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Informe - 28 junio, 2017

¿Qué viene para los territorios después del desarme de las Farc?

La Misión de la ONU en Colombia confirmó el almacenamiento de 7.132 armas y la verificación de 77 caletas de las Farc, guerrilla que ayer dejó las armas para desaparecer oficialmente como grupo subversivo.

Los registros oficiales indican que el departamento del Cesar es el quinto con mayor número de víctimas por culpa del conflicto armado. Según la Unidad Nacional de Víctimas son cerca de 389.000 los afectados por amenazas, violaciones, desplazamiento y otros vejámenes cometidos por grupos armados. La lista es liderada por Medellín, Bolívar, Sucre y Llanos Orientales.

Esos cesarenses que fueron en algún momento afectados por los paramilitares o las guerrillas, como el Eln y las Farc, aplaudieron ayer el acto final de dejación de armas, realizado en Buenavista, vereda del municipio de Mesetas, Meta. En esa población las Farc dejaron las armas para desaparecer oficialmente como grupo armado y a partir de ahora luchar en la vida política. La ceremonia se inició a las 11:00 de la mañana con la presentación de César López, creador de la ‘escopetarra’, convertida en símbolo de reconciliación y en ejemplo de cómo las armas se trasforman en instrumentos de paz y arte.

El jefe de la Misión de la ONU en Colombia, Jean Arnault, entregó el informe final sobre este proceso de dejación.
“Las Farc han cumplido y entregaron todas sus armas individuales”, señaló Arnault, quien agregó que la seguridad será el paso más importante para la construcción de la paz.

Desde Valledupar el gobernador (e) del Cesar, Jorge Eliécer Araújo Gutiérrez, dijo en acto público que comienza “la página de la paz”.

En este departamento existe la Zona Veredal de Tierra Grata, en San José de Oriente (La Paz), con la presencia de 176 excombatientes de las Farc.

“Con la terminación del conflicto, se abren nuevas oportunidades de desarrollo, y vendrán mayores inversiones por el gobierno nacional para los territorios, tales como lo establece el decreto 000893 que en nuestro departamento tendrá alcance en los municipios de Manaure, San Diego, Codazzi, Valledupar, Pueblo Bello, Becerril y La Jagua de Ibirico”, declaró Araújo Gutiérrez, quien además indicó que el gobierno departamental, por medio de su plan de desarrollo, viene estructurando proyectos para la atención de los exmilitantes de las Farc.

“Se acaban 53 años de conflicto armado, hoy (ayer) se apagan los fusiles y llegan las propuestas a través de las palabras. El gobierno departamental, desde el gobernador Francisco Ovalle Angarita hizo cordial invitación los institutos, fuerzas militares, víctimas y toda la comunidad, para que nos acompañara en este evento simbólico de dejación de armas”, resaltó el Asesor de Paz del Cesar, Jesualdo Hernández Mieles.

El funcionario aseguró que en el Cesar comienza el posconflicto de la mano del gobierno nacional.
“En ese posconflicto, el Cesar viene articulando diferentes actividades con el gobierno nacional en el marco del decreto 00893 del 28 de mayo de 2017, que establece el plan de atención con enfoque territorial que incluye 16 programas definidos para atender a los excombatientes de las Farc”, explicó el Asesor de Paz.

Desde la Zona Veredal de San José de Oriente, en La Paz, Cesar, el verificador de la ONU, coronel Óscar Riveiro del Ejército de Guatemala, acompañado del padre Octavio Correal Salazar, de la Iglesia Ortodoxa, y ‘Solis Almeida’ comandante de ese grupo de las Farc, explicaron que en las 26 zonas veredales y puntos de normalización, existen sitios de alojamiento para los observadores de la ONU que vigilan día y noche los contenedores donde se guarda el armamento.

Por último, Jean Arnault, declaró “concluimos que hoy en día, en el momento en que culmina el proceso de dejación de armas individuales, el cese del fuego bilateral entre el estado y las Farc, está consolidado”.
“Proceso serio”

El alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez Uhía, catalogó el proceso de paz con las Farc como serio. “No queremos volver a esa página del dolor, de violencia, teníamos muchas prevenciones, pero también esperanzas y expectativas. Creo que con este paso histórico el país celebra, que en lugar que hayan unas armas amedrantando un pueblo, lo que vemos es un paso contundente, serio, en cumplimiento en lo que se acordó con el gobierno nacional en este proceso de paz”, destacó Ramírez Uhía.

Más allá de un tinte o acompañamiento político, Juana Ramírez, coordinadora de la Unidad de Víctimas en el Cesar, con lágrimas en sus ojos advirtió sentir una felicidad compartida.

“Por fin las Farc formalizaron la desmovilización, creo que debe agradecerse al presidente Santos, a Humberto De la Calle, a Sergio Jaramillo y todo el equipo. Hoy podemos decir que tenemos las armas e identificados a los milicianos, por eso los colombianos pueden creer en unos procesos de transformación social y política. El Cesar tiene más o menos, porque ha disminuido la cifra debido a que se presentaron casos de subregistros, unas 389.000 víctimas”, afirmó Ramírez.

Y víctimas del conflicto armado, vinculados a hechos dolorosos de la historia de esta región, se unieron al acto de la dejación final de armas.

“Significa paz, camino hacia el progreso y el desarrollo, una convivencia armónica. Esperamos que esta no sea una simple dejación de armas, que se materialice en la región donde se convirtieron a las personas en víctimas. Hay que llevar el proceso de paz hacia donde se generó el conflicto”, sostuvo Franklin Daza, integrante de la Mesa Departamental de Víctimas.

De las armas a las urnas

El representante a la Cámara por el Cesar, Eloy ‘Chichí’ Quintero Romero, dice no temerle a los miembros de las Farc que ocupen listados en las próximas elecciones al Congreso de la República. Además manifestó que la clase dirigente del país debe pensar en reformar la salud, educación, entre otros, para combatir la corrupción.

“No hay que tenerle miedo a las Farc en la política, ya no tienen armas; tienen todo el derecho de salir a las plazas públicas y decir sus tesis política. ¿Cuál es el miedo? Si la clase política ha vivido una ola de violencia y corrupción”, aseveró Quintero Romero.

Para el diputado Omar Benjumea, el proceso de paz es “bien valorado” por otros países y realizó un llamado a creer en las nuevas oportunidades.

“El Cesar, que es uno de los más agobiados por la guerra, tiene retos como mejorar la calidad educativa, el área de salud, especialmente en el área rural. Hay mucho para construir en nuestro departamento y creo se deben estructurar unos planes de desarrollo alterno que permitan llenando esas brechas a nivel de vías, salud y economía para los campesinos”, dijo Benjumea.

¿Qué viene?

Luego de ciertos retrasos por el gobierno nacional, especialmente en las zonas de agrupamiento, la Misión de la ONU en Colombia confirmó el lunes 26 de junio la entrega de 7.132 armas de las Farc, tal como estaba acordado en la hoja de ruta aprobada el 29 de mayo de este año.

El acto final de dejación de armas se realizó ayer en Buenavista, vereda del municipio de Mesetas, Meta. EL PILÓN / Cortesía.

“La Misión tiene almacenado el conjunto de las armas individuales de las Farc-ep registradas: 7.132 armas, salvo aquellas que, de conformidad con la Hoja de Ruta, servirán para dar seguridad a los 26 campamentos de las Farc hasta el 1 de agosto de 2017”, indicó la ONU en un comunicado.

El 1 de agosto, la Misión habrá almacenado todo el armamento existente en los campamentos y extraído sus contenedores de las Zonas y Puntos Veredales de Normalización, los cuales pasarán a ser Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación.

Hasta el momento, la Misión ha verificado 77 caletas de las cuales ha sido extraído el armamento y destruido municiones, explosivos y armamento inestable. Dijo que revisarán 942 caletas, de las cuales ya 77 estuvieron bajo supervisión de la ONU. Además, indicó que 700 armas serán puestas a disposición para dar seguridad a los 26 campamentos hasta que finalicen las zonas veredales, el 1 de agosto.

Luego de que la ONU expide la certificación mediante la cual da fe de que cada integrante de las Farc ha dejado su arma, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz le entrega a cada integrante de las Farc un acta que firma y se compromete a tres cosas: dejar las armas, no volver a usarlas y cumplir con lo acordado para pasar a la vida civil.
Recibidas las armas, la ONU deberá extraer los contenedores con las armas de las Farc de las zonas veredales a más tardar el 31 de julio y proceder a su destrucción y a la construcción de tres monumentos en Colombia, Estados Unidos y Cuba, respectivamente.

Hasta el 1 de septiembre, se acordó un plan detallado para la extracción del armamento y destrucción del explosivo que está en las caletas. Este plan incluye toda la información necesaria para la ubicación de estas por parte de Naciones Unidas y el cronograma para la extracción.

El proceso formal de dejación de armas termina el 31 de julio con la extracción de los contenedores. Solo después de esta fecha, los excombatientes de las Farc podrán formar su partido político, y no antes.

Acuerdos con tropiezos

Dos fracasos dieron pie para el cierre de un proceso que tardó cerca de 35 años, desde 1982 cuando el expresidente Belisario Betancur buscó la primera salida negociada con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), sin concretarlo.

Andrés Pastrana y Manuel Marulanda, en el fallido proceso de paz del Caguán. EL PILÓN / Archivo.

Así como el Cesar, el resto del país puso sus esperanzas en los fallidos diálogos del Caguán, emprendidos por el expresidente Andrés Pastrana Arango (1998 y 2002), quien ofreció como garantía a las Farc una zona de distensión de 42.000 kilómetros cuadrados, ubicados en cinco municipios de Meta y Caquetá. El grupo alzado en armas nunca acompañó al gobierno nacional y prefirió seguir delinquiendo en esa zona y otras del país.

Fue así como apareció la propuesta de Juan Manuel Santos. El 28 de agosto de 2012, en medio de una reunión en La Habana, Cuba, el Presidente de la República dio a conocer el inicio de las reuniones para lograr “un acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”. Los puntos a tratar fueron: desarrollo agrario integral; participación política; drogas ilícitas; víctimas; dejación de las armas y pedagogía del proceso para los guerrilleros.

Después de explorar, debatir, analizar, vivir momentos trascendentales y a un punto de terminar los diálogos, el gobierno de Santos y las Farc firmaron el 27 de septiembre de 2016 el acuerdo final en Cartagena. El 24 de noviembre del mismo año se realizó en el Teatro Colón de Bogotá, el pacto final. Allí finalmente se acordó, ya derrotados con el plebiscito en las urnas, un nuevo acuerdo y el anuncio del ‘día D’, que establecía el inicio de la implementación de todo lo pacto en el acuerdo.

Acordada la desmovilización a los 26 campamentos de las Farc, el gobierno puso como plazo el 27 de junio de este año para la entrega total del armamento.

“Hoy, 27 de junio, para mí, y creo que para la inmensa mayoría de los colombianos, es un día muy especial, un día que jamás olvidaremos: el día en que las armas se cambiaron por las palabras”. Fueron las palabras del presidente Juan Manuel Santos durante el acto final de dejación de armas, realizado en Buenavista, vereda del municipio de Mesetas, Meta.

En el acto también participaron el jefe de las Farc, Rodrigo Londoño; el jefe de la Misión de la ONU en Colombia, Jean Arnault; el vicepresidente Óscar Naranjo, ministros y otros altos funcionarios del gobierno, representantes de países garantes y de la comunidad internacional, autoridades civiles, congresistas y miembros de organizaciones sociales.

¿Qué significa este acto para Colombia?

José Mario Rodríguez, presidente de la Asamblea.
“Es una nueva esperanza para el territorio colombiano. Esperamos que el gobierno nacional le exija a estos exnarcoterroristas que dejen las armas y tengamos el derecho a vivir en este territorio”.
Henry Coronel, asesor de paz municipal.

“Nosotros trasversalmente desde todas las sectoriales, desde gobernación y alcaldía, le estamos apuntando a la resocialización de estos guerrilleros con la oferta que tenemos en las diferentes sectoriales”.
Argemiro Quiroz, víctima.

“Es un día histórico e importante para Colombia. Como sobreviviente de este conflicto armado manifestamos alegría y apoyo al gobierno. El gobernador y los alcaldes del Cesar que se pongan la camiseta para beneficio de las comunidades”.

Ángelica Agamez Solano. Agencia para la Reincorporación y Normalización.

“Es un acto positivo, es la confirmación de un momento histórico que vivimos los colombianos. Es una apertura a trabajar de manera articulada para favorecer la reincorporación de las personas que vienes de las Farc”.
Marcos Coronado, víctima.

“Este es un logro para todo el país, especialmente el Cesar, porque hoy en día podemos caminar con tranquilidad. Gracias a Dios por haber permitido este logro; espero que en el posconflicto pueda llevar a cabo todos y cada uno de los proyectos”.

Fredys Socarrás Reales, exalcalde de Valledupar.

“Nace hoy otra Colombia, se acaba la guerrilla más fuerte de Latinoamérica y espero que una vez pase el humo que deja la pólvora, que el país dimensione lo que se ha logrado y así lo vivimos en este acto”.

El camino de las Farc en la política

“Nos espera un camino largo todavía. Pero el gobierno está firme cumpliendo lo pactado, y lo seguiremos cumpliendo hasta la última coma, así como esperamos que ustedes lo sigan haciendo”: Juan Manuel Santos.

El proceso formal de dejación de armas termina el 31 de julio con la extracción de los contenedores. Solo después de esta fecha, los excombatientes de las Farc podrán formar su partido político, y no antes.

Por el tiempo que resta de las Zonas Veredales Transitorias de Normalización se autoriza a unos pocos de sus miembros a mantener su arma para mantener la seguridad en el campamento.

Los gobiernos de Belisario Betancur y Andrés Pastrana intentaron terminar con las Farc como grupo armando, pero ninguno de los dos procesos tuvo éxito.

Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]

 

Informe
28 junio, 2017

¿Qué viene para los territorios después del desarme de las Farc?

La Misión de la ONU en Colombia confirmó el almacenamiento de 7.132 armas y la verificación de 77 caletas de las Farc, guerrilla que ayer dejó las armas para desaparecer oficialmente como grupo subversivo.


Los registros oficiales indican que el departamento del Cesar es el quinto con mayor número de víctimas por culpa del conflicto armado. Según la Unidad Nacional de Víctimas son cerca de 389.000 los afectados por amenazas, violaciones, desplazamiento y otros vejámenes cometidos por grupos armados. La lista es liderada por Medellín, Bolívar, Sucre y Llanos Orientales.

Esos cesarenses que fueron en algún momento afectados por los paramilitares o las guerrillas, como el Eln y las Farc, aplaudieron ayer el acto final de dejación de armas, realizado en Buenavista, vereda del municipio de Mesetas, Meta. En esa población las Farc dejaron las armas para desaparecer oficialmente como grupo armado y a partir de ahora luchar en la vida política. La ceremonia se inició a las 11:00 de la mañana con la presentación de César López, creador de la ‘escopetarra’, convertida en símbolo de reconciliación y en ejemplo de cómo las armas se trasforman en instrumentos de paz y arte.

El jefe de la Misión de la ONU en Colombia, Jean Arnault, entregó el informe final sobre este proceso de dejación.
“Las Farc han cumplido y entregaron todas sus armas individuales”, señaló Arnault, quien agregó que la seguridad será el paso más importante para la construcción de la paz.

Desde Valledupar el gobernador (e) del Cesar, Jorge Eliécer Araújo Gutiérrez, dijo en acto público que comienza “la página de la paz”.

En este departamento existe la Zona Veredal de Tierra Grata, en San José de Oriente (La Paz), con la presencia de 176 excombatientes de las Farc.

“Con la terminación del conflicto, se abren nuevas oportunidades de desarrollo, y vendrán mayores inversiones por el gobierno nacional para los territorios, tales como lo establece el decreto 000893 que en nuestro departamento tendrá alcance en los municipios de Manaure, San Diego, Codazzi, Valledupar, Pueblo Bello, Becerril y La Jagua de Ibirico”, declaró Araújo Gutiérrez, quien además indicó que el gobierno departamental, por medio de su plan de desarrollo, viene estructurando proyectos para la atención de los exmilitantes de las Farc.

“Se acaban 53 años de conflicto armado, hoy (ayer) se apagan los fusiles y llegan las propuestas a través de las palabras. El gobierno departamental, desde el gobernador Francisco Ovalle Angarita hizo cordial invitación los institutos, fuerzas militares, víctimas y toda la comunidad, para que nos acompañara en este evento simbólico de dejación de armas”, resaltó el Asesor de Paz del Cesar, Jesualdo Hernández Mieles.

El funcionario aseguró que en el Cesar comienza el posconflicto de la mano del gobierno nacional.
“En ese posconflicto, el Cesar viene articulando diferentes actividades con el gobierno nacional en el marco del decreto 00893 del 28 de mayo de 2017, que establece el plan de atención con enfoque territorial que incluye 16 programas definidos para atender a los excombatientes de las Farc”, explicó el Asesor de Paz.

Desde la Zona Veredal de San José de Oriente, en La Paz, Cesar, el verificador de la ONU, coronel Óscar Riveiro del Ejército de Guatemala, acompañado del padre Octavio Correal Salazar, de la Iglesia Ortodoxa, y ‘Solis Almeida’ comandante de ese grupo de las Farc, explicaron que en las 26 zonas veredales y puntos de normalización, existen sitios de alojamiento para los observadores de la ONU que vigilan día y noche los contenedores donde se guarda el armamento.

Por último, Jean Arnault, declaró “concluimos que hoy en día, en el momento en que culmina el proceso de dejación de armas individuales, el cese del fuego bilateral entre el estado y las Farc, está consolidado”.
“Proceso serio”

El alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez Uhía, catalogó el proceso de paz con las Farc como serio. “No queremos volver a esa página del dolor, de violencia, teníamos muchas prevenciones, pero también esperanzas y expectativas. Creo que con este paso histórico el país celebra, que en lugar que hayan unas armas amedrantando un pueblo, lo que vemos es un paso contundente, serio, en cumplimiento en lo que se acordó con el gobierno nacional en este proceso de paz”, destacó Ramírez Uhía.

Más allá de un tinte o acompañamiento político, Juana Ramírez, coordinadora de la Unidad de Víctimas en el Cesar, con lágrimas en sus ojos advirtió sentir una felicidad compartida.

“Por fin las Farc formalizaron la desmovilización, creo que debe agradecerse al presidente Santos, a Humberto De la Calle, a Sergio Jaramillo y todo el equipo. Hoy podemos decir que tenemos las armas e identificados a los milicianos, por eso los colombianos pueden creer en unos procesos de transformación social y política. El Cesar tiene más o menos, porque ha disminuido la cifra debido a que se presentaron casos de subregistros, unas 389.000 víctimas”, afirmó Ramírez.

Y víctimas del conflicto armado, vinculados a hechos dolorosos de la historia de esta región, se unieron al acto de la dejación final de armas.

“Significa paz, camino hacia el progreso y el desarrollo, una convivencia armónica. Esperamos que esta no sea una simple dejación de armas, que se materialice en la región donde se convirtieron a las personas en víctimas. Hay que llevar el proceso de paz hacia donde se generó el conflicto”, sostuvo Franklin Daza, integrante de la Mesa Departamental de Víctimas.

De las armas a las urnas

El representante a la Cámara por el Cesar, Eloy ‘Chichí’ Quintero Romero, dice no temerle a los miembros de las Farc que ocupen listados en las próximas elecciones al Congreso de la República. Además manifestó que la clase dirigente del país debe pensar en reformar la salud, educación, entre otros, para combatir la corrupción.

“No hay que tenerle miedo a las Farc en la política, ya no tienen armas; tienen todo el derecho de salir a las plazas públicas y decir sus tesis política. ¿Cuál es el miedo? Si la clase política ha vivido una ola de violencia y corrupción”, aseveró Quintero Romero.

Para el diputado Omar Benjumea, el proceso de paz es “bien valorado” por otros países y realizó un llamado a creer en las nuevas oportunidades.

“El Cesar, que es uno de los más agobiados por la guerra, tiene retos como mejorar la calidad educativa, el área de salud, especialmente en el área rural. Hay mucho para construir en nuestro departamento y creo se deben estructurar unos planes de desarrollo alterno que permitan llenando esas brechas a nivel de vías, salud y economía para los campesinos”, dijo Benjumea.

¿Qué viene?

Luego de ciertos retrasos por el gobierno nacional, especialmente en las zonas de agrupamiento, la Misión de la ONU en Colombia confirmó el lunes 26 de junio la entrega de 7.132 armas de las Farc, tal como estaba acordado en la hoja de ruta aprobada el 29 de mayo de este año.

El acto final de dejación de armas se realizó ayer en Buenavista, vereda del municipio de Mesetas, Meta. EL PILÓN / Cortesía.

“La Misión tiene almacenado el conjunto de las armas individuales de las Farc-ep registradas: 7.132 armas, salvo aquellas que, de conformidad con la Hoja de Ruta, servirán para dar seguridad a los 26 campamentos de las Farc hasta el 1 de agosto de 2017”, indicó la ONU en un comunicado.

El 1 de agosto, la Misión habrá almacenado todo el armamento existente en los campamentos y extraído sus contenedores de las Zonas y Puntos Veredales de Normalización, los cuales pasarán a ser Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación.

Hasta el momento, la Misión ha verificado 77 caletas de las cuales ha sido extraído el armamento y destruido municiones, explosivos y armamento inestable. Dijo que revisarán 942 caletas, de las cuales ya 77 estuvieron bajo supervisión de la ONU. Además, indicó que 700 armas serán puestas a disposición para dar seguridad a los 26 campamentos hasta que finalicen las zonas veredales, el 1 de agosto.

Luego de que la ONU expide la certificación mediante la cual da fe de que cada integrante de las Farc ha dejado su arma, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz le entrega a cada integrante de las Farc un acta que firma y se compromete a tres cosas: dejar las armas, no volver a usarlas y cumplir con lo acordado para pasar a la vida civil.
Recibidas las armas, la ONU deberá extraer los contenedores con las armas de las Farc de las zonas veredales a más tardar el 31 de julio y proceder a su destrucción y a la construcción de tres monumentos en Colombia, Estados Unidos y Cuba, respectivamente.

Hasta el 1 de septiembre, se acordó un plan detallado para la extracción del armamento y destrucción del explosivo que está en las caletas. Este plan incluye toda la información necesaria para la ubicación de estas por parte de Naciones Unidas y el cronograma para la extracción.

El proceso formal de dejación de armas termina el 31 de julio con la extracción de los contenedores. Solo después de esta fecha, los excombatientes de las Farc podrán formar su partido político, y no antes.

Acuerdos con tropiezos

Dos fracasos dieron pie para el cierre de un proceso que tardó cerca de 35 años, desde 1982 cuando el expresidente Belisario Betancur buscó la primera salida negociada con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), sin concretarlo.

Andrés Pastrana y Manuel Marulanda, en el fallido proceso de paz del Caguán. EL PILÓN / Archivo.

Así como el Cesar, el resto del país puso sus esperanzas en los fallidos diálogos del Caguán, emprendidos por el expresidente Andrés Pastrana Arango (1998 y 2002), quien ofreció como garantía a las Farc una zona de distensión de 42.000 kilómetros cuadrados, ubicados en cinco municipios de Meta y Caquetá. El grupo alzado en armas nunca acompañó al gobierno nacional y prefirió seguir delinquiendo en esa zona y otras del país.

Fue así como apareció la propuesta de Juan Manuel Santos. El 28 de agosto de 2012, en medio de una reunión en La Habana, Cuba, el Presidente de la República dio a conocer el inicio de las reuniones para lograr “un acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”. Los puntos a tratar fueron: desarrollo agrario integral; participación política; drogas ilícitas; víctimas; dejación de las armas y pedagogía del proceso para los guerrilleros.

Después de explorar, debatir, analizar, vivir momentos trascendentales y a un punto de terminar los diálogos, el gobierno de Santos y las Farc firmaron el 27 de septiembre de 2016 el acuerdo final en Cartagena. El 24 de noviembre del mismo año se realizó en el Teatro Colón de Bogotá, el pacto final. Allí finalmente se acordó, ya derrotados con el plebiscito en las urnas, un nuevo acuerdo y el anuncio del ‘día D’, que establecía el inicio de la implementación de todo lo pacto en el acuerdo.

Acordada la desmovilización a los 26 campamentos de las Farc, el gobierno puso como plazo el 27 de junio de este año para la entrega total del armamento.

“Hoy, 27 de junio, para mí, y creo que para la inmensa mayoría de los colombianos, es un día muy especial, un día que jamás olvidaremos: el día en que las armas se cambiaron por las palabras”. Fueron las palabras del presidente Juan Manuel Santos durante el acto final de dejación de armas, realizado en Buenavista, vereda del municipio de Mesetas, Meta.

En el acto también participaron el jefe de las Farc, Rodrigo Londoño; el jefe de la Misión de la ONU en Colombia, Jean Arnault; el vicepresidente Óscar Naranjo, ministros y otros altos funcionarios del gobierno, representantes de países garantes y de la comunidad internacional, autoridades civiles, congresistas y miembros de organizaciones sociales.

¿Qué significa este acto para Colombia?

José Mario Rodríguez, presidente de la Asamblea.
“Es una nueva esperanza para el territorio colombiano. Esperamos que el gobierno nacional le exija a estos exnarcoterroristas que dejen las armas y tengamos el derecho a vivir en este territorio”.
Henry Coronel, asesor de paz municipal.

“Nosotros trasversalmente desde todas las sectoriales, desde gobernación y alcaldía, le estamos apuntando a la resocialización de estos guerrilleros con la oferta que tenemos en las diferentes sectoriales”.
Argemiro Quiroz, víctima.

“Es un día histórico e importante para Colombia. Como sobreviviente de este conflicto armado manifestamos alegría y apoyo al gobierno. El gobernador y los alcaldes del Cesar que se pongan la camiseta para beneficio de las comunidades”.

Ángelica Agamez Solano. Agencia para la Reincorporación y Normalización.

“Es un acto positivo, es la confirmación de un momento histórico que vivimos los colombianos. Es una apertura a trabajar de manera articulada para favorecer la reincorporación de las personas que vienes de las Farc”.
Marcos Coronado, víctima.

“Este es un logro para todo el país, especialmente el Cesar, porque hoy en día podemos caminar con tranquilidad. Gracias a Dios por haber permitido este logro; espero que en el posconflicto pueda llevar a cabo todos y cada uno de los proyectos”.

Fredys Socarrás Reales, exalcalde de Valledupar.

“Nace hoy otra Colombia, se acaba la guerrilla más fuerte de Latinoamérica y espero que una vez pase el humo que deja la pólvora, que el país dimensione lo que se ha logrado y así lo vivimos en este acto”.

El camino de las Farc en la política

“Nos espera un camino largo todavía. Pero el gobierno está firme cumpliendo lo pactado, y lo seguiremos cumpliendo hasta la última coma, así como esperamos que ustedes lo sigan haciendo”: Juan Manuel Santos.

El proceso formal de dejación de armas termina el 31 de julio con la extracción de los contenedores. Solo después de esta fecha, los excombatientes de las Farc podrán formar su partido político, y no antes.

Por el tiempo que resta de las Zonas Veredales Transitorias de Normalización se autoriza a unos pocos de sus miembros a mantener su arma para mantener la seguridad en el campamento.

Los gobiernos de Belisario Betancur y Andrés Pastrana intentaron terminar con las Farc como grupo armando, pero ninguno de los dos procesos tuvo éxito.

Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]