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Columnista - 5 mayo, 2017

Varo, Ivo y Jose

A finales de marzo visité a La Paz, cosa que hago con frecuencia y me encontré donde Juvalito con Alvarito López, a quien cariñosamente desde su niñez le digo Varo y le dije: ¿bueno Varo vas a entrar a la contienda del Rey de Reyes? y con su estilo jovial, burlón y pacífico me contestó: […]

A finales de marzo visité a La Paz, cosa que hago con frecuencia y me encontré donde Juvalito con Alvarito López, a quien cariñosamente desde su niñez le digo Varo y le dije: ¿bueno Varo vas a entrar a la contienda del Rey de Reyes? y con su estilo jovial, burlón y pacífico me contestó: ¿y entonces?, yo voy a echar mi mochito, porque te digo que estoy más afilao que la barbera de Julio, el peluquero villanuevero que aquí en La Paz motilaba a Pepe Castro y efectivamente participó y echó, no su mochito, sino tremenda exhibición en el manejo del acordeón que dejó a todos los contendores regados y tendidos en el difícil camino de llegar a coronarse como Rey de Reyes, corona que llevará sobre su cabezón por espacio de 10 largos años y que con seguridad de la mano de la Fundación y de Jorge Oñate, futuro agasajado del Festival por méritos que no hay que decirlos, con quien hace fórmula en este momento, llevará este bello e inigualable folclor a los rincones más lejanos del mundo.

Felicitaciones para Varo y para Migue, su papá, por allá voy para tener el gusto de darles un abrazo y se me olvidaba, felicitaciones a mi querida La Paz y a todos los pacíficos que como un río crecío vinieron a hacerle barra y a exteriorizar su apoyo. Varo cortó rabo, orejas, jeta y otra cosa del toro que no digo su nombre porque de pronto me vetan el artículo.

También tengo la obligación, por muchas razones de cariño, afecto y amistad de exaltar a Ivo Díaz, sencillamente Ivo, quien como digno descendiente del inigualable Leandro Díaz se llevó los honores del triunfo de la canción inédita con el merengue ‘El Rey de los Cajeros’, en honor a quien en los tiempos del Loperena cuando estudiábamos internos no había latas, grandes o pequeñas, de galletas de soda Saltines que no esfondara o asiento o pupitre que no averiara acompañando a los ya difuntos Pedro García como cantante, ‘Catarata’ le decía Pablo porque le bañaba la cara a cualquiera de saliva y Rubén Cuello Fernández con su famosa dulzaina interpretando el recién salido ‘Verano’ u otras de Escalona y los merecumbes de Pacho Galán, me refiero a mi amigo de toda la vida Pablo López, Pablón lo llamaba cariñosamente su amigo del alma y compañero permanente Pedro García. Felicitaciones para Ivo y su media y bella costilla Ruby López.

Cuando Varo fue a recibir el carro que una prestigiosa concesionaria, la Hyundai, le dio como premio, tal como en anteriores ocasiones lo hizo Marautos con Hugo Carlos Granados en el 2007 y los hermanos Zuleta el año pasado, el muy conchudo reclamó que se lo pusieran full de gasolina, pues la aguja estaba en E o en español en V de vacío.

No puedo pasar desapercibido el rotundo triunfo del joven vallenato, el único, José Juan Camilo Guerra Mendoza, sobrino de quien es mi mano derecha para la elaboración de esta columna, la señora Carmen Guerra Jiménez, en la categoría de Acordeonero Juvenil, ahí hay un prospecto para llegar dentro de 10 años a ser Rey de Reyes. Felicitaciones para él y su familia.

Señor Alcalde Tuto Uhía, no juegue con candela, no se arriesgue en poner en peligro la vida de los demás: el arroyo El Capitanejo ya ha crecido dos veces, afortunadamente de noche, que tal que sea de día y se lleve un bus lleno de estudiantes o un carrito repleto de arhuacos de los muchos que por allí transitan, cuando hay un puente ya comenzado que se debe terminar y hablando de puentes, leo hoy en El Pilón que El Alto de la Vuelta está incomunicado por la falta de uno de ellos y observo con preocupación cuando he ido a esa región que están quedando sin carreteras, sino ha ido, lo invito, vamos, veamos para que actúe como lo está haciendo con eficacia en otros frentes.

Por José M. Aponte Martínez

 

Columnista
5 mayo, 2017

Varo, Ivo y Jose

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

A finales de marzo visité a La Paz, cosa que hago con frecuencia y me encontré donde Juvalito con Alvarito López, a quien cariñosamente desde su niñez le digo Varo y le dije: ¿bueno Varo vas a entrar a la contienda del Rey de Reyes? y con su estilo jovial, burlón y pacífico me contestó: […]


A finales de marzo visité a La Paz, cosa que hago con frecuencia y me encontré donde Juvalito con Alvarito López, a quien cariñosamente desde su niñez le digo Varo y le dije: ¿bueno Varo vas a entrar a la contienda del Rey de Reyes? y con su estilo jovial, burlón y pacífico me contestó: ¿y entonces?, yo voy a echar mi mochito, porque te digo que estoy más afilao que la barbera de Julio, el peluquero villanuevero que aquí en La Paz motilaba a Pepe Castro y efectivamente participó y echó, no su mochito, sino tremenda exhibición en el manejo del acordeón que dejó a todos los contendores regados y tendidos en el difícil camino de llegar a coronarse como Rey de Reyes, corona que llevará sobre su cabezón por espacio de 10 largos años y que con seguridad de la mano de la Fundación y de Jorge Oñate, futuro agasajado del Festival por méritos que no hay que decirlos, con quien hace fórmula en este momento, llevará este bello e inigualable folclor a los rincones más lejanos del mundo.

Felicitaciones para Varo y para Migue, su papá, por allá voy para tener el gusto de darles un abrazo y se me olvidaba, felicitaciones a mi querida La Paz y a todos los pacíficos que como un río crecío vinieron a hacerle barra y a exteriorizar su apoyo. Varo cortó rabo, orejas, jeta y otra cosa del toro que no digo su nombre porque de pronto me vetan el artículo.

También tengo la obligación, por muchas razones de cariño, afecto y amistad de exaltar a Ivo Díaz, sencillamente Ivo, quien como digno descendiente del inigualable Leandro Díaz se llevó los honores del triunfo de la canción inédita con el merengue ‘El Rey de los Cajeros’, en honor a quien en los tiempos del Loperena cuando estudiábamos internos no había latas, grandes o pequeñas, de galletas de soda Saltines que no esfondara o asiento o pupitre que no averiara acompañando a los ya difuntos Pedro García como cantante, ‘Catarata’ le decía Pablo porque le bañaba la cara a cualquiera de saliva y Rubén Cuello Fernández con su famosa dulzaina interpretando el recién salido ‘Verano’ u otras de Escalona y los merecumbes de Pacho Galán, me refiero a mi amigo de toda la vida Pablo López, Pablón lo llamaba cariñosamente su amigo del alma y compañero permanente Pedro García. Felicitaciones para Ivo y su media y bella costilla Ruby López.

Cuando Varo fue a recibir el carro que una prestigiosa concesionaria, la Hyundai, le dio como premio, tal como en anteriores ocasiones lo hizo Marautos con Hugo Carlos Granados en el 2007 y los hermanos Zuleta el año pasado, el muy conchudo reclamó que se lo pusieran full de gasolina, pues la aguja estaba en E o en español en V de vacío.

No puedo pasar desapercibido el rotundo triunfo del joven vallenato, el único, José Juan Camilo Guerra Mendoza, sobrino de quien es mi mano derecha para la elaboración de esta columna, la señora Carmen Guerra Jiménez, en la categoría de Acordeonero Juvenil, ahí hay un prospecto para llegar dentro de 10 años a ser Rey de Reyes. Felicitaciones para él y su familia.

Señor Alcalde Tuto Uhía, no juegue con candela, no se arriesgue en poner en peligro la vida de los demás: el arroyo El Capitanejo ya ha crecido dos veces, afortunadamente de noche, que tal que sea de día y se lleve un bus lleno de estudiantes o un carrito repleto de arhuacos de los muchos que por allí transitan, cuando hay un puente ya comenzado que se debe terminar y hablando de puentes, leo hoy en El Pilón que El Alto de la Vuelta está incomunicado por la falta de uno de ellos y observo con preocupación cuando he ido a esa región que están quedando sin carreteras, sino ha ido, lo invito, vamos, veamos para que actúe como lo está haciendo con eficacia en otros frentes.

Por José M. Aponte Martínez