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Análisis - 1 octubre, 2017

Vigencias Futuras, Empréstitos y desconfianza

El economista Luis Elquis Díaz analiza el panorama económico del municipio de Valledupar, a propósito del empréstito solicitado por el alcalde de Valledupar, se pregunta si los concejales fueron rigurosos en el estudio de la solicitud de la vigencia futura y si estudiaron los contenidos de las Leyes 819 de 2003 y 1483 de 2011 y recuerda el concepto de la Auditoría General de la Nación que afirma que “esta situación conspira con el esfuerzo hecho con las leyes 617 de 2000 de Ajuste Fiscal y 550 de 1999 de Intervención Económica”.

Por las iniciativas de los gobiernos Departamental y Municipal, comandados por el gobernador Francisco Ovalle Angarita y el alcalde Augusto Daniel Ramírez Uhia, remitidas a la Asamblea y al Concejo, se pusieron de moda tres conceptos: Cupos de Endeudamiento, Empréstitos y Vigencias Futuras. La mayoría de los conceptos financieros relacionados con el sistema presupuestal colombiano, necesarios para que los entes públicos optimicen y utilicen para satisfacer las necesidades de la población de acuerdo con las competencias asignadas constitucional y legalmente, no son de fácil comprensión para la mayoría de la ciudadanía.

En aras coadyuvar con el esclarecimiento de los términos en referencia, de manera sencilla consigno lo siguiente.

Cupo de endeudamiento es la capacidad de asumir una deuda y si en efecto puedes cumplir con el pago de las cuotas. Las vigencias futuras son autorizaciones sobre recursos fiscales dentro de presupuestos futuros, para ejecutar un determinado gasto en el presente, en obras de envergadura regional o nacional. Las hay de dos tipos: Ordinarias y Excepcionales. Las primeras corresponden a vigencias que no comprometen recursos más allá del periodo de Gobierno en el cual se ejecutan y las segundas sí pueden extenderse a otros mandatos. Los Empréstitos son operaciones financieras que realizan el Estado o los entes públicos, normalmente mediante la emisión de títulos de deuda, para atender sus necesidades u obligaciones. Éste término se aplica particularmente a los préstamos otorgados a una nación.

Dicho lo anterior, el pasado 5 de marzo de la presente anualidad, esta casa editorial publicó un informe que bauticé ‘Las obras del alcalde Tuto’ ( http://elpilon.com.co/las-obras-del-alcalde-tuto-uhia/[LELDB1]) en el cual realicé una descripción de las siguientes obras definidas por el alcalde: los parques de los barrios Panamá, San Martin, Los Fundadores y la Urbanización los Mayales. Del mismo modo, los estudios adelantados por la Universidad Nacional para la construcción del Mercado Nuevo, adecuación de la Plaza Alfonso López, el Ecoparque del Rio Guatapuri, la plaza y casa en el Aire en Patillal, la Avenida Adalberto Ovalle (va desde Club House, pasa por el Instituto Técnico La Esperanza y termina en Mercabastos) y los deprimidos de las glorietas María Mulata, los Músicos y la de los Gallos.

El pasado 27 de Septiembre la periodista Annelise Barriga Ramírez, realizó el informe ‘Así invertirá la Alcaldía de Valledupar $ 35 mil millones en año y medio’ (http://elpilon.com.co/asi-invertira-la-alcaldia-de-valledupar-35-mil-millones-en-ano-y-medio/[LELDB2]) describió con detalle y claridad las obras destino de la inversión de los recursos que ascienden a $35 mil millones.

Teniendo en cuenta los informes comentados, podemos argüir que el Alcalde de Valledupar, en primera instancia previó la estructuración de los estudios, y posteriormente, para la implementación, analizó las herramientas legales para gestionar los recursos. No obstante, al hipotético caso de una coherente planeación, es curioso que haya solicitado el trámite de una vigencia futura excepcional y propuesto un empréstito por $ 50 mil millones, sobre todo, por la situación fiscal del municipio, y la distribución del presupuesto de Valledupar, que para la actual vigencia asciende a $703.067 millones, de los cuales, el 88.41 % está destinado para proyectos de inversión, el 6.67 % para funcionamiento y el 4.92 % para pago de la deuda. Léase bien 88.41 % para inversión, es decir, $ 621 mil millones.

Podemos dar por sentado que los concejales de Valledupar fueron rigurosos en el estudio de la solicitud de la vigencia futura, estudiando los contenidos de las Leyes 819 de 2003 y 1483 de 2011, particularmente, sobre el tipo de proyectos, su impacto e importancia estratégica, advertir que estén debidamente inscritos y viabilizados en los respectivos bancos de proyectos, el monto máximo de la vigencia futura, el plazo, las condiciones, la consulta de las metas plurianuales del Marco Fiscal de Mediano Plazo y la aprobación previa del Confis territorial.

No pretendo ser pernicioso ni poner en duda las buenas intenciones del señor Alcalde de Valledupar, porque comprendo que la ciudad ha tenido la desdicha de ser gobernada sin la coherencia lógica que describe su crecimiento. Los últimos 20 años han sido caracterizados por la desidia, sumiéndola en el atraso en materia de infraestructura y en otros sectores, se ha creído que la ciudad es aún de casitas de bahareque y no un sistema de constante evolución. Además, a través de esta tribuna en varias oportunidades he sido insistente en la necesidad de construir en el presente, el futuro de Valledupar; considerando las tendencias y cambios que permanentemente sufren las ciudades, máxime, porque en 2050 serán el hábitat del 70 % de la Población Mundial.

Las Vigencias Futuras son una herramienta permitida por la Ley, convertidas en una forma de gestionar recursos. De acuerdo con la Auditoria General de la Republica, 650 entes territoriales (municipios y departamentos) comprometieron mediante Vigencias Futuras Excepcionales $ 16.2 billones, en promedio van hasta 2020, pero hay algunas amarradas hasta 2030. Insiste la Auditoria que esta situación conspira con el esfuerzo hecho con las leyes 617 de 2000 de Ajuste Fiscal y 550 de 1999 de Intervención Económica, que permitieron despignorar recursos propios de alcaldías y gobernaciones.

Con atención seguí los diversos programas radiales que divulgaron el trámite de Vigencias Futuras adelantado por el Concejo de Valledupar, percibí imprecisiones de los ponentes en el Concejo y desconocimiento ciudadano de los términos que mencioné líneas arriba, y evidencié, que aun sobrevive la desconfianza por el empréstito de $ 36 mil millones, para ser invertidos en Emdupar, sin embargo, aun hoy no hay certeza que hayan cumplido su objetivo, la empresa financiera y operativamente se encuentra en estado crítico.

Por lo tanto señor Alcalde, en sus convicciones está el buen uso de los recursos, pertinente recordar el mensaje contundente en contra de la corrupción del papa Francisco: “el diablo entra por el bolsillo, siempre”. Usted es un hombre temeroso de Dios, apasionado con su ciudad y profesional del derecho, con esas calidades y formación, no deben asomar la desconfianza, ni controversias con sus adversarios políticos e interesados en sucederlo; al contrario, actuar conforme a la Ley, los principios y las convicciones, es una oportunidad inigualable que perfuma el ejercicio de la función pública y sirve además, para romper paradigmas que estimulan el proceso de cambio social e institucional perentorios para nuestro Estado.

Los $ 35 mil millones deben usarse en las obras de impacto y estratégicas definidas por su administración para la ciudad como lo establece la Ley. Estaré vigilante en cada proceso contractual, en sus hitos, alcance, tiempo y costo. Seguramente también lo estarán todos los ciudadanos en Valledupar, naturalmente, medios de comunicación y los organismos de control fiscal y disciplinario. Alcalde ni se le ocurra seguir la huella de los desidiosos de la región Caribe que nos avergüenzan a nivel a nacional, ejecute bien y con transparencia los recursos para que no queden obras inconclusas ni elefantes blancos, priorice su integridad como ser humano y padre de familia, para que no haya desconfianza en el uso de la vigencia futura ni sospecha de usufructo en el proceso electoral que se avecina para elegir Senadores y Representantes.

@LuchoDiaz12

Por Luis Elquis Díaz

 

Análisis
1 octubre, 2017

Vigencias Futuras, Empréstitos y desconfianza

El economista Luis Elquis Díaz analiza el panorama económico del municipio de Valledupar, a propósito del empréstito solicitado por el alcalde de Valledupar, se pregunta si los concejales fueron rigurosos en el estudio de la solicitud de la vigencia futura y si estudiaron los contenidos de las Leyes 819 de 2003 y 1483 de 2011 y recuerda el concepto de la Auditoría General de la Nación que afirma que “esta situación conspira con el esfuerzo hecho con las leyes 617 de 2000 de Ajuste Fiscal y 550 de 1999 de Intervención Económica”.


Por las iniciativas de los gobiernos Departamental y Municipal, comandados por el gobernador Francisco Ovalle Angarita y el alcalde Augusto Daniel Ramírez Uhia, remitidas a la Asamblea y al Concejo, se pusieron de moda tres conceptos: Cupos de Endeudamiento, Empréstitos y Vigencias Futuras. La mayoría de los conceptos financieros relacionados con el sistema presupuestal colombiano, necesarios para que los entes públicos optimicen y utilicen para satisfacer las necesidades de la población de acuerdo con las competencias asignadas constitucional y legalmente, no son de fácil comprensión para la mayoría de la ciudadanía.

En aras coadyuvar con el esclarecimiento de los términos en referencia, de manera sencilla consigno lo siguiente.

Cupo de endeudamiento es la capacidad de asumir una deuda y si en efecto puedes cumplir con el pago de las cuotas. Las vigencias futuras son autorizaciones sobre recursos fiscales dentro de presupuestos futuros, para ejecutar un determinado gasto en el presente, en obras de envergadura regional o nacional. Las hay de dos tipos: Ordinarias y Excepcionales. Las primeras corresponden a vigencias que no comprometen recursos más allá del periodo de Gobierno en el cual se ejecutan y las segundas sí pueden extenderse a otros mandatos. Los Empréstitos son operaciones financieras que realizan el Estado o los entes públicos, normalmente mediante la emisión de títulos de deuda, para atender sus necesidades u obligaciones. Éste término se aplica particularmente a los préstamos otorgados a una nación.

Dicho lo anterior, el pasado 5 de marzo de la presente anualidad, esta casa editorial publicó un informe que bauticé ‘Las obras del alcalde Tuto’ ( http://elpilon.com.co/las-obras-del-alcalde-tuto-uhia/[LELDB1]) en el cual realicé una descripción de las siguientes obras definidas por el alcalde: los parques de los barrios Panamá, San Martin, Los Fundadores y la Urbanización los Mayales. Del mismo modo, los estudios adelantados por la Universidad Nacional para la construcción del Mercado Nuevo, adecuación de la Plaza Alfonso López, el Ecoparque del Rio Guatapuri, la plaza y casa en el Aire en Patillal, la Avenida Adalberto Ovalle (va desde Club House, pasa por el Instituto Técnico La Esperanza y termina en Mercabastos) y los deprimidos de las glorietas María Mulata, los Músicos y la de los Gallos.

El pasado 27 de Septiembre la periodista Annelise Barriga Ramírez, realizó el informe ‘Así invertirá la Alcaldía de Valledupar $ 35 mil millones en año y medio’ (http://elpilon.com.co/asi-invertira-la-alcaldia-de-valledupar-35-mil-millones-en-ano-y-medio/[LELDB2]) describió con detalle y claridad las obras destino de la inversión de los recursos que ascienden a $35 mil millones.

Teniendo en cuenta los informes comentados, podemos argüir que el Alcalde de Valledupar, en primera instancia previó la estructuración de los estudios, y posteriormente, para la implementación, analizó las herramientas legales para gestionar los recursos. No obstante, al hipotético caso de una coherente planeación, es curioso que haya solicitado el trámite de una vigencia futura excepcional y propuesto un empréstito por $ 50 mil millones, sobre todo, por la situación fiscal del municipio, y la distribución del presupuesto de Valledupar, que para la actual vigencia asciende a $703.067 millones, de los cuales, el 88.41 % está destinado para proyectos de inversión, el 6.67 % para funcionamiento y el 4.92 % para pago de la deuda. Léase bien 88.41 % para inversión, es decir, $ 621 mil millones.

Podemos dar por sentado que los concejales de Valledupar fueron rigurosos en el estudio de la solicitud de la vigencia futura, estudiando los contenidos de las Leyes 819 de 2003 y 1483 de 2011, particularmente, sobre el tipo de proyectos, su impacto e importancia estratégica, advertir que estén debidamente inscritos y viabilizados en los respectivos bancos de proyectos, el monto máximo de la vigencia futura, el plazo, las condiciones, la consulta de las metas plurianuales del Marco Fiscal de Mediano Plazo y la aprobación previa del Confis territorial.

No pretendo ser pernicioso ni poner en duda las buenas intenciones del señor Alcalde de Valledupar, porque comprendo que la ciudad ha tenido la desdicha de ser gobernada sin la coherencia lógica que describe su crecimiento. Los últimos 20 años han sido caracterizados por la desidia, sumiéndola en el atraso en materia de infraestructura y en otros sectores, se ha creído que la ciudad es aún de casitas de bahareque y no un sistema de constante evolución. Además, a través de esta tribuna en varias oportunidades he sido insistente en la necesidad de construir en el presente, el futuro de Valledupar; considerando las tendencias y cambios que permanentemente sufren las ciudades, máxime, porque en 2050 serán el hábitat del 70 % de la Población Mundial.

Las Vigencias Futuras son una herramienta permitida por la Ley, convertidas en una forma de gestionar recursos. De acuerdo con la Auditoria General de la Republica, 650 entes territoriales (municipios y departamentos) comprometieron mediante Vigencias Futuras Excepcionales $ 16.2 billones, en promedio van hasta 2020, pero hay algunas amarradas hasta 2030. Insiste la Auditoria que esta situación conspira con el esfuerzo hecho con las leyes 617 de 2000 de Ajuste Fiscal y 550 de 1999 de Intervención Económica, que permitieron despignorar recursos propios de alcaldías y gobernaciones.

Con atención seguí los diversos programas radiales que divulgaron el trámite de Vigencias Futuras adelantado por el Concejo de Valledupar, percibí imprecisiones de los ponentes en el Concejo y desconocimiento ciudadano de los términos que mencioné líneas arriba, y evidencié, que aun sobrevive la desconfianza por el empréstito de $ 36 mil millones, para ser invertidos en Emdupar, sin embargo, aun hoy no hay certeza que hayan cumplido su objetivo, la empresa financiera y operativamente se encuentra en estado crítico.

Por lo tanto señor Alcalde, en sus convicciones está el buen uso de los recursos, pertinente recordar el mensaje contundente en contra de la corrupción del papa Francisco: “el diablo entra por el bolsillo, siempre”. Usted es un hombre temeroso de Dios, apasionado con su ciudad y profesional del derecho, con esas calidades y formación, no deben asomar la desconfianza, ni controversias con sus adversarios políticos e interesados en sucederlo; al contrario, actuar conforme a la Ley, los principios y las convicciones, es una oportunidad inigualable que perfuma el ejercicio de la función pública y sirve además, para romper paradigmas que estimulan el proceso de cambio social e institucional perentorios para nuestro Estado.

Los $ 35 mil millones deben usarse en las obras de impacto y estratégicas definidas por su administración para la ciudad como lo establece la Ley. Estaré vigilante en cada proceso contractual, en sus hitos, alcance, tiempo y costo. Seguramente también lo estarán todos los ciudadanos en Valledupar, naturalmente, medios de comunicación y los organismos de control fiscal y disciplinario. Alcalde ni se le ocurra seguir la huella de los desidiosos de la región Caribe que nos avergüenzan a nivel a nacional, ejecute bien y con transparencia los recursos para que no queden obras inconclusas ni elefantes blancos, priorice su integridad como ser humano y padre de familia, para que no haya desconfianza en el uso de la vigencia futura ni sospecha de usufructo en el proceso electoral que se avecina para elegir Senadores y Representantes.

@LuchoDiaz12

Por Luis Elquis Díaz