parte de la Oficina de Rentas no hay ninguna autorización para este tipo de apuestas. En Valledupar hay juegos de apuestas abiertas y otros clandestinos”.
Reconoció que “hay casinos que no están tributando, incluso no hay una cifra específica sobre este tipo de juegos de apuestas, en estos momentos preparamos un convenio para formalizar las apuestas en el hipódromo”.
¿Un vicio?
Invertir dinero en apuestas por medio del futbol es equivalente a la práctica de cualquier vicio.
En Valledupar las casas de apuestas han adquirido un valor bastante significativo; en su mayoría los consumidores son hombres que oscilan entre los 18 y 40 años de edad que a distintas horas del día acuden a este tipo de negocios, según dijo José Martelo, administrador de uno de los sitios para este tipo de apuestas en el barrio Villa Miriam. “Hay apuestas de 2 mil pesos en adelante y pueden alcanzar hasta los 14 mil, esta es una práctica que llegó hace más de tres años a Colombia, a este punto llega un promedio de 100 personas diarias para participar de las pollas, la gente le gusta mucho este tipo de juegos y cada día hay más gente”, aseguró Martelo.
Ese interés facilista de ganar dinero por montones fue lo que detallaron las grandes empresas a la hora de analizar y decidir agrupar a estos ‘enfermos’ por el dinero fácil y crearles en su subconsciente una razón de peso para recurrir a incurrir en este tipo de apuestas.
Los deportes, en especial el futbol es el tema que siempre está en la mente de todos los hombres, ya sea por el fanatismo que provocan algunos equipos o por la simple apreciación a este deporte.
Esa euforia generada en Colombia sobre las apuestas deportivas, que se extendió por la mayoría de las ciudades, alcanzó su clímax luego de la clasificación de la selección colombiana de futbol al mundial de Brasil 2014, este campeonato le depositó la confianza absoluta a miles de personas por suponer y anticipar ciertos marcadores.
Estos certámenes de auge internacional hicieron que las páginas web dedicadas a las apuestas colocaran sus locales en puntos estratégicos y la capital del Cesar no fue la excepción.
La más conocida
A nivel nacional, el grupo Corredor Empresarial maneja ‘Las Deportivas’, un nuevo juego de azar que desde el año anterior está en el mercado.
Los jugadores pronostican el resultado de 14 partidos nacionales o internacionales, pueden ser del torneo rentado nacional, de las ligas española, alemana e inglesa entre otras. El mecanismo es muy fácil: la persona marca en el tarjetón si gana el local, si gana el visitante o si hay empate. Además, se puede ganar si se acierta en 14, 13, 12, 11 ó 10 partidos.
La apuesta ‘Las Deportivas’ juega dos veces por semana y se puede comprar en cualquiera de los 47 mil puntos que tienen en el país. Por lo pronto, Bogotá, Bucaramanga, Pereira, Valledupar, Medellín, Villavicencio y Neiva se han convertido en las principales canchas en las que los hinchas colombianos buscan lugares clandestinos donde jugarse desde cinco mil hasta tres millones de pesos. En los escasos casos en los que han logrado atinarle al destino futbolero sin que el dueño del negocio pirata escape con el botín antes del pitazo final, han llegado a recibir hasta 14 millones de pesos con sus vaticinios.
A está, Coljuegos la regula como un juego de tipo paramutual, es decir, que funciona como una polla en la que se incluyen hasta 14 partidos y el dinero que se recauda se distribuye en premios, operación y en derechos de explotación.
Nibaldo Bustamante/EL PILÓN
Invertir dinero en apuestas por medio del futbol es equivalente a la práctica de cualquier vicio. Para otros es una simple pasión pasajera.
“Esta vaina me tiene enviciado, pero a veces me ha sacado de apuros” reconoció Henry Benjumea, un empedernido apostador de la famosa y popular ‘polla futbolera’ en el barrio Villa Miriam de Valledupar.
Hace inventario a su billetera cada vez que hace su apuesta, su rústico tono de voz y semblante apaciguado a la hora de ponerse frente al computador, destella en su mundo mágico, acorralado en medio de los pronósticos.
“Desde hace dos años vengo apostando y he ganado más de diez veces, recuerdo que un día gané un millón 600 mil pesos, afortunadamente tengo para jugar y apostar todos los días porque tengo un negocio de comidas, a veces mi esposa se pone histérica cuando apuesto demasiado”, reconoció el hombre que diariamente invierte 10 mil pesos en promedio.
Tiene días de aciertos, pero otros de desacierto. “Esto es un vicio, no una necesidad, un día duré como 15 días sin ganar, pero este es un mundo sin salida, las apuestas en el fútbol seguirán en mi vida”, aseguró.
Opuesto es el panorama para Jaider Pinzón Maestre, quien se gana la vida como llantero en un reconocido punto del barrio La Nevada. “Yo apuesto únicamente cuando juega el Real Madrid, esa polla nunca falta, pero no estoy enviciado, cuando no hay plata, no le meto a la polla, primero están mis obligaciones con mis dos hijos de nueve y 13 años”, reconoció.
La primera vez que Jaider apostó lo hizo incentivado por un par de amigos que ya tenían experiencia en este sistema electrónico para echar a la suerte unos cuantos pesos por eventos deportivos. Él no tenía idea de cómo funcionaba el sistema, pero rápidamente se vio inmerso en el mundo del juego pasando de apostar sumas menores a 5.000 pesos hasta llegar a apostar entre 30 ó 40 mil.
¿Sin control?
Según Aristóbulo Cortés, de la Oficina de Rentas del Cesar, “el departamento recibe anualmente alrededor de 3 mil 300 millones de peso por concepto de juegos de azar, en el tema de las apuestas deportivas estás están sin control alguno, es común ver carreras de caballo y otras, el Consejo Nacional de Juegos de Azar no tiene una reglamentación específica para controlar este tipo de actividades, de ahí que por parte de la Oficina de Rentas no hay ninguna autorización para este tipo de apuestas. En Valledupar hay juegos de apuestas abiertas y otros clandestinos”.
Reconoció que “hay casinos que no están tributando, incluso no hay una cifra específica sobre este tipo de juegos de apuestas, en estos momentos preparamos un convenio para formalizar las apuestas en el hipódromo”.
¿Un vicio?
Invertir dinero en apuestas por medio del futbol es equivalente a la práctica de cualquier vicio.
En Valledupar las casas de apuestas han adquirido un valor bastante significativo; en su mayoría los consumidores son hombres que oscilan entre los 18 y 40 años de edad que a distintas horas del día acuden a este tipo de negocios, según dijo José Martelo, administrador de uno de los sitios para este tipo de apuestas en el barrio Villa Miriam. “Hay apuestas de 2 mil pesos en adelante y pueden alcanzar hasta los 14 mil, esta es una práctica que llegó hace más de tres años a Colombia, a este punto llega un promedio de 100 personas diarias para participar de las pollas, la gente le gusta mucho este tipo de juegos y cada día hay más gente”, aseguró Martelo.
Ese interés facilista de ganar dinero por montones fue lo que detallaron las grandes empresas a la hora de analizar y decidir agrupar a estos ‘enfermos’ por el dinero fácil y crearles en su subconsciente una razón de peso para recurrir a incurrir en este tipo de apuestas.
Los deportes, en especial el futbol es el tema que siempre está en la mente de todos los hombres, ya sea por el fanatismo que provocan algunos equipos o por la simple apreciación a este deporte.
Esa euforia generada en Colombia sobre las apuestas deportivas, que se extendió por la mayoría de las ciudades, alcanzó su clímax luego de la clasificación de la selección colombiana de futbol al mundial de Brasil 2014, este campeonato le depositó la confianza absoluta a miles de personas por suponer y anticipar ciertos marcadores.
Estos certámenes de auge internacional hicieron que las páginas web dedicadas a las apuestas colocaran sus locales en puntos estratégicos y la capital del Cesar no fue la excepción.
La más conocida
A nivel nacional, el grupo Corredor Empresarial maneja ‘Las Deportivas’, un nuevo juego de azar que desde el año anterior está en el mercado.
Los jugadores pronostican el resultado de 14 partidos nacionales o internacionales, pueden ser del torneo rentado nacional, de las ligas española, alemana e inglesa entre otras. El mecanismo es muy fácil: la persona marca en el tarjetón si gana el local, si gana el visitante o si hay empate. Además, se puede ganar si se acierta en 14, 13, 12, 11 ó 10 partidos.
La apuesta ‘Las Deportivas’ juega dos veces por semana y se puede comprar en cualquiera de los 47 mil puntos que tienen en el país. Por lo pronto, Bogotá, Bucaramanga, Pereira, Valledupar, Medellín, Villavicencio y Neiva se han convertido en las principales canchas en las que los hinchas colombianos buscan lugares clandestinos donde jugarse desde cinco mil hasta tres millones de pesos. En los escasos casos en los que han logrado atinarle al destino futbolero sin que el dueño del negocio pirata escape con el botín antes del pitazo final, han llegado a recibir hasta 14 millones de pesos con sus vaticinios.
A está, Coljuegos la regula como un juego de tipo paramutual, es decir, que funciona como una polla en la que se incluyen hasta 14 partidos y el dinero que se recauda se distribuye en premios, operación y en derechos de explotación.
Nibaldo Bustamante/EL PILÓN