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Editorial - 11 junio, 2018

Verdades sobre el ataque de las abejas

Mucho se ha divagado sobre el origen del ataque de las abejas africazanizadas en la reunión política de Centro Democrático, el pasado sábado en el corregimiento de La Loma, jurisdicción del municipio de El Paso, Cesar. Sin embargo, lo cierto es que se convirtió en otro motivo de enfrentamiento entre los seguidores de Duque y […]

Mucho se ha divagado sobre el origen del ataque de las abejas africazanizadas en la reunión política de Centro Democrático, el pasado sábado en el corregimiento de La Loma, jurisdicción del municipio de El Paso, Cesar. Sin embargo, lo cierto es que se convirtió en otro motivo de enfrentamiento entre los seguidores de Duque y los de Petro.

A los pocos minutos de sucedido el incidente que dejó afectadas a alrededor de 15 asistentes al evento, en las redes sociales surgieron afirmaciones de varias personalidades de la región sobre un atentado perpetrado por los simpatizantes del candidato de Colombia Humana, que protestaban en las afueras del centro recreacional en donde se realizaba el evento.

Realmente no hubo ningún atentado con abejas, la Policía Nacional explicó que mantuvo tres cordones de seguridad en el sitio y descartó que alguien allá arrojado los insectos en cajas o bolsas. La fuerza pública estableció que como es común en esta zona del país, las abejas, al parecer, estaban en un árbol y fueron alborotadas por la potente brisa y el intenso ruido generado por las hélices del helicóptero en el que llegó al lugar el expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez.

La verdad es que la culpa tampoco es de Uribe. Se trató de una casualidad, que si bien pudo terminar en tragedia, por fortuna no dejó víctimas fatales. Tampoco hay culpa de las abejas, esa es su naturaleza; atacar cuando se sienten amenazadas.

Lo que no se puede negar es que hay un precario centro de salud, con primer nivel de atención, en esta población en el eje minero del departamento del Cesar. No se entiende cómo un pueblo que vivió las mejores bonanzas de las regalías haya sido saqueado por la corrupción y hoy tenga instituciones de salud tan débiles. En el momento de la emergencia no hubo suficiente adrenalina, hydrocortisone y tavejil, en otros medicamentos que se requerían para atender a todos los pacientes.

No hay dudas de que el alcalde Hidalfo De la Cruz debe mirar más hacia el sector salud, sus conciudadanos insisten en que las inversiones de la administración municipal y gestiones ante el gobierno departamental y nacional se han centrado en el cemento, también importante, pero no se puede descuidar un servicio básico y esencial para el bienestar de esta población. La salud debe ser lo primero, pero el municipio de El Paso ni siquiera cuenta con servicio de agua potable; el acueducto funciona con pozos profundos y la gente para no enfermarse se ve obligada a comprar el preciado líquido que es transportado en carrotanques desde Valledupar.

Aunque suene cruel, gracias a este lamentable incidente hoy reflexionamos sobre las situaciones desfavorables de una comunidad que, como todas, requiere de mayor atención del Estado y un compromiso firme de sus líderes políticos.

Ojalá que este episodio que ha sido noticia nacional e internacional no se olvide tan pronto y el próximo presidente de Colombia, sea Petro o Duque, se acuerde de que hay mucho por mejorar en el pueblo cesarense en donde un día atacó el ‘bicho de la política’.

Editorial
11 junio, 2018

Verdades sobre el ataque de las abejas

Mucho se ha divagado sobre el origen del ataque de las abejas africazanizadas en la reunión política de Centro Democrático, el pasado sábado en el corregimiento de La Loma, jurisdicción del municipio de El Paso, Cesar. Sin embargo, lo cierto es que se convirtió en otro motivo de enfrentamiento entre los seguidores de Duque y […]


Mucho se ha divagado sobre el origen del ataque de las abejas africazanizadas en la reunión política de Centro Democrático, el pasado sábado en el corregimiento de La Loma, jurisdicción del municipio de El Paso, Cesar. Sin embargo, lo cierto es que se convirtió en otro motivo de enfrentamiento entre los seguidores de Duque y los de Petro.

A los pocos minutos de sucedido el incidente que dejó afectadas a alrededor de 15 asistentes al evento, en las redes sociales surgieron afirmaciones de varias personalidades de la región sobre un atentado perpetrado por los simpatizantes del candidato de Colombia Humana, que protestaban en las afueras del centro recreacional en donde se realizaba el evento.

Realmente no hubo ningún atentado con abejas, la Policía Nacional explicó que mantuvo tres cordones de seguridad en el sitio y descartó que alguien allá arrojado los insectos en cajas o bolsas. La fuerza pública estableció que como es común en esta zona del país, las abejas, al parecer, estaban en un árbol y fueron alborotadas por la potente brisa y el intenso ruido generado por las hélices del helicóptero en el que llegó al lugar el expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez.

La verdad es que la culpa tampoco es de Uribe. Se trató de una casualidad, que si bien pudo terminar en tragedia, por fortuna no dejó víctimas fatales. Tampoco hay culpa de las abejas, esa es su naturaleza; atacar cuando se sienten amenazadas.

Lo que no se puede negar es que hay un precario centro de salud, con primer nivel de atención, en esta población en el eje minero del departamento del Cesar. No se entiende cómo un pueblo que vivió las mejores bonanzas de las regalías haya sido saqueado por la corrupción y hoy tenga instituciones de salud tan débiles. En el momento de la emergencia no hubo suficiente adrenalina, hydrocortisone y tavejil, en otros medicamentos que se requerían para atender a todos los pacientes.

No hay dudas de que el alcalde Hidalfo De la Cruz debe mirar más hacia el sector salud, sus conciudadanos insisten en que las inversiones de la administración municipal y gestiones ante el gobierno departamental y nacional se han centrado en el cemento, también importante, pero no se puede descuidar un servicio básico y esencial para el bienestar de esta población. La salud debe ser lo primero, pero el municipio de El Paso ni siquiera cuenta con servicio de agua potable; el acueducto funciona con pozos profundos y la gente para no enfermarse se ve obligada a comprar el preciado líquido que es transportado en carrotanques desde Valledupar.

Aunque suene cruel, gracias a este lamentable incidente hoy reflexionamos sobre las situaciones desfavorables de una comunidad que, como todas, requiere de mayor atención del Estado y un compromiso firme de sus líderes políticos.

Ojalá que este episodio que ha sido noticia nacional e internacional no se olvide tan pronto y el próximo presidente de Colombia, sea Petro o Duque, se acuerde de que hay mucho por mejorar en el pueblo cesarense en donde un día atacó el ‘bicho de la política’.