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Columnista - 3 octubre, 2016

¿Y ahora qué?

Mi voto fue por el Sí y, desde ya, respeto los resultados y me acojo a lo que diga la democracia. No es momento de degradarnos por esta decisión, la mayoría, aunque haya sido por 60.000 votos, decidió que no le gustan los acuerdos, quieren un camino distinto y sobre eso hay que construir un […]

Mi voto fue por el Sí y, desde ya, respeto los resultados y me acojo a lo que diga la democracia. No es momento de degradarnos por esta decisión, la mayoría, aunque haya sido por 60.000 votos, decidió que no le gustan los acuerdos, quieren un camino distinto y sobre eso hay que construir un nuevo futuro.

Algunas reflexiones: se impusieron mitos como el castrochavismo ante lo positivo que traía el proceso en temas de tierras, profundización de la democracia, narcotráfico y víctimas. También pesaron todos los atajos que hizo el gobierno, como bajar umbral, poner al Congreso de firmón para ganar y, algo definitivo que influyó demasiado, la mala imagen del Presidente Santos, quien utilizó amenazas como la tal guerra urbana y de ñapa, celebró antes de haber ganado. Incidió el cinismo con que las Farc manejaron el proceso, las declaraciones permanentes de Jesús Santrich retando al pueblo. Muy doloroso, porque se perdió una oportunidad histórica, máxime por los pueblos más golpeados y afectados como Bojayá, Barbacoas, San José del Guaviare.

Buenaventura, Trujillo, Chalán y otros que votaron masivamente el Sí para acabar la guerra, mientras las ciudades, que no han vivido la sangre, no fueron solidarias y dijeron No; otros que pierden son los políticos enmermelados que dejaron al Presidente solo, sobre todo los costeños, que solo saben ganar comprando votos y no tienen discurso y menos ideología; ni hablar de los encuestadores, que aunque digan que la foto cambió, le siguieron el juego al gobierno y no publicaron lo que realmente estaba pasando; asimismo se pierde el Nobel de Santos y Timochenko.

Gana Álvaro Uribe, demostró que es el animal político más fuerte que ha tenido la historia de Colombia, pese a que polarice y muchos no lo quieran, con esta victoria evidenció que no estaba acabado como muchos pensábamos, ahora, se perfila como una gran fuerza que va por la Presidencia de la República en 2018.

¿Y ahora qué? Se necesita un presidente estadista, que logre tomar el timón del barco y recupere la gobernabilidad. Es ahí, donde preocupa lo que viene, estamos en un limbo y en manos de Santos. Hay que convocar un gran acuerdo político y la oposición tiene que ser escuchada e incluida, así no les guste a las Farc, que tendrán que entender que hay que volver a barajar. Ojalá Uribe también entienda que la otra mitad de la población, quiere una salida negociada y esto se construye juntos y tiene que reunirse con Santos quiera o no quiera. ¿Será la Constituyente la salida? Esto une al uribismo y a las Farc, pero abre una puerta que nadie sabe a dónde conduce. Que Dios bendiga a Colombia porque parece que la guerra seguirá y muchos más muertos vendrán, si no hay altura en los sectores para hablar con franqueza y deponer los odios que nos dominan.

Estocada: Felicito al doctor Carlos Morón Cuello, rector de la UDES, por su nuevo proyecto Café con arte, ameno, enriquecedor y profundiza el conocimiento. La semana pasada fue en honor a Rafael Carrillo Lúquez, nuestro gran filósofo. Estos espacios de corte académico, permiten crecer y conocer los valores culturales de nuestra región, ojalá también se traigan personajes de talla nacional a conversar con nosotros.

Columnista
3 octubre, 2016

¿Y ahora qué?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jacobo Solano Cerchiaro

Mi voto fue por el Sí y, desde ya, respeto los resultados y me acojo a lo que diga la democracia. No es momento de degradarnos por esta decisión, la mayoría, aunque haya sido por 60.000 votos, decidió que no le gustan los acuerdos, quieren un camino distinto y sobre eso hay que construir un […]


Mi voto fue por el Sí y, desde ya, respeto los resultados y me acojo a lo que diga la democracia. No es momento de degradarnos por esta decisión, la mayoría, aunque haya sido por 60.000 votos, decidió que no le gustan los acuerdos, quieren un camino distinto y sobre eso hay que construir un nuevo futuro.

Algunas reflexiones: se impusieron mitos como el castrochavismo ante lo positivo que traía el proceso en temas de tierras, profundización de la democracia, narcotráfico y víctimas. También pesaron todos los atajos que hizo el gobierno, como bajar umbral, poner al Congreso de firmón para ganar y, algo definitivo que influyó demasiado, la mala imagen del Presidente Santos, quien utilizó amenazas como la tal guerra urbana y de ñapa, celebró antes de haber ganado. Incidió el cinismo con que las Farc manejaron el proceso, las declaraciones permanentes de Jesús Santrich retando al pueblo. Muy doloroso, porque se perdió una oportunidad histórica, máxime por los pueblos más golpeados y afectados como Bojayá, Barbacoas, San José del Guaviare.

Buenaventura, Trujillo, Chalán y otros que votaron masivamente el Sí para acabar la guerra, mientras las ciudades, que no han vivido la sangre, no fueron solidarias y dijeron No; otros que pierden son los políticos enmermelados que dejaron al Presidente solo, sobre todo los costeños, que solo saben ganar comprando votos y no tienen discurso y menos ideología; ni hablar de los encuestadores, que aunque digan que la foto cambió, le siguieron el juego al gobierno y no publicaron lo que realmente estaba pasando; asimismo se pierde el Nobel de Santos y Timochenko.

Gana Álvaro Uribe, demostró que es el animal político más fuerte que ha tenido la historia de Colombia, pese a que polarice y muchos no lo quieran, con esta victoria evidenció que no estaba acabado como muchos pensábamos, ahora, se perfila como una gran fuerza que va por la Presidencia de la República en 2018.

¿Y ahora qué? Se necesita un presidente estadista, que logre tomar el timón del barco y recupere la gobernabilidad. Es ahí, donde preocupa lo que viene, estamos en un limbo y en manos de Santos. Hay que convocar un gran acuerdo político y la oposición tiene que ser escuchada e incluida, así no les guste a las Farc, que tendrán que entender que hay que volver a barajar. Ojalá Uribe también entienda que la otra mitad de la población, quiere una salida negociada y esto se construye juntos y tiene que reunirse con Santos quiera o no quiera. ¿Será la Constituyente la salida? Esto une al uribismo y a las Farc, pero abre una puerta que nadie sabe a dónde conduce. Que Dios bendiga a Colombia porque parece que la guerra seguirá y muchos más muertos vendrán, si no hay altura en los sectores para hablar con franqueza y deponer los odios que nos dominan.

Estocada: Felicito al doctor Carlos Morón Cuello, rector de la UDES, por su nuevo proyecto Café con arte, ameno, enriquecedor y profundiza el conocimiento. La semana pasada fue en honor a Rafael Carrillo Lúquez, nuestro gran filósofo. Estos espacios de corte académico, permiten crecer y conocer los valores culturales de nuestra región, ojalá también se traigan personajes de talla nacional a conversar con nosotros.