Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 13 noviembre, 2011

“No hay Santa Lucía que valga”

P E R I S C O P I O Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ Superadas las elecciones y sabiendo donde quedó cada uno, trataremos de tocar unos temas importantes especialmente para nuestro departamento y toda la Región Caribe, como es el caso del famoso T.L.C. con Estados Unidos; la negociación con la Unión Europea, el […]

P E R I S C O P I O

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ
Superadas las elecciones y sabiendo donde quedó cada uno, trataremos de tocar unos temas importantes especialmente para nuestro departamento y toda la Región Caribe, como es el caso del famoso T.L.C. con Estados Unidos; la negociación con la Unión Europea, el tratado con Mercosur, lo mismo que con Canadá, negocios para los cuales parece que nadie de los que estuvieron en las negociaciones se acordó que Colombia ha sido, es y será un país de vocación agropecuaria, y que sus gentes producen en toda la geografía del país, carne, leche, huevos, quesos, verduras,hortalizas, arroz, etc., en fin, alimentos que cada día nacesitará más el mundo ya que somos siete mil millones en nuestro planeta.
Nadie tuvo en cuenta a la Región Caribe para incluir sus productos agropecuarios y ofrecérselos al mundo, los que debían estar presentes al parecer no asistieron y no hicieron el reclamo para que los tuvieran en cuenta. Yo, como guajiro residenciado en el Cesar y exganadero, culpo en forma directa a  José Félix Lafaurie, Gerente de Fedegán, colectivo que asocia a los más de quinientos mil ganaderos de Colombia.
Baso ésta apreciación en que siendo Lafaurie hombre de acceso al entorno del anterior Presidente al punto que frecuente o permanentemente viajaba con él en el avión presidencial como todos recordamos, no fue capaz de influir en forma positiva para que se consideraran en dichos acuerdos o tratados las posibilidades de nuestra tierra, a quien hoy, dicho por los que conocen el acuerdo de los negocios, la ganadería no tiene ningún chance, ni con carne, ni con leche, ni con quesos ni lactosueros. Con nada.
Lafaurie ha debido, para favorecer al gremio que le paga en forma cumplida una buena remuneración, no insinuar sino exigir, a la hora del olvido del gobierno o antes, la inclusión de la producción ganadera en dichos tratados comerciales y denunciarlo ante el país si la situación persistía. Da lástima ver a un hijo de Pepe Lafaurie con tan pocas agallas, cuando él las tuvo todas y siempre pensó mucho en su gente.
Según lo que se sabe, todos los países enunciados podrán introducir a Colombia todos sus productos en miles de toneladas sin pagar arancel y cada año aumentarán sus cantidades sin que los colombianos podamos hacer otra cosa distinta que comprarlos y consumirlos. Además debemos consumir los producidos aquí, porque no podremos exportarlos, al menos no a esos países. ¿Qué tal?
Pero Lafaurie está exultante por una buena noticia: El actual Minagricultura Restrepo le ha prometido que en los próximos T.L.C. que se firmarán con Corea y Turquía el gremio agropecuario no servirá de comodín como en los anteriores. Esta es la palabra del Ministro que considera éstos hechos como “ingenuidades” mientras Lafaurie los califica de “errores”. Pues me perdonan tanto el uno como el otro, pero no son ni lo uno ni lo otro; ni errores ni ingenuidades, son hechos cumplidos con la mejor mala fe del mundo para favorecer el sector del entorno del poder sin pensar en los demás, pues la suerte de los demás no le interesa a los poderosos.
Lafaurie está hoy cuando esto escribo, festejando el 9 de noviembre como El día de la Leche Escolar Fedegán, lo que es muy loable pues es la entrega gratuita de leche para niños desnutridos en edad escolar, pero sería mejor un acuerdo con los gobiernos nacional,  departamentales y municipales para que en vez o además de la gaseosa o el jugo, oficialmente se compre la leche para distribuirla entre los chicos ya que su valor nutritivo es insustituible, y así se aseguraría una entrada para los productores quienes han gastado una millonada para convertir al país en “libre de aftosa” y al parecer eso no ha servido de nada pues los otros países o no lo creen o no les interesa.
¿Qué está pasando aquí? A mi modo de ver, hay una falta de credibilidad tanto en el país como afuera y un fracaso en la conducción de Fedegán, máxime cuando el gremio puede comprobar que el Alto Gobierno lo ha desconsiderado al no tenerlo en cuenta en algo en lo cual se contaba pues se daba por hecho.

El T.L.C. colombiano fue confeccionado para favorecer las exportaciones del grupo presidencial integrado por el anterior presidente, sus familiares, amigos, socios, cómplices y los que de casualidad, coincidieran con ellos produciendo las mismas cosas.
El Gerente de Fedegán en sus viajes con el mandatario aspiraba, sin secretos, a que lo nombraran Minagricultura y por eso omitió el cumplimiento de su deber pues de antemano intuía la negativa; pero su obligación era haberlo hecho y no lo hizo.
El asunto es que su falta de diligencia perjudica notablemente al sector y ahora quiere aparecer como Caperucito Azul pronosticando la llegada del Lobo y luego como el Pastorcito Mentiroso diciendo que ya llegó, cuando todo se originó por anteponer su interés personal antes que el gremial.
Da tristeza comprobar que la gran mayoría de nuestra gente a quien se le entrega responsabilidades falla por negligencia o por dedicarse al lucro personal en vez de defender la entidad que se le confió. ¿Qué vaina, no?.

Columnista
13 noviembre, 2011

“No hay Santa Lucía que valga”

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jaime Gnecco Hernandez

P E R I S C O P I O Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ Superadas las elecciones y sabiendo donde quedó cada uno, trataremos de tocar unos temas importantes especialmente para nuestro departamento y toda la Región Caribe, como es el caso del famoso T.L.C. con Estados Unidos; la negociación con la Unión Europea, el […]


P E R I S C O P I O

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ
Superadas las elecciones y sabiendo donde quedó cada uno, trataremos de tocar unos temas importantes especialmente para nuestro departamento y toda la Región Caribe, como es el caso del famoso T.L.C. con Estados Unidos; la negociación con la Unión Europea, el tratado con Mercosur, lo mismo que con Canadá, negocios para los cuales parece que nadie de los que estuvieron en las negociaciones se acordó que Colombia ha sido, es y será un país de vocación agropecuaria, y que sus gentes producen en toda la geografía del país, carne, leche, huevos, quesos, verduras,hortalizas, arroz, etc., en fin, alimentos que cada día nacesitará más el mundo ya que somos siete mil millones en nuestro planeta.
Nadie tuvo en cuenta a la Región Caribe para incluir sus productos agropecuarios y ofrecérselos al mundo, los que debían estar presentes al parecer no asistieron y no hicieron el reclamo para que los tuvieran en cuenta. Yo, como guajiro residenciado en el Cesar y exganadero, culpo en forma directa a  José Félix Lafaurie, Gerente de Fedegán, colectivo que asocia a los más de quinientos mil ganaderos de Colombia.
Baso ésta apreciación en que siendo Lafaurie hombre de acceso al entorno del anterior Presidente al punto que frecuente o permanentemente viajaba con él en el avión presidencial como todos recordamos, no fue capaz de influir en forma positiva para que se consideraran en dichos acuerdos o tratados las posibilidades de nuestra tierra, a quien hoy, dicho por los que conocen el acuerdo de los negocios, la ganadería no tiene ningún chance, ni con carne, ni con leche, ni con quesos ni lactosueros. Con nada.
Lafaurie ha debido, para favorecer al gremio que le paga en forma cumplida una buena remuneración, no insinuar sino exigir, a la hora del olvido del gobierno o antes, la inclusión de la producción ganadera en dichos tratados comerciales y denunciarlo ante el país si la situación persistía. Da lástima ver a un hijo de Pepe Lafaurie con tan pocas agallas, cuando él las tuvo todas y siempre pensó mucho en su gente.
Según lo que se sabe, todos los países enunciados podrán introducir a Colombia todos sus productos en miles de toneladas sin pagar arancel y cada año aumentarán sus cantidades sin que los colombianos podamos hacer otra cosa distinta que comprarlos y consumirlos. Además debemos consumir los producidos aquí, porque no podremos exportarlos, al menos no a esos países. ¿Qué tal?
Pero Lafaurie está exultante por una buena noticia: El actual Minagricultura Restrepo le ha prometido que en los próximos T.L.C. que se firmarán con Corea y Turquía el gremio agropecuario no servirá de comodín como en los anteriores. Esta es la palabra del Ministro que considera éstos hechos como “ingenuidades” mientras Lafaurie los califica de “errores”. Pues me perdonan tanto el uno como el otro, pero no son ni lo uno ni lo otro; ni errores ni ingenuidades, son hechos cumplidos con la mejor mala fe del mundo para favorecer el sector del entorno del poder sin pensar en los demás, pues la suerte de los demás no le interesa a los poderosos.
Lafaurie está hoy cuando esto escribo, festejando el 9 de noviembre como El día de la Leche Escolar Fedegán, lo que es muy loable pues es la entrega gratuita de leche para niños desnutridos en edad escolar, pero sería mejor un acuerdo con los gobiernos nacional,  departamentales y municipales para que en vez o además de la gaseosa o el jugo, oficialmente se compre la leche para distribuirla entre los chicos ya que su valor nutritivo es insustituible, y así se aseguraría una entrada para los productores quienes han gastado una millonada para convertir al país en “libre de aftosa” y al parecer eso no ha servido de nada pues los otros países o no lo creen o no les interesa.
¿Qué está pasando aquí? A mi modo de ver, hay una falta de credibilidad tanto en el país como afuera y un fracaso en la conducción de Fedegán, máxime cuando el gremio puede comprobar que el Alto Gobierno lo ha desconsiderado al no tenerlo en cuenta en algo en lo cual se contaba pues se daba por hecho.

El T.L.C. colombiano fue confeccionado para favorecer las exportaciones del grupo presidencial integrado por el anterior presidente, sus familiares, amigos, socios, cómplices y los que de casualidad, coincidieran con ellos produciendo las mismas cosas.
El Gerente de Fedegán en sus viajes con el mandatario aspiraba, sin secretos, a que lo nombraran Minagricultura y por eso omitió el cumplimiento de su deber pues de antemano intuía la negativa; pero su obligación era haberlo hecho y no lo hizo.
El asunto es que su falta de diligencia perjudica notablemente al sector y ahora quiere aparecer como Caperucito Azul pronosticando la llegada del Lobo y luego como el Pastorcito Mentiroso diciendo que ya llegó, cuando todo se originó por anteponer su interés personal antes que el gremial.
Da tristeza comprobar que la gran mayoría de nuestra gente a quien se le entrega responsabilidades falla por negligencia o por dedicarse al lucro personal en vez de defender la entidad que se le confió. ¿Qué vaina, no?.