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Crónica - 19 septiembre, 2017

“Yo vi nacer a Juancho Polo”: Joselito Blanco

Ayer se cumplieron 99 años del natalicio del juglar vallenato Juancho Polo Valencia. El periodista Agustín Bustamante Ternera presenta el siguiente texto extractado  del libro de su autoría, ‘Juancho Polo Valencia, Entre el Bien y el Mal’, obra que será lanzado el próximo año.

‘Juancho’ Polo Valencia.
‘Juancho’ Polo Valencia.

José Blanco De La Cruz ‘Joselito’ es un hombre que cada segundo que pasa desafía los cánones de la longevidad, vino al mundo en medio del bullicio de los niños de su tierra, era el ‘Día de los Angelitos’, la tradición estaba intacta, era el primero de noviembre de 1912, y en medio de las primeras luces del nuevo día,  los infantes se tomaron las calles de ‘Caimán’ (Candelaria es su nombre real),  corregimiento del municipio de Cerro de San Antonio (Magdalena),  aparecían en pequeños combos por todos los lados, llegaban hasta las puertas de las casas y en coro recitaban la frase típica: “Ángeles somos, venimos del cielo, pidiendo limosnas, para nosotros mismos”, como recompensa recibían productos de pancoger: maíz, yuca, batata, auyama, plátano, entre otros.

Hoy, 105 años después, esa costumbre desapareció desde cuando los latinos adoptamos la fiesta del Halloween (‘Noche de Brujitas), celebración de raíces irlandesas y norteamericanas, que tiene lugar el 31 de octubre de cada año, y que se arraigó aún más con el surgimiento de la Internet.

A solo 43 días de cumplir 105 años de vida, ‘Joselito’ manifiesta con una seguridad que asombra, “yo vi nacer a Juancho Polo, yo me acuerdo ,  no se me olvida que sus padres vivían al frente a mi casa, yo estaba cerca de cumplir los seis años,  cuando ese día me ‘alevanté’ como a las tres y media de la madrugada, porque iba con mi papá  para  la ‘roza’, a darle vuelta a una yuca y un maíz que había sembrado.

Todavía no me había frotado las ‘frutas’ de mis ojos cuando de pronto escuchamos el llanto de un niñito, mi papá ni siquiera se asombró, ya él sabía de dónde venía la vaina,  le quitó la tranca a  la puerta de  la calle, salió y cuando regresó, llamó a mi mamá, ¡Digna, Digna, la ‘prima  Rosario’ acaba de parir  un machito, apúrate, vamos a ayudarla! Enseguida mi mamá se ‘alevantó’  y se fue a atender  a María Del Rosario Cervantes.  Mi papá Félix decía que nosotros tuvimos la dicha de escuchar cantar a Juancho por primera vez, porque es que esos gritos que pegaba cuando nació estremecieron a todo el barrio; la casa se llenó de curiosos, los que nunca faltan”.

La casa donde nació Juancho Polo  el 18 de septiembre de 1918 (hoy cumpliría 99 años), está ubicada en la calle 2 No 1-37, en el barrio ‘La Candelaria’ o ‘Aquellos lados’,  zona que se hunde en época de crecientes, cuando se desborda la ciénaga de Cerro de San Antonio. Cuando ‘Valencia’ vino al  mundo  era una casita con paredes de bahareque y techo de paja, pero con el correr de los años las constantes arremetidas del agua, la deterioraron, por lo que sus nuevos dueños la mandaron a construir con ladrillo.

Desde el 2000 la habitan la pareja que conforman Lácides Castro Figueroa y Marta Luz Jiménez Muñoz, quien asegura que “esta casita todo el tiempo fue de mi tatarabuelo, ‘Papa Carrillo’. Aquí fue donde ‘posaron’ los padres de Juancho, cuando su madre se vino de Flores de María a parirlo en ‘Caimán’. Al frente habitaba el señor José Blanco De La Cruz, el que con el correr de los años  se convirtió en el cajero de Juancho Polo, cuando visitaba a Caimán”.

Aunque la mayoría de los ‘caimaneros’ aseguran que en la vivienda descrita fue donde nació el Juglar, unos pocos, como Juan Pérez Mejía (q.e.p.d.) y Marceliano Meriño Cervantes manifestaban que ‘Valencia’ nació en la casa  que ‘pega’ con la de Marta Luz Jiménez, donde en este momento vive la familia de Miguel Muñoz, allí funciona un Hogar de Bienestar del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, donde les brindan atención a  niños de padres de escasos recursos económicos, “esa casa era de la vieja María De Los Ángeles Meriño, abuela paterna de Juancho”, expresa  Marceliano.

La historia personal y musical de Juancho está  llena de contrastes, de dualidades, mientras que en Flores de María aseguran que sus  padres se lo llevaron para allá cuando solo tenía  ocho meses, en la tierra que lo vio nacer  dicen que fue a los 10 años, así lo sostiene  Marceliano Antonio Meriño Cervantes, nacido en ‘Caimán’, el 31 de mayo de 1923, “Juancho tenía 10 años cuando se lo llevaron para Flores de María, era un ‘chicuelo’ mayor que yo. No se me olvida que la  máquina de moler de mi  mamá era una piedra lisa, se ‘alevantaba’  temprano para machacar y apelmazar el maíz, los  gallos comenzaban a cantar y yo le preguntaba que qué era ese alboroto, me respondía que era Juancho, muchachito tremendo,  quien le correteaba los gallos a su abuela María De Los Ángeles”.  Esa versión  la reafirmaban Rita María Hernández, cuñada de Juancho, y Juan Pérez Mejía,  quienes contaban que “él nació en ‘Caimán’, aquí se ‘alevantó, hasta cuando sus padres se lo llevaron de nueve años para Flores de María”.

Allá dicen una cosa, acá otra

Eso  dicen allá en Caimán, pero veamos lo que piensa la gente de Flores de María (entonces corregimiento del municipio de Pivijay, desde el 2002 del nuevo municipio de Sabanas de San Ángel), “‘Mana Rosario’ siempre me decía que a Juancho se lo trajo para Flores de María, de ocho meses, después que lo bautizaron allá en Caimán”, afirma Teodosia Ceballos, una de las mujeres octogenarias de la pequeña población, “es que sus padres, a pesar de que vivían agradecidos con Flores, donde María Del Rosario pasó todo el tiempo del embarazo,  no olvidaban a la tierra que los vio nacer, ‘Caimán’, pues allá les iba bien, trabajaron en la finca ‘La Estancia’, de Pedro Verdorem, antes de mudarse para acá, pero las crecientes de la ciénaga del Cerro los inundaba y es dañaba sus cultivos”.

Entre tanto, Gilberto Polo Gamarra, nacido en Flores, el tres de diciembre de 1943, primo  hermano de Juancho, sostiene de manera contundente y  casi que agresiva, “ vea, Juancho Polo era totalmente de Flores de María, por vainas y ‘chocheras’ de los viejos de antes, nació en ‘Caimán’  y lo bautizaron en ese territorio, pero él nunca hablaba de esa tierra, él se sentía era de acá, acá tuvo su niñez, acá estudió, acá se volvió hombre, acá aprendió a tocar acordeón, acá vivió con su mujer Alicia, acá murió ella, acá nacieron sus hijos con Alicia Hernández, los mejores momentos de su vida  los pasó acá en Flores de María, allá en ‘Caimán’ no tienen nada qué inventar, mire que ni en sus discos lo nombra”.

Juan Manuel Polo Cervantes, ‘Juancho Polo Valencia’, recibió el sagrado sacramento del bautismo el 14 de febrero de 1919, en la parroquia ‘San Antonio de Padua’ del Cerro  de San Antonio;  la bendición la recibió del sacerdote Juan Cañas;  sus padres escogieron como sus padrinos a Alejandro Armenta y Antonia Heras. Su partida de bautismo aparece registrada en el  Libro 10, Folio 317, Número 891, de la mencionada parroquia.

Sus padres fueron Juan Manuel Polo Meriño y María Del Rosario Cervantes Berdugo, ambos nacidos en ‘Caimán’. Sus abuelos paternos, Pedro Pablo Polo Estrada, de descendencia directa de españoles, y María De Los Ángeles Meriño; los maternos, Vicente Cervantes y Manuela Berdugo.

Lo cierto es que  el amor y el fervor por Juancho Polo se siente en las dos poblaciones que se disputan su cuna: ‘Caimán y Flores de María, separadas aproximadamente por cuatro horas y  por aspectos diferenciales que son notorios para quienes las conocen: en la primera encontramos tres calles bien largas que la tornan en un terreno rectangular, en la segunda nos topamos con un plano casi cuadrado; en la primera se localiza la iglesia La Virgen de La Candelaria, a orillas de la ciénaga del Cerro; en la segunda, pese a que en sus entrañas nacieron tres sacerdotes que aún ejercen en distintas parroquias del país,  y de agrupar un alto porcentajes de católicos, no cuenta con una iglesia de esa línea religiosa; la primera está ubicada a orillas de la ciénaga del Cerro de San Antonio, a 10 metros sobre el nivel del mar; la segunda está sobre una montaña que no sobrepasa los 180 metros de altura.

En lo que sí se parecen ambas poblaciones, es que aparte de la desidia estatal, que las mantiene casi incomunicadas de sus cabeceras municipales , por contar con unos caminos de herradura que se vuelven intransitables en tiempos de invierno, les rinden homenajes a quien consideran ‘Su Personaje más Importante’:  mientras que  en el barrio ‘El Bongo’ de ‘Caimán’, al lado del Cementerio,  donde nace la calle 2 o Calle Central, hoy bautizada y reconocida como la ‘Calle Juancho Polo’, la cual conduce hasta la ciénaga, se encuentra en un pedestal el busto de Juancho Polo, monumento que mandó a elaborar e inauguró Octavio Álvarez Caballero (q.e.p.d.), durante su periodo como alcalde del Cerro de San Antonio (1990-1992); en Flores de María lo recuerdan cada vez que organizan el ‘Festival de Canción Inédita Homenaje a Juancho Polo Valencia’, en las categorías de canción inédita y piqueria. El certamen, que nació en diciembre de 2008, en el 2014 llegó a su quinta versión.

Por Agustín Bustamante Ternera
[email protected]

Crónica
19 septiembre, 2017

“Yo vi nacer a Juancho Polo”: Joselito Blanco

Ayer se cumplieron 99 años del natalicio del juglar vallenato Juancho Polo Valencia. El periodista Agustín Bustamante Ternera presenta el siguiente texto extractado  del libro de su autoría, ‘Juancho Polo Valencia, Entre el Bien y el Mal’, obra que será lanzado el próximo año.


‘Juancho’ Polo Valencia.
‘Juancho’ Polo Valencia.

José Blanco De La Cruz ‘Joselito’ es un hombre que cada segundo que pasa desafía los cánones de la longevidad, vino al mundo en medio del bullicio de los niños de su tierra, era el ‘Día de los Angelitos’, la tradición estaba intacta, era el primero de noviembre de 1912, y en medio de las primeras luces del nuevo día,  los infantes se tomaron las calles de ‘Caimán’ (Candelaria es su nombre real),  corregimiento del municipio de Cerro de San Antonio (Magdalena),  aparecían en pequeños combos por todos los lados, llegaban hasta las puertas de las casas y en coro recitaban la frase típica: “Ángeles somos, venimos del cielo, pidiendo limosnas, para nosotros mismos”, como recompensa recibían productos de pancoger: maíz, yuca, batata, auyama, plátano, entre otros.

Hoy, 105 años después, esa costumbre desapareció desde cuando los latinos adoptamos la fiesta del Halloween (‘Noche de Brujitas), celebración de raíces irlandesas y norteamericanas, que tiene lugar el 31 de octubre de cada año, y que se arraigó aún más con el surgimiento de la Internet.

A solo 43 días de cumplir 105 años de vida, ‘Joselito’ manifiesta con una seguridad que asombra, “yo vi nacer a Juancho Polo, yo me acuerdo ,  no se me olvida que sus padres vivían al frente a mi casa, yo estaba cerca de cumplir los seis años,  cuando ese día me ‘alevanté’ como a las tres y media de la madrugada, porque iba con mi papá  para  la ‘roza’, a darle vuelta a una yuca y un maíz que había sembrado.

Todavía no me había frotado las ‘frutas’ de mis ojos cuando de pronto escuchamos el llanto de un niñito, mi papá ni siquiera se asombró, ya él sabía de dónde venía la vaina,  le quitó la tranca a  la puerta de  la calle, salió y cuando regresó, llamó a mi mamá, ¡Digna, Digna, la ‘prima  Rosario’ acaba de parir  un machito, apúrate, vamos a ayudarla! Enseguida mi mamá se ‘alevantó’  y se fue a atender  a María Del Rosario Cervantes.  Mi papá Félix decía que nosotros tuvimos la dicha de escuchar cantar a Juancho por primera vez, porque es que esos gritos que pegaba cuando nació estremecieron a todo el barrio; la casa se llenó de curiosos, los que nunca faltan”.

La casa donde nació Juancho Polo  el 18 de septiembre de 1918 (hoy cumpliría 99 años), está ubicada en la calle 2 No 1-37, en el barrio ‘La Candelaria’ o ‘Aquellos lados’,  zona que se hunde en época de crecientes, cuando se desborda la ciénaga de Cerro de San Antonio. Cuando ‘Valencia’ vino al  mundo  era una casita con paredes de bahareque y techo de paja, pero con el correr de los años las constantes arremetidas del agua, la deterioraron, por lo que sus nuevos dueños la mandaron a construir con ladrillo.

Desde el 2000 la habitan la pareja que conforman Lácides Castro Figueroa y Marta Luz Jiménez Muñoz, quien asegura que “esta casita todo el tiempo fue de mi tatarabuelo, ‘Papa Carrillo’. Aquí fue donde ‘posaron’ los padres de Juancho, cuando su madre se vino de Flores de María a parirlo en ‘Caimán’. Al frente habitaba el señor José Blanco De La Cruz, el que con el correr de los años  se convirtió en el cajero de Juancho Polo, cuando visitaba a Caimán”.

Aunque la mayoría de los ‘caimaneros’ aseguran que en la vivienda descrita fue donde nació el Juglar, unos pocos, como Juan Pérez Mejía (q.e.p.d.) y Marceliano Meriño Cervantes manifestaban que ‘Valencia’ nació en la casa  que ‘pega’ con la de Marta Luz Jiménez, donde en este momento vive la familia de Miguel Muñoz, allí funciona un Hogar de Bienestar del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, donde les brindan atención a  niños de padres de escasos recursos económicos, “esa casa era de la vieja María De Los Ángeles Meriño, abuela paterna de Juancho”, expresa  Marceliano.

La historia personal y musical de Juancho está  llena de contrastes, de dualidades, mientras que en Flores de María aseguran que sus  padres se lo llevaron para allá cuando solo tenía  ocho meses, en la tierra que lo vio nacer  dicen que fue a los 10 años, así lo sostiene  Marceliano Antonio Meriño Cervantes, nacido en ‘Caimán’, el 31 de mayo de 1923, “Juancho tenía 10 años cuando se lo llevaron para Flores de María, era un ‘chicuelo’ mayor que yo. No se me olvida que la  máquina de moler de mi  mamá era una piedra lisa, se ‘alevantaba’  temprano para machacar y apelmazar el maíz, los  gallos comenzaban a cantar y yo le preguntaba que qué era ese alboroto, me respondía que era Juancho, muchachito tremendo,  quien le correteaba los gallos a su abuela María De Los Ángeles”.  Esa versión  la reafirmaban Rita María Hernández, cuñada de Juancho, y Juan Pérez Mejía,  quienes contaban que “él nació en ‘Caimán’, aquí se ‘alevantó, hasta cuando sus padres se lo llevaron de nueve años para Flores de María”.

Allá dicen una cosa, acá otra

Eso  dicen allá en Caimán, pero veamos lo que piensa la gente de Flores de María (entonces corregimiento del municipio de Pivijay, desde el 2002 del nuevo municipio de Sabanas de San Ángel), “‘Mana Rosario’ siempre me decía que a Juancho se lo trajo para Flores de María, de ocho meses, después que lo bautizaron allá en Caimán”, afirma Teodosia Ceballos, una de las mujeres octogenarias de la pequeña población, “es que sus padres, a pesar de que vivían agradecidos con Flores, donde María Del Rosario pasó todo el tiempo del embarazo,  no olvidaban a la tierra que los vio nacer, ‘Caimán’, pues allá les iba bien, trabajaron en la finca ‘La Estancia’, de Pedro Verdorem, antes de mudarse para acá, pero las crecientes de la ciénaga del Cerro los inundaba y es dañaba sus cultivos”.

Entre tanto, Gilberto Polo Gamarra, nacido en Flores, el tres de diciembre de 1943, primo  hermano de Juancho, sostiene de manera contundente y  casi que agresiva, “ vea, Juancho Polo era totalmente de Flores de María, por vainas y ‘chocheras’ de los viejos de antes, nació en ‘Caimán’  y lo bautizaron en ese territorio, pero él nunca hablaba de esa tierra, él se sentía era de acá, acá tuvo su niñez, acá estudió, acá se volvió hombre, acá aprendió a tocar acordeón, acá vivió con su mujer Alicia, acá murió ella, acá nacieron sus hijos con Alicia Hernández, los mejores momentos de su vida  los pasó acá en Flores de María, allá en ‘Caimán’ no tienen nada qué inventar, mire que ni en sus discos lo nombra”.

Juan Manuel Polo Cervantes, ‘Juancho Polo Valencia’, recibió el sagrado sacramento del bautismo el 14 de febrero de 1919, en la parroquia ‘San Antonio de Padua’ del Cerro  de San Antonio;  la bendición la recibió del sacerdote Juan Cañas;  sus padres escogieron como sus padrinos a Alejandro Armenta y Antonia Heras. Su partida de bautismo aparece registrada en el  Libro 10, Folio 317, Número 891, de la mencionada parroquia.

Sus padres fueron Juan Manuel Polo Meriño y María Del Rosario Cervantes Berdugo, ambos nacidos en ‘Caimán’. Sus abuelos paternos, Pedro Pablo Polo Estrada, de descendencia directa de españoles, y María De Los Ángeles Meriño; los maternos, Vicente Cervantes y Manuela Berdugo.

Lo cierto es que  el amor y el fervor por Juancho Polo se siente en las dos poblaciones que se disputan su cuna: ‘Caimán y Flores de María, separadas aproximadamente por cuatro horas y  por aspectos diferenciales que son notorios para quienes las conocen: en la primera encontramos tres calles bien largas que la tornan en un terreno rectangular, en la segunda nos topamos con un plano casi cuadrado; en la primera se localiza la iglesia La Virgen de La Candelaria, a orillas de la ciénaga del Cerro; en la segunda, pese a que en sus entrañas nacieron tres sacerdotes que aún ejercen en distintas parroquias del país,  y de agrupar un alto porcentajes de católicos, no cuenta con una iglesia de esa línea religiosa; la primera está ubicada a orillas de la ciénaga del Cerro de San Antonio, a 10 metros sobre el nivel del mar; la segunda está sobre una montaña que no sobrepasa los 180 metros de altura.

En lo que sí se parecen ambas poblaciones, es que aparte de la desidia estatal, que las mantiene casi incomunicadas de sus cabeceras municipales , por contar con unos caminos de herradura que se vuelven intransitables en tiempos de invierno, les rinden homenajes a quien consideran ‘Su Personaje más Importante’:  mientras que  en el barrio ‘El Bongo’ de ‘Caimán’, al lado del Cementerio,  donde nace la calle 2 o Calle Central, hoy bautizada y reconocida como la ‘Calle Juancho Polo’, la cual conduce hasta la ciénaga, se encuentra en un pedestal el busto de Juancho Polo, monumento que mandó a elaborar e inauguró Octavio Álvarez Caballero (q.e.p.d.), durante su periodo como alcalde del Cerro de San Antonio (1990-1992); en Flores de María lo recuerdan cada vez que organizan el ‘Festival de Canción Inédita Homenaje a Juancho Polo Valencia’, en las categorías de canción inédita y piqueria. El certamen, que nació en diciembre de 2008, en el 2014 llegó a su quinta versión.

Por Agustín Bustamante Ternera
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