En Valledupar sigue vigente el Decreto 000396, por el cual se restringe la circulación de motocicletas en algunos puntos de la ciudad, así como el uso de parrillero hombre mayor de 14 años.

La norma establecida el 29 de diciembre de 2014 y con vigencia de un año además estableció que en la ciudad solo podían circular motocicletas conducidas por sus propietarios. Con la salida del gobierno de Fredys Socarrás Reales se pensaba iba a terminar el decreto, pero no fue así, esta administración dio una prórroga de 30 días más después de terminada la fecha, es decir, que seguirá en curso hasta el 29 de enero del presente año.

En su proceso para ser elegido como alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez Uhía declaró en EL PILÓN que se casaba con la modificación del decreto al mototaxismo en dos artículos.

La mañana de ayer, en el marco de una reunión con el personal de la Alcaldía, el nuevo mandatario dijo a este medio que todo este mes estarán “concertando la disposición del decreto nuestro”.

Es decir, Ramírez Uhía podría replantear la orden establecida por Fredys Socarrás Reales y que fue objeto de polémica en la capital del Cesar aunque la Administración buscaba reglamentar la circulación de motocicletas, fomentar cultura ciudadana, incentivar el uso del transporte público y contribuir con el mejoramiento de la movilidad peatonal y vehicular.

La medida que establecía que los parrilleros solo podían ser personas que hicieran parte del núcleo familiar, conformado por esposa o esposo/compañero permanente e hijos; quienes debían registrarse en las oficinas del Tránsito Municipal.

Finalmente la norma se cumplió a medias, no hubo el control, ni el personal para controlar la circulación de estos vehículos al centro de Valledupar, en un periodo comprendido entre las 6:00 de la mañana y 7:00 de la noche.

Ahora el alcalde, Augusto Ramírez Uhía tiene en sus manos el futuro de los motociclistas que solicitan desaparezca el decreto y den vía libre a las personas que se benefician de ella gracias a su uso personal.

La implementación del Decreto dirigido a la reducción del mototaxismo en Valledupar, causó, inicialmente, una ‘batalla campal’ entre motociclistas y autoridades policivas.

Por Carlos Mario Jiménez
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