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Cultura - 16 junio, 2015

‘El Turco’ y sus niños vallenatos

Es un laboratorio de artistas pero además de eso cumple con una interesante misión humana al consolidar procesos de inclusión social.

La escuela del maestro Andrés ‘El Turco’ Gil tiene cerca de mil estudiantes  de todos los estratos sociales, regiones del país y del mundo.
La escuela del maestro Andrés ‘El Turco’ Gil tiene cerca de mil estudiantes de todos los estratos sociales, regiones del país y del mundo.
Boton Wpp

Han pasado 34 años desde aquel día en el que un señor llegó a la casa del maestro Andrés ‘El Turco’ Gil para pedirle que le enseñara a su hijo interpretar el acordeón, petición que fue cumplida y de paso se convirtió en el punto de partida para la creación de lo que hoy se constituye en la más grande escuela musical del país que funciona en Valledupar. Se trata de la Academia de Música Vallenata ’Turco’ Gil, que en estos momentos alberga a más de mil estudiantes de distintas partes de Colombia y de otros países, en especial de Europa.

En ese entonces, cuando el maestro accedió a brindarle orientación al niño que quería aprender a interpretar el acordeón, en Valledupar y en Colombia nadie era consciente de la necesidad de un centro de enseñanza de ese arte musical, tal vez ni el propio ‘Turco’ Gil se imaginó el alcance musical y social ni el auge que iba a tener ese proceso que iniciaba de manera casual, pero que hoy es un ejemplo digno de imitar en cualquier parte del país.

“Moisés Polo fue ese primer estudiante, luego siguió ‘Cocha’ Molina, recuerdo que su papá me lo llevó de 12 años, de ahí se fue creciendo el grupo y hoy son muchos los que han triunfado como reyes vallenatos”, recordó el maestro.
Permite la inclusión social

Pero por encima de los premios obtenidos por parte de los egresados de esa escuela musical, en esa dinámica de enseñanza aprendizaje, además de fortalecer el factor cultural, se lleva a cabo un proceso de cohesión social entre los diferentes niños que participan. “Son muchas cosas lindas, una de ella es que niños de estrato cero socialmente se integran con otros de estrato seis, porque ese niño de estrato seis para tocar el acordeón necesita de alguien que le toque la caja y la guacharaca que por lo general son de escasos recursos económicos”, expresó el maestro ‘Turco’ Gil.

El 90 % de los niños que se vinculan al proceso de aprendizaje musical son de familias desplazadas y de sectores sociales vulnerables, por ende nunca tienen cómo pagar los diez mil pesos que vale la hora de estudio, no obstante, la escuela los acoge de manera gratuita, pues ésta logra financiarse con muchas de las actividades que realiza, entre ellas las presentaciones de su agrupación denominada ‘Los niños vallenatos del Turco Gil’, lo mismo que con los recursos que obtiene por las clases de música que brinda en los colegios, entre otras formas de financiación.

Además, la escuela cuenta con el apoyo económico de la Gobernación del Cesar y de la Alcaldía de Valledupar, entre otras entidades y personalidades.

La escuela se convierte en una oportunidad tanto de proyección artística como de inclusión social para todos esos niños de hogares humildes, pues a sus casas van a solicitar sus servicios musicales muchos de los ciudadanos más distinguido de la sociedad vallenata. “Hemos logrado que en vacaciones personas pudientes se los lleven para sus hogares y le den de su mejor ropita y de esa manera estamos evitando que esos niños se queden por las calles porque aquí los tenemos ocupados haciendo cultura y fortaleciendo este bello folclor vallenato”, relató ‘El Turco’ Gil.

Hoy el maestro se siente orgulloso y complacido de ser el pionero de este tipo de escuelas musicales que además es la única existente con esas características en Colombia.

“Estos niños ven en mí una figura paterna y terminan respetándome más que a sus padres, yo por mi parte les pido las notas para ver cómo van en el colegio y además de música, les enseño la importancia del respeto y la humildad”, afirmó el maestro Andrés.

‘El Turco’ Gil y sus pequeños embajadores

Escenarios de diferentes categorías, desde los barrios más humildes de Valledupar, hasta los salones más refinados de Europa y la propia Casa Blanca de los Estados Unidos, han sido testigos del talento de los pupilos de ‘El Turco’ Gil.

“Es una impronta mundial que le ha servido a esta región para ejercer una cancillería cultural en distintas esferas internacionales”, aseguró el gestor cultural y periodista promotor del Grammy, Félix Carrillo Hinojosa.
Todo un maestro

Andrés ‘El Turco’ Gil es uno de los pocos músicos que estudió el acordeón. “Todos mis estudios los llevé al acordeón diatónico de botón y empecé a darle un mejor tratado de armonía distinto al que se le venía dando al vallenato, que era muy pobre en armonía, yo le di toda la altura musical. Hoy muchos músicos profesionales me buscan para que les enseñe algunas escalas cromáticas, entre otras formas de combinación de notas”.
Por Ximena Becerra

 

Cultura
16 junio, 2015

‘El Turco’ y sus niños vallenatos

Es un laboratorio de artistas pero además de eso cumple con una interesante misión humana al consolidar procesos de inclusión social.


La escuela del maestro Andrés ‘El Turco’ Gil tiene cerca de mil estudiantes  de todos los estratos sociales, regiones del país y del mundo.
La escuela del maestro Andrés ‘El Turco’ Gil tiene cerca de mil estudiantes de todos los estratos sociales, regiones del país y del mundo.
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Han pasado 34 años desde aquel día en el que un señor llegó a la casa del maestro Andrés ‘El Turco’ Gil para pedirle que le enseñara a su hijo interpretar el acordeón, petición que fue cumplida y de paso se convirtió en el punto de partida para la creación de lo que hoy se constituye en la más grande escuela musical del país que funciona en Valledupar. Se trata de la Academia de Música Vallenata ’Turco’ Gil, que en estos momentos alberga a más de mil estudiantes de distintas partes de Colombia y de otros países, en especial de Europa.

En ese entonces, cuando el maestro accedió a brindarle orientación al niño que quería aprender a interpretar el acordeón, en Valledupar y en Colombia nadie era consciente de la necesidad de un centro de enseñanza de ese arte musical, tal vez ni el propio ‘Turco’ Gil se imaginó el alcance musical y social ni el auge que iba a tener ese proceso que iniciaba de manera casual, pero que hoy es un ejemplo digno de imitar en cualquier parte del país.

“Moisés Polo fue ese primer estudiante, luego siguió ‘Cocha’ Molina, recuerdo que su papá me lo llevó de 12 años, de ahí se fue creciendo el grupo y hoy son muchos los que han triunfado como reyes vallenatos”, recordó el maestro.
Permite la inclusión social

Pero por encima de los premios obtenidos por parte de los egresados de esa escuela musical, en esa dinámica de enseñanza aprendizaje, además de fortalecer el factor cultural, se lleva a cabo un proceso de cohesión social entre los diferentes niños que participan. “Son muchas cosas lindas, una de ella es que niños de estrato cero socialmente se integran con otros de estrato seis, porque ese niño de estrato seis para tocar el acordeón necesita de alguien que le toque la caja y la guacharaca que por lo general son de escasos recursos económicos”, expresó el maestro ‘Turco’ Gil.

El 90 % de los niños que se vinculan al proceso de aprendizaje musical son de familias desplazadas y de sectores sociales vulnerables, por ende nunca tienen cómo pagar los diez mil pesos que vale la hora de estudio, no obstante, la escuela los acoge de manera gratuita, pues ésta logra financiarse con muchas de las actividades que realiza, entre ellas las presentaciones de su agrupación denominada ‘Los niños vallenatos del Turco Gil’, lo mismo que con los recursos que obtiene por las clases de música que brinda en los colegios, entre otras formas de financiación.

Además, la escuela cuenta con el apoyo económico de la Gobernación del Cesar y de la Alcaldía de Valledupar, entre otras entidades y personalidades.

La escuela se convierte en una oportunidad tanto de proyección artística como de inclusión social para todos esos niños de hogares humildes, pues a sus casas van a solicitar sus servicios musicales muchos de los ciudadanos más distinguido de la sociedad vallenata. “Hemos logrado que en vacaciones personas pudientes se los lleven para sus hogares y le den de su mejor ropita y de esa manera estamos evitando que esos niños se queden por las calles porque aquí los tenemos ocupados haciendo cultura y fortaleciendo este bello folclor vallenato”, relató ‘El Turco’ Gil.

Hoy el maestro se siente orgulloso y complacido de ser el pionero de este tipo de escuelas musicales que además es la única existente con esas características en Colombia.

“Estos niños ven en mí una figura paterna y terminan respetándome más que a sus padres, yo por mi parte les pido las notas para ver cómo van en el colegio y además de música, les enseño la importancia del respeto y la humildad”, afirmó el maestro Andrés.

‘El Turco’ Gil y sus pequeños embajadores

Escenarios de diferentes categorías, desde los barrios más humildes de Valledupar, hasta los salones más refinados de Europa y la propia Casa Blanca de los Estados Unidos, han sido testigos del talento de los pupilos de ‘El Turco’ Gil.

“Es una impronta mundial que le ha servido a esta región para ejercer una cancillería cultural en distintas esferas internacionales”, aseguró el gestor cultural y periodista promotor del Grammy, Félix Carrillo Hinojosa.
Todo un maestro

Andrés ‘El Turco’ Gil es uno de los pocos músicos que estudió el acordeón. “Todos mis estudios los llevé al acordeón diatónico de botón y empecé a darle un mejor tratado de armonía distinto al que se le venía dando al vallenato, que era muy pobre en armonía, yo le di toda la altura musical. Hoy muchos músicos profesionales me buscan para que les enseñe algunas escalas cromáticas, entre otras formas de combinación de notas”.
Por Ximena Becerra