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Informes Especiales - 14 noviembre, 2015

Ventas de oro en picada por inseguridad

El uso de prendas de oro ya no es común en Valledupar, que ha bajado ostensiblemente las ventas de compraventas y joyerías. La causa de estos es la inseguridad.

Las joyerías y compraventas son unos de los establecimientos comerciales que resultan afectados por la inseguridad de la región. Jaider Santana/EL PILÓN
Las joyerías y compraventas son unos de los establecimientos comerciales que resultan afectados por la inseguridad de la región. Jaider Santana/EL PILÓN

Numerosas compraventas y joyerías en la ciudad, con gran movimiento de personas entrando y saliendo de las mismas, era una constante en la ciudad hace aproximadamente 15 años. Con el paso del tiempo, muchas han cerrado sus puertas, otras han reducido su personal e infraestructura. La situación que aluden muchos propietarios para que se dé esta situación es que a los habitantes de Valledupar dejaron de usar oro por la delincuencia que azota a la ciudad.

Wilman Martínez es propietario de una joyería que tiene 33 años de funcionamiento en la ciudad, manifestó que “las ventas han bajado cerca de un 60 % por causa de la inseguridad. El costeño, en especial el guajiro, le gusta usar mucho oro, pero no quieren exponer sus vidas en las calles porque se convertirían en un ‘blanco’ deseable para los atracadores. Por esta razón lo que más se vende ahora son las pulseritas, cadenitas, anillos de matrimonio y anillos de 15 años; atrás quedó lo ostentoso de otras épocas”.

Para este comerciarte, su competidor más fuerte es la inseguridad, puesto que por esta causa han dejado de hacer las ventas grandes de antaño. Para contrarrestar este panorama, él y muchos joyeros han optado por brindarles a sus clientes otras opciones como prendas con piedras de murano y toquecitos de oro. También ofrece otros servicios como: reparación, restauración y fabricación de joyas al gusto de las personas, así como restauración y reparación de relojes.

Esta misma percepción la tiene Fernando Bernal Guerra, administrador de una compraventa de la ciudad, al afirmar que “las ventas de oro han bajado cerca de un 50 % por la inseguridad que toca a Valledupar y a otras regiones del país. El que tiene prendas de oro las tiene bien guardada en sus hogares para así evitarse sustos o impases con un atraco. La gente poco está comprando oro”. Es por ello que se las ingenia con promociones e incursionando artículos de segunda como instrumentos musicales y electrodomésticos, para ofrecerles así mayor variedad a sus usuarios.

Por su parte, Socorro Corzo, dueña de una compraventa reconocida en la capital del Cesar, ubicada en la zona céntrica, aseguró que “en esta región se tiene la concepción que el oro es para usarse y no lo toman como una inversión, que puede servir de desvare a futuro, debido a que se vende y se empeña fácilmente en cualquier parte del país y del mundo. Contratar solo oro no es tan rentable, puesto que la gente usa menos oro para colgarse. No hay que desconocer que el tema de la inseguridad ha sido causal para que se presente este panorama”.

Aunque aseguró que la venta de oro no es mala porque aún tiene clientes que le compran y venden por cantidad y que si no fuera negocio ya hubiese cerrado hace rato, amplió su oferta al introducir el pago de servicios públicos; venta de Balotto, así como de guitarras, bajos, acordeones y computadores de segunda.

En el pasado, Corzo tenía otras cuatro compraventas en inmediaciones cercanas a la que posee actualmente, pero al analizar que tenía inconvenientes de parqueadero, que les dificultaba ingresar los electrodomésticos que traían sus clientes, optó por cerrarlas.

Entre tanto, Bertha Vega, quien llegó a tener dos compraventas y las cerró, argumentó que una de las razones por la que tomó esa decisión fue porque pese a que el flujo de clientes no era el mismo, tenía que tener esquemas de seguridad alto ante la ‘ola de inseguridad’ de la ciudad, y que la gente prefiere no tener acceso al oro porque los roban en cualquier momento.

Datos
-El precio del gramo de oro está entre los 60 mil y 80 mil pesos.
-Según la Cámara de Comercio de Valledupar existen 39 joyerías y compraventas activas en la ciudad, dos joyerías y compraventas con matrículas inactivas y 20 joyerías y compraventas con matrículas canceladas.
-Un total de 71 compraventas y joyerías de Valledupar, Codazzi, Astrea, Bosconia, Chimichagua, La Jagua de Ibirico y San Diego están registradas en la Cámara de Comercio.

Por temas de seguridad, las personas de Valledupar y de otras regiones del país han dejado de lucir accesorios en oro.

 

Voces institucionales
Al respecto, el presidente de la Comisión de Competitividad, Alberto Montoya, dijo que “lo que percibe uno dentro del ambiente de comercio es que este tipo de actividad se han convertido en negocios de más exclusividad; ya la gente del común, de menos ingresos poco gasta su dinero en esos bienes suntuosos, por el contrario hay una variedad de productos y fantasía que han entrado al comercio y sobretodo importados que permiten al usuario usar productos más baratos y de mayor variedad. Lo más probable es que eso haya dejado a las joyerías en un mercado más exclusivo, un poco más restringido para los usuarios, quienes argumentan temas de seguridad para el uso de ese tipo de productos”.

Por su parte, el director de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, Octavio Pico, se refirió a la inseguridad que toca a muchos establecimientos comerciales, entre ellos las joyerías y compraventas. “Uno de los grandes enemigos del desarrollo del comercio es la inseguridad, que hay que combatirla con contundencia, no solo por la Policía sino por la autoridad judicial. Hay muchos afiliados y no afiliados que reportan atracos, que aseguran que cuando se captura al maleante se corre el riesgo que al presentarlo ante el Juez o la estancia judicial salga libre, lo que desestimula al ciudadano, que no se siente acompañado por las autoridades. Los establecimientos comerciales deben implementar actividades preventivas como cámaras, alarmas, rejas, hacer planes de contingencia y/o buscar un vigilante”.

¿Usted usa oro?
Gloria Almendrares, vendedora: No, porque uno corre el peligro que le arranquen las orejas para atracarlo. En la ciudad hay mucha inseguridad para usar esos lujos.
Ana Vélez, estudiante: No, porque aquí roban mucho. Para evitarse sustos innecesarios es mejor usar accesorios de acero o prendas de fantasía.
Juan Yaneth, comerciante: No, porque no tengo para comprarlo.
Yesica Prado, comerciante: No. Uno no puede tener nada que sea llamativo para el ladrón.
Belinda Ramírez, vendedora: No, porque al usar oro uno se expone a ser atracado. Entonces lo mejor es optar por el acero, que además está en moda.
María León, auxiliar de servicios generales: No, por la inseguridad. Si uno las carga puesta se expone a ser atracado, entonces es mejor no usar prendas de oro.

Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN

 

 

Informes Especiales
14 noviembre, 2015

Ventas de oro en picada por inseguridad

El uso de prendas de oro ya no es común en Valledupar, que ha bajado ostensiblemente las ventas de compraventas y joyerías. La causa de estos es la inseguridad.


Las joyerías y compraventas son unos de los establecimientos comerciales que resultan afectados por la inseguridad de la región. Jaider Santana/EL PILÓN
Las joyerías y compraventas son unos de los establecimientos comerciales que resultan afectados por la inseguridad de la región. Jaider Santana/EL PILÓN

Numerosas compraventas y joyerías en la ciudad, con gran movimiento de personas entrando y saliendo de las mismas, era una constante en la ciudad hace aproximadamente 15 años. Con el paso del tiempo, muchas han cerrado sus puertas, otras han reducido su personal e infraestructura. La situación que aluden muchos propietarios para que se dé esta situación es que a los habitantes de Valledupar dejaron de usar oro por la delincuencia que azota a la ciudad.

Wilman Martínez es propietario de una joyería que tiene 33 años de funcionamiento en la ciudad, manifestó que “las ventas han bajado cerca de un 60 % por causa de la inseguridad. El costeño, en especial el guajiro, le gusta usar mucho oro, pero no quieren exponer sus vidas en las calles porque se convertirían en un ‘blanco’ deseable para los atracadores. Por esta razón lo que más se vende ahora son las pulseritas, cadenitas, anillos de matrimonio y anillos de 15 años; atrás quedó lo ostentoso de otras épocas”.

Para este comerciarte, su competidor más fuerte es la inseguridad, puesto que por esta causa han dejado de hacer las ventas grandes de antaño. Para contrarrestar este panorama, él y muchos joyeros han optado por brindarles a sus clientes otras opciones como prendas con piedras de murano y toquecitos de oro. También ofrece otros servicios como: reparación, restauración y fabricación de joyas al gusto de las personas, así como restauración y reparación de relojes.

Esta misma percepción la tiene Fernando Bernal Guerra, administrador de una compraventa de la ciudad, al afirmar que “las ventas de oro han bajado cerca de un 50 % por la inseguridad que toca a Valledupar y a otras regiones del país. El que tiene prendas de oro las tiene bien guardada en sus hogares para así evitarse sustos o impases con un atraco. La gente poco está comprando oro”. Es por ello que se las ingenia con promociones e incursionando artículos de segunda como instrumentos musicales y electrodomésticos, para ofrecerles así mayor variedad a sus usuarios.

Por su parte, Socorro Corzo, dueña de una compraventa reconocida en la capital del Cesar, ubicada en la zona céntrica, aseguró que “en esta región se tiene la concepción que el oro es para usarse y no lo toman como una inversión, que puede servir de desvare a futuro, debido a que se vende y se empeña fácilmente en cualquier parte del país y del mundo. Contratar solo oro no es tan rentable, puesto que la gente usa menos oro para colgarse. No hay que desconocer que el tema de la inseguridad ha sido causal para que se presente este panorama”.

Aunque aseguró que la venta de oro no es mala porque aún tiene clientes que le compran y venden por cantidad y que si no fuera negocio ya hubiese cerrado hace rato, amplió su oferta al introducir el pago de servicios públicos; venta de Balotto, así como de guitarras, bajos, acordeones y computadores de segunda.

En el pasado, Corzo tenía otras cuatro compraventas en inmediaciones cercanas a la que posee actualmente, pero al analizar que tenía inconvenientes de parqueadero, que les dificultaba ingresar los electrodomésticos que traían sus clientes, optó por cerrarlas.

Entre tanto, Bertha Vega, quien llegó a tener dos compraventas y las cerró, argumentó que una de las razones por la que tomó esa decisión fue porque pese a que el flujo de clientes no era el mismo, tenía que tener esquemas de seguridad alto ante la ‘ola de inseguridad’ de la ciudad, y que la gente prefiere no tener acceso al oro porque los roban en cualquier momento.

Datos
-El precio del gramo de oro está entre los 60 mil y 80 mil pesos.
-Según la Cámara de Comercio de Valledupar existen 39 joyerías y compraventas activas en la ciudad, dos joyerías y compraventas con matrículas inactivas y 20 joyerías y compraventas con matrículas canceladas.
-Un total de 71 compraventas y joyerías de Valledupar, Codazzi, Astrea, Bosconia, Chimichagua, La Jagua de Ibirico y San Diego están registradas en la Cámara de Comercio.

Por temas de seguridad, las personas de Valledupar y de otras regiones del país han dejado de lucir accesorios en oro.

 

Voces institucionales
Al respecto, el presidente de la Comisión de Competitividad, Alberto Montoya, dijo que “lo que percibe uno dentro del ambiente de comercio es que este tipo de actividad se han convertido en negocios de más exclusividad; ya la gente del común, de menos ingresos poco gasta su dinero en esos bienes suntuosos, por el contrario hay una variedad de productos y fantasía que han entrado al comercio y sobretodo importados que permiten al usuario usar productos más baratos y de mayor variedad. Lo más probable es que eso haya dejado a las joyerías en un mercado más exclusivo, un poco más restringido para los usuarios, quienes argumentan temas de seguridad para el uso de ese tipo de productos”.

Por su parte, el director de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, Octavio Pico, se refirió a la inseguridad que toca a muchos establecimientos comerciales, entre ellos las joyerías y compraventas. “Uno de los grandes enemigos del desarrollo del comercio es la inseguridad, que hay que combatirla con contundencia, no solo por la Policía sino por la autoridad judicial. Hay muchos afiliados y no afiliados que reportan atracos, que aseguran que cuando se captura al maleante se corre el riesgo que al presentarlo ante el Juez o la estancia judicial salga libre, lo que desestimula al ciudadano, que no se siente acompañado por las autoridades. Los establecimientos comerciales deben implementar actividades preventivas como cámaras, alarmas, rejas, hacer planes de contingencia y/o buscar un vigilante”.

¿Usted usa oro?
Gloria Almendrares, vendedora: No, porque uno corre el peligro que le arranquen las orejas para atracarlo. En la ciudad hay mucha inseguridad para usar esos lujos.
Ana Vélez, estudiante: No, porque aquí roban mucho. Para evitarse sustos innecesarios es mejor usar accesorios de acero o prendas de fantasía.
Juan Yaneth, comerciante: No, porque no tengo para comprarlo.
Yesica Prado, comerciante: No. Uno no puede tener nada que sea llamativo para el ladrón.
Belinda Ramírez, vendedora: No, porque al usar oro uno se expone a ser atracado. Entonces lo mejor es optar por el acero, que además está en moda.
María León, auxiliar de servicios generales: No, por la inseguridad. Si uno las carga puesta se expone a ser atracado, entonces es mejor no usar prendas de oro.

Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN