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Columnista - 13 mayo, 2017

Viejas piquerias

Algunos neófitos o mojigatos del folclor se rasgaron, y creo que se  siguen rasgando las vestiduras, porque Wilber Mendoza, serio aspirante a la corona de rey de reyes en la más reciente versión de esta competición en el festival vallenato, al conocer el fallo que le daba el título a Álvaro López, en medio aún […]

Algunos neófitos o mojigatos del folclor se rasgaron, y creo que se  siguen rasgando las vestiduras, porque Wilber Mendoza, serio aspirante a la corona de rey de reyes en la más reciente versión de esta competición en el festival vallenato, al conocer el fallo que le daba el título a Álvaro López, en medio aún del fragor de la contienda  y algunas etílicos  de más, lanzó expresiones en contra del ganador.

Olvidan estas personas quienes exigen a Wilber que presente excusas a su rival, que el desacuerdo y controversia hacen parte de cualquier tipo de concursos, en estos no hay unanimidad conceptual en torno a un ganador y menos en el folclor del Valle, donde el pique hace parte de esta música que está lleno de estos anécdotas.

La canción vallenata más conocida en el mundo ‘La gota fría’, es producto de una prolongada rencilla musical de más de 40 años entre Lorenzo Morales y Emiliano Zuleta Baquero, era una pelea a distancia, nunca se vieron la cara.

O que el mismo Emiliano, experto verseador e improvisador de décimas, versos de cuatro palabras y compositor, además de buen acordeonero, también mantuvo una seria disputa con su medio hermano ‘Toño’ Salas, que ni su mamá ‘La Vieja’ Sara pudo amainar, de este episodio quedaron canciones antológicas, solo el paso del tiempo los amansó.

Luis Enrique Martínez y Abel Antonio mantuvieron una prolongada rivalidad de la que fueron testigos muchos pueblos de la región  y que sus seguidores atizaban de uno y otro lado, esta vieja piquería  traspasó las barreras de tiempo por cantos, como ‘El Zorro’, ‘El Pique’, entre otros.

Esta controversia cesó cuando ‘Abelito’, en medio de la contienda  tuvo amores con una hermana de su enemigo musical, de la cual nació el buen acordeonero ‘El Negrito’ Villa Martínez.

‘Poncho’ Zuleta cuando se separó de su hermano la primera vez, dijo a Oñate en un canto, “Muero con mi arte”, Jorge le respondió con una canción de Emiliano, y dijo que era un “Mal entendido”.

Álvaro López fue tratado de “loro” por Iván Zuleta  al ser desbancado por Álvaro como acordeonero de Diomedes, ‘El Cacique’ le respondió a Iván que le preguntara al Festival cuanta ventaja le llevaba el loro.

Todavía recuerdan el fugaz rifa y rafe que tuvieron Diomedes Díaz, cuando estando ‘El Cacique’ preso, Jorge Oñate le espeto, “te acabaste cabo e vela”, Diomedes le recordó “que todos los pájaros cantaban, pero no lo hacían igual”.

El legendario Francisco Moscote, el mismísimo que se ufanaba de haber hecho vomitar bolas de fuego y azufre al demonio a punta de acordeón y rezo, encontró su viacrucis por los corregimientos del norte de Valledupar, Abraham Maestre lo  demolió a su antojo a punta de notas y versos.

Si nos acogiéramos a la tradición y a la lógica, Álvaro López y su acordeón bendito que lo llevó a ser coronado rey reyes, está obligado responderle a Mendoza, así no cante, componga o verseé, para que el folclor del Valle con la picaresca que lo ha caracterizado se siga enriqueciendo.

Por Celso Guerra Gutiérrez

Columnista
13 mayo, 2017

Viejas piquerias

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Celso Guerra Gutiérrez

Algunos neófitos o mojigatos del folclor se rasgaron, y creo que se  siguen rasgando las vestiduras, porque Wilber Mendoza, serio aspirante a la corona de rey de reyes en la más reciente versión de esta competición en el festival vallenato, al conocer el fallo que le daba el título a Álvaro López, en medio aún […]


Algunos neófitos o mojigatos del folclor se rasgaron, y creo que se  siguen rasgando las vestiduras, porque Wilber Mendoza, serio aspirante a la corona de rey de reyes en la más reciente versión de esta competición en el festival vallenato, al conocer el fallo que le daba el título a Álvaro López, en medio aún del fragor de la contienda  y algunas etílicos  de más, lanzó expresiones en contra del ganador.

Olvidan estas personas quienes exigen a Wilber que presente excusas a su rival, que el desacuerdo y controversia hacen parte de cualquier tipo de concursos, en estos no hay unanimidad conceptual en torno a un ganador y menos en el folclor del Valle, donde el pique hace parte de esta música que está lleno de estos anécdotas.

La canción vallenata más conocida en el mundo ‘La gota fría’, es producto de una prolongada rencilla musical de más de 40 años entre Lorenzo Morales y Emiliano Zuleta Baquero, era una pelea a distancia, nunca se vieron la cara.

O que el mismo Emiliano, experto verseador e improvisador de décimas, versos de cuatro palabras y compositor, además de buen acordeonero, también mantuvo una seria disputa con su medio hermano ‘Toño’ Salas, que ni su mamá ‘La Vieja’ Sara pudo amainar, de este episodio quedaron canciones antológicas, solo el paso del tiempo los amansó.

Luis Enrique Martínez y Abel Antonio mantuvieron una prolongada rivalidad de la que fueron testigos muchos pueblos de la región  y que sus seguidores atizaban de uno y otro lado, esta vieja piquería  traspasó las barreras de tiempo por cantos, como ‘El Zorro’, ‘El Pique’, entre otros.

Esta controversia cesó cuando ‘Abelito’, en medio de la contienda  tuvo amores con una hermana de su enemigo musical, de la cual nació el buen acordeonero ‘El Negrito’ Villa Martínez.

‘Poncho’ Zuleta cuando se separó de su hermano la primera vez, dijo a Oñate en un canto, “Muero con mi arte”, Jorge le respondió con una canción de Emiliano, y dijo que era un “Mal entendido”.

Álvaro López fue tratado de “loro” por Iván Zuleta  al ser desbancado por Álvaro como acordeonero de Diomedes, ‘El Cacique’ le respondió a Iván que le preguntara al Festival cuanta ventaja le llevaba el loro.

Todavía recuerdan el fugaz rifa y rafe que tuvieron Diomedes Díaz, cuando estando ‘El Cacique’ preso, Jorge Oñate le espeto, “te acabaste cabo e vela”, Diomedes le recordó “que todos los pájaros cantaban, pero no lo hacían igual”.

El legendario Francisco Moscote, el mismísimo que se ufanaba de haber hecho vomitar bolas de fuego y azufre al demonio a punta de acordeón y rezo, encontró su viacrucis por los corregimientos del norte de Valledupar, Abraham Maestre lo  demolió a su antojo a punta de notas y versos.

Si nos acogiéramos a la tradición y a la lógica, Álvaro López y su acordeón bendito que lo llevó a ser coronado rey reyes, está obligado responderle a Mendoza, así no cante, componga o verseé, para que el folclor del Valle con la picaresca que lo ha caracterizado se siga enriqueciendo.

Por Celso Guerra Gutiérrez