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General - 15 abril, 2018

WhatsApp, el riesgo de las aplicaciones

Aunque dentro de las políticas de privacidad de la empresa está puntualmente “En WhatsApp hemos desarrollado funciones para proteger tu privacidad y seguridad.

Al conocerse las investigaciones adelantadas a la compañía Cambridge Analytica, usuarios de aplicaciones digitales se han preguntado ¿qué tan personal es su vida en internet? Hablando de WhatsApp puntualmente por ser la red social en tema de mensajería más popular se encuentran peligros de internautas que aprovechan algunos espacios para violentar archivos confidenciales.

Aunque dentro de las políticas de privacidad de la empresa está puntualmente “En WhatsApp hemos desarrollado funciones para proteger tu privacidad y seguridad. No almacenamos tus mensajes una vez que son entregados. Cuando los mensajes están cifrados de extremo a extremo; ni nosotros, ni terceras personas pueden leerlos” conocedores señalan algunas estrategias que pueden utilizar los famosos ‘crackers’ para acceder a la información.

Sergio Daza, experto en marketing digital, nombra algunas fallas que generalmente los usuarios realizan al momento de utilizar WhatsApp y es compartir “claves e información confidencial y eso no se debería hacer”. Comentó que Facebook compró los derechos de esta aplicación y además domina las aplicaciones más conocidas de mensajería del mundo creando algo así como un monopolio. Que una sola aplicación tenga tanto control sobre la vida de la gente lo percibe Daza como un asunto delicado. La mayoría desarrollan sus tareas para fines lucrativos.

Giovanni Sierra experto en sistema informáticos, expresa que para él, “la única forma de que puedan entrar a tu WhatsApp es tener el celular de la persona”. Ahora el ‘app’ trabaja con ‘cifrado de extremo a extremo’ algo que traduce a convertir los mensajes en códigos mientras viajan por la red para no vulnerar su contenido; al llegar al destino solicitado traduce este el mensaje por sí mismo a su idioma real.

Como actos de astucia ve Sierra las formas de tener acceso al WhastApp de una persona, deduciendo que una de ellas sería a través de WhatsApp Web. Mientras se tenga conexión a internet y el celular de la persona a la mano se puede escanear el código que envía al buzón de mensajes o conversaciones abiertas. ¿Fácil? Si, pero es otra manera de posicionar el aplicativo como el primer causal de divorcio en el mundo por estar expuestos a revelar información ‘de más’.

Los grupos se convierten en alarma; son unos ‘link’ al que cualquiera puede vincularse y así conocer y manipular los archivos que desde allí se manejen. Permite 256 personas.

La política de privacidad aclara que los usuarios disponen de 30 días hábiles, después de ser aceptados los derechos, de reusarse a cumplir con estos términos; esta decisión se puede realizar en la opción ‘cuenta’, además al estar en otro país se permite la recopilación de datos “utilización, el procedimiento y el uso compartido de tu información” y reconocerá las reglas del territorio desde donde envíes y recibas mensajes.

Eduardo Moscote / EL PILÓN
[email protected]

General
15 abril, 2018

WhatsApp, el riesgo de las aplicaciones

Aunque dentro de las políticas de privacidad de la empresa está puntualmente “En WhatsApp hemos desarrollado funciones para proteger tu privacidad y seguridad.


Al conocerse las investigaciones adelantadas a la compañía Cambridge Analytica, usuarios de aplicaciones digitales se han preguntado ¿qué tan personal es su vida en internet? Hablando de WhatsApp puntualmente por ser la red social en tema de mensajería más popular se encuentran peligros de internautas que aprovechan algunos espacios para violentar archivos confidenciales.

Aunque dentro de las políticas de privacidad de la empresa está puntualmente “En WhatsApp hemos desarrollado funciones para proteger tu privacidad y seguridad. No almacenamos tus mensajes una vez que son entregados. Cuando los mensajes están cifrados de extremo a extremo; ni nosotros, ni terceras personas pueden leerlos” conocedores señalan algunas estrategias que pueden utilizar los famosos ‘crackers’ para acceder a la información.

Sergio Daza, experto en marketing digital, nombra algunas fallas que generalmente los usuarios realizan al momento de utilizar WhatsApp y es compartir “claves e información confidencial y eso no se debería hacer”. Comentó que Facebook compró los derechos de esta aplicación y además domina las aplicaciones más conocidas de mensajería del mundo creando algo así como un monopolio. Que una sola aplicación tenga tanto control sobre la vida de la gente lo percibe Daza como un asunto delicado. La mayoría desarrollan sus tareas para fines lucrativos.

Giovanni Sierra experto en sistema informáticos, expresa que para él, “la única forma de que puedan entrar a tu WhatsApp es tener el celular de la persona”. Ahora el ‘app’ trabaja con ‘cifrado de extremo a extremo’ algo que traduce a convertir los mensajes en códigos mientras viajan por la red para no vulnerar su contenido; al llegar al destino solicitado traduce este el mensaje por sí mismo a su idioma real.

Como actos de astucia ve Sierra las formas de tener acceso al WhastApp de una persona, deduciendo que una de ellas sería a través de WhatsApp Web. Mientras se tenga conexión a internet y el celular de la persona a la mano se puede escanear el código que envía al buzón de mensajes o conversaciones abiertas. ¿Fácil? Si, pero es otra manera de posicionar el aplicativo como el primer causal de divorcio en el mundo por estar expuestos a revelar información ‘de más’.

Los grupos se convierten en alarma; son unos ‘link’ al que cualquiera puede vincularse y así conocer y manipular los archivos que desde allí se manejen. Permite 256 personas.

La política de privacidad aclara que los usuarios disponen de 30 días hábiles, después de ser aceptados los derechos, de reusarse a cumplir con estos términos; esta decisión se puede realizar en la opción ‘cuenta’, además al estar en otro país se permite la recopilación de datos “utilización, el procedimiento y el uso compartido de tu información” y reconocerá las reglas del territorio desde donde envíes y recibas mensajes.

Eduardo Moscote / EL PILÓN
[email protected]