De unos años para acá, las administraciones públicas del Cesar y de Valledupar han empezado a comprender que nuestra región tiene un gran potencial turístico. Y eso es cierto: Entre el Festival Vallenato, la espectacular Ciénaga de la Zapatosa, los balnearios de ríos que descienden de la Sierra Nevada y del Perijá, hacen que tengamos […]
De unos años para acá, las administraciones públicas del Cesar y de Valledupar han empezado a comprender que nuestra región tiene un gran potencial turístico. Y eso es cierto: Entre el Festival Vallenato, la espectacular Ciénaga de la Zapatosa, los balnearios de ríos que descienden de la Sierra Nevada y del Perijá, hacen que tengamos mucho que ofrecer a turistas y visitantes. Sin embargo todo eso es potencialmente. Valledupar y el Cesar, a pesar de recibir turistas, está muy lejos de ser una región turística por excelencia. Pero a fuerza de circunstancias parece que nos va a tocar abrir los ojos y empezar a virar hacia el ecoturismo y el turismo cultural. El éxito que ha tenido el Festival Vallenato y la sorprendente noticia que Pueblo Bello y Manaure tienen copada su capacidad hotelera para la próxima semana santa, nos tiene que poner a pensar y a estructurar la región alrededor de un sector generador de tanto empleo como el turismo.
Empecemos por el turismo cultural del Festival Vallenato en abril. Llevamos 45 años celebrando el magno evento de la ciudad, y es la hora que Valledupar aún no logra estructurar una fuerte oferta turística alrededor de la música. La ciudad se queda corta todos los años en su capacidad hotelera, pues el resto del año no hay la suficiente demanda que permita construir más hoteles.
La capital del Cesar recibe varias decenas de miles de turistas durante Festival, pero el resto del año no. Los esfuerzos de las autoridades no deberían limitarse a esos 5 días de abril, sino a crear y estructurar una oferta durante todo el año, que vaya generando poco a poco una industria local más fuerte. Y combinar esa oferta con lo que ya se ofrece de ecoturismo en Pueblo Bello, Manaure y los balnearios de Valledupar.
Cosas que creemos se deben hacer, aunque no seamos precisamente consultores en turismo, solamente hemos sido viajeros: 1. Señalizar mejor la ciudad: A quien llega a Valledupar ya sea por la Avenida Salguero o por la avenida Fundación, no se le indica cómo llegar a Hurtado o a la Plaza Alfonso López. Las ciudades turísticas están señalizadas al extremo que cualquiera que se pierde, puede ubicarse solo con las señales de tránsito. 2. Capacitar en atención al cliente a nuestros restauranteros y meseros: es bastante deplorable la atención al cliente en la mayoría de los restaurantes de la ciudad y la región. Es regular en los ubicados en el norte de Valledupar, ¿que queda para el resto? 3. Masificar el bilingüismo: Tener una población bilingüe es necesario ya sea para crear clusters tecnológicos o para atraer turistas. Si quisiéramos atraer turistas americanos a Pueblo Bello…¿cómo los vamos a atender si los botones de los hoteles u hostales no hablan inglés? 4. Y lo más lógico sería crear oficinas de turismo: Hablamos de desarrollo y no tenemos una secretaría local de desarrollo ni municipal ni departamental – solo de agricultura – hablamos de turismo sin quien ejecute las políticas necesarias. 5. Crear sitios web que promocionen a Valledupar en lo turístico, en varios idiomas. Y que se les haga marketing digital a estas, para lograr atraer turistas. Haber ido a la vitrina de Anato, es un buen paso en el sentido de promocionar la región, y el éxito de Pueblo Bello y Manaure es una muestra de ello.
Concluyendo, hay mucha tela para cortar en cuanto al turismo. Pero ya va siendo hora que despertemos ante la oportunidad que nuestra majestuosa naturaleza y el folclor vallenato nos está dando para crear empleo sin necesidad de destruirla con la minería: haciendo ecoturismo y turismo cultural seriamente.
De unos años para acá, las administraciones públicas del Cesar y de Valledupar han empezado a comprender que nuestra región tiene un gran potencial turístico. Y eso es cierto: Entre el Festival Vallenato, la espectacular Ciénaga de la Zapatosa, los balnearios de ríos que descienden de la Sierra Nevada y del Perijá, hacen que tengamos […]
De unos años para acá, las administraciones públicas del Cesar y de Valledupar han empezado a comprender que nuestra región tiene un gran potencial turístico. Y eso es cierto: Entre el Festival Vallenato, la espectacular Ciénaga de la Zapatosa, los balnearios de ríos que descienden de la Sierra Nevada y del Perijá, hacen que tengamos mucho que ofrecer a turistas y visitantes. Sin embargo todo eso es potencialmente. Valledupar y el Cesar, a pesar de recibir turistas, está muy lejos de ser una región turística por excelencia. Pero a fuerza de circunstancias parece que nos va a tocar abrir los ojos y empezar a virar hacia el ecoturismo y el turismo cultural. El éxito que ha tenido el Festival Vallenato y la sorprendente noticia que Pueblo Bello y Manaure tienen copada su capacidad hotelera para la próxima semana santa, nos tiene que poner a pensar y a estructurar la región alrededor de un sector generador de tanto empleo como el turismo.
Empecemos por el turismo cultural del Festival Vallenato en abril. Llevamos 45 años celebrando el magno evento de la ciudad, y es la hora que Valledupar aún no logra estructurar una fuerte oferta turística alrededor de la música. La ciudad se queda corta todos los años en su capacidad hotelera, pues el resto del año no hay la suficiente demanda que permita construir más hoteles.
La capital del Cesar recibe varias decenas de miles de turistas durante Festival, pero el resto del año no. Los esfuerzos de las autoridades no deberían limitarse a esos 5 días de abril, sino a crear y estructurar una oferta durante todo el año, que vaya generando poco a poco una industria local más fuerte. Y combinar esa oferta con lo que ya se ofrece de ecoturismo en Pueblo Bello, Manaure y los balnearios de Valledupar.
Cosas que creemos se deben hacer, aunque no seamos precisamente consultores en turismo, solamente hemos sido viajeros: 1. Señalizar mejor la ciudad: A quien llega a Valledupar ya sea por la Avenida Salguero o por la avenida Fundación, no se le indica cómo llegar a Hurtado o a la Plaza Alfonso López. Las ciudades turísticas están señalizadas al extremo que cualquiera que se pierde, puede ubicarse solo con las señales de tránsito. 2. Capacitar en atención al cliente a nuestros restauranteros y meseros: es bastante deplorable la atención al cliente en la mayoría de los restaurantes de la ciudad y la región. Es regular en los ubicados en el norte de Valledupar, ¿que queda para el resto? 3. Masificar el bilingüismo: Tener una población bilingüe es necesario ya sea para crear clusters tecnológicos o para atraer turistas. Si quisiéramos atraer turistas americanos a Pueblo Bello…¿cómo los vamos a atender si los botones de los hoteles u hostales no hablan inglés? 4. Y lo más lógico sería crear oficinas de turismo: Hablamos de desarrollo y no tenemos una secretaría local de desarrollo ni municipal ni departamental – solo de agricultura – hablamos de turismo sin quien ejecute las políticas necesarias. 5. Crear sitios web que promocionen a Valledupar en lo turístico, en varios idiomas. Y que se les haga marketing digital a estas, para lograr atraer turistas. Haber ido a la vitrina de Anato, es un buen paso en el sentido de promocionar la región, y el éxito de Pueblo Bello y Manaure es una muestra de ello.
Concluyendo, hay mucha tela para cortar en cuanto al turismo. Pero ya va siendo hora que despertemos ante la oportunidad que nuestra majestuosa naturaleza y el folclor vallenato nos está dando para crear empleo sin necesidad de destruirla con la minería: haciendo ecoturismo y turismo cultural seriamente.