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Editorial - 22 julio, 2013

Valledupar vive de la informalidad laboral

Paradójicamente mientras los gobernantes del Cesar hablan de generación de empleo y hacen anuncios de megaproyectos que requerirán mano de obra calificada –especialmente local-, las cifras de la informalidad laboral en el Cesar dicen otra cosa. Según el Banco de la República, la capital cesarense, donde habita casi la mitad de la población del departamento, vive de la informalidad, al registrar un 80,78% de informalidad medida por la falta de seguridad social.

Paradójicamente mientras los gobernantes del Cesar hablan de generación de empleo y hacen anuncios de megaproyectos que requerirán mano de obra calificada –especialmente local-, las cifras de la informalidad laboral en el Cesar dicen otra cosa. Según el Banco de la República, la capital cesarense, donde habita casi la mitad de la población del departamento, vive de la informalidad, al registrar un 80,78% de informalidad medida por la falta de seguridad social.

Por eso la ciudad se ve tan congestionada. Ventas callejeras en todos los sectores, que ocupan el espacio público, creando un caos no sólo por impedir el paso de los peatones, sino porque ya no existen zonas residenciales tranquilas. Si no hay empleo, el desempleado debe acudir al rebusque para mantener a su familia, darle educación a sus hijos y poder pagar un arriendo los que infortunadamente no tienen vivienda. Es una situación que pone en jaque a las autoridades porque por un lado no pueden resolver un problema social tan profundo de la noche y la mañana, y por el otro, no se atreven a acabar con la informalidad que ahoga a Valledupar. Ventas de minutos, de variedades en los andenes, de jugos, de comidas, están a la orden del día.

¿Entonces por qué tantos anuncios? ¿Cuándo pasarán de la palabra a la acción? Los vallenatos y los cesarenses necesitan empleo digno, que les permita tener seguridad social y tranquilidad económica.

Esta semana se realizará en Valledupar un foro organizado por la red de Universidades y el Observatorio Regional del Mercado de Trabajo –ORMET-, denominado ‘Informalidad Laboral y Empresarial en Valledupar, que tendrá como ponentes a expertos del PNUD y del Banco de la República, que tratarán de mostrar un panorama de este problema que no sólo aqueja al Cesar sino a todo el país. La Organización Internacional del Trabajo, OIT, indicó en su último informe sobre ‘Tendencias Mundiales del Empleo 2013’, que Colombia ocupa el cuarto puesto en informalidad laboral de la región, después de países como: Perú, Bolivia y Paraguay, y hace poco menos de dos meses, el DANE informó que el 32,8% de los colombianos están en la informalidad laboral.

Lo increíble de todo este tema de la informalidad, es que a pesar de que Valledupar es una ciudad que se ha caracterizado por  exhibir elevados niveles de informalidad laboral, los registros en la tasa de desempleo para la ciudad emitidos por el DANE la situaron en un 11,1% en el trimestre marzo-abril-mayo de 2013, siendo la ciudad de la Costa Caribe con mayor reducción del desempleo entre 2007 y 2012, con un 4% en total. Si es así, entonces ¿dónde están esos empleos?

Además, en la Costa Caribe, Valledupar tiene el segundo dato más alto en informalidad por falta de seguridad social, sólo superado por Riohacha. Con respecto al promedio nacional, Valledupar supera en 17,7% el registro de informalidad y sólo es superado en casi 3% por Quibdó, la ciudad con más alta tasa de informalidad en el país. 

Un panorama nada alentador. Esperemos que las metas fijadas en los planes de desarrollo departamental y municipales se cumplan, y al terminar estos gobiernos que ya llegan a la mitad de sus mandatos, puedan cumplir con todas esas promesas que hicieron en campaña. Dentro de poco comienza a regir la Ley de Garantías y si no inician los megaproyectos, por lo menos esos empleos no llegarán.

Editorial
22 julio, 2013

Valledupar vive de la informalidad laboral

Paradójicamente mientras los gobernantes del Cesar hablan de generación de empleo y hacen anuncios de megaproyectos que requerirán mano de obra calificada –especialmente local-, las cifras de la informalidad laboral en el Cesar dicen otra cosa. Según el Banco de la República, la capital cesarense, donde habita casi la mitad de la población del departamento, vive de la informalidad, al registrar un 80,78% de informalidad medida por la falta de seguridad social.


Paradójicamente mientras los gobernantes del Cesar hablan de generación de empleo y hacen anuncios de megaproyectos que requerirán mano de obra calificada –especialmente local-, las cifras de la informalidad laboral en el Cesar dicen otra cosa. Según el Banco de la República, la capital cesarense, donde habita casi la mitad de la población del departamento, vive de la informalidad, al registrar un 80,78% de informalidad medida por la falta de seguridad social.

Por eso la ciudad se ve tan congestionada. Ventas callejeras en todos los sectores, que ocupan el espacio público, creando un caos no sólo por impedir el paso de los peatones, sino porque ya no existen zonas residenciales tranquilas. Si no hay empleo, el desempleado debe acudir al rebusque para mantener a su familia, darle educación a sus hijos y poder pagar un arriendo los que infortunadamente no tienen vivienda. Es una situación que pone en jaque a las autoridades porque por un lado no pueden resolver un problema social tan profundo de la noche y la mañana, y por el otro, no se atreven a acabar con la informalidad que ahoga a Valledupar. Ventas de minutos, de variedades en los andenes, de jugos, de comidas, están a la orden del día.

¿Entonces por qué tantos anuncios? ¿Cuándo pasarán de la palabra a la acción? Los vallenatos y los cesarenses necesitan empleo digno, que les permita tener seguridad social y tranquilidad económica.

Esta semana se realizará en Valledupar un foro organizado por la red de Universidades y el Observatorio Regional del Mercado de Trabajo –ORMET-, denominado ‘Informalidad Laboral y Empresarial en Valledupar, que tendrá como ponentes a expertos del PNUD y del Banco de la República, que tratarán de mostrar un panorama de este problema que no sólo aqueja al Cesar sino a todo el país. La Organización Internacional del Trabajo, OIT, indicó en su último informe sobre ‘Tendencias Mundiales del Empleo 2013’, que Colombia ocupa el cuarto puesto en informalidad laboral de la región, después de países como: Perú, Bolivia y Paraguay, y hace poco menos de dos meses, el DANE informó que el 32,8% de los colombianos están en la informalidad laboral.

Lo increíble de todo este tema de la informalidad, es que a pesar de que Valledupar es una ciudad que se ha caracterizado por  exhibir elevados niveles de informalidad laboral, los registros en la tasa de desempleo para la ciudad emitidos por el DANE la situaron en un 11,1% en el trimestre marzo-abril-mayo de 2013, siendo la ciudad de la Costa Caribe con mayor reducción del desempleo entre 2007 y 2012, con un 4% en total. Si es así, entonces ¿dónde están esos empleos?

Además, en la Costa Caribe, Valledupar tiene el segundo dato más alto en informalidad por falta de seguridad social, sólo superado por Riohacha. Con respecto al promedio nacional, Valledupar supera en 17,7% el registro de informalidad y sólo es superado en casi 3% por Quibdó, la ciudad con más alta tasa de informalidad en el país. 

Un panorama nada alentador. Esperemos que las metas fijadas en los planes de desarrollo departamental y municipales se cumplan, y al terminar estos gobiernos que ya llegan a la mitad de sus mandatos, puedan cumplir con todas esas promesas que hicieron en campaña. Dentro de poco comienza a regir la Ley de Garantías y si no inician los megaproyectos, por lo menos esos empleos no llegarán.