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Columnista - 28 abril, 2018

Valledupar monumental

Aquí somos muy criticones, nos quejamos por todo, por mi parte procuro ser un hombre crítico, pero imparcial, así muchos detractores piensen lo contrario; y aunque hay muchas cosas de su gobierno las cuales no comparto, el alcalde ‘Tuto’ y su equipo de asesores se anotaron un hit, con la cuestión de los monumentos, esta […]

Aquí somos muy criticones, nos quejamos por todo, por mi parte procuro ser un hombre crítico, pero imparcial, así muchos detractores piensen lo contrario; y aunque hay muchas cosas de su gobierno las cuales no comparto, el alcalde ‘Tuto’ y su equipo de asesores se anotaron un hit, con la cuestión de los monumentos, esta estrategia a todas luces, ha sido un éxito, por lo menos para atraer turismo, pues llegan como moscas a la miel a donde están ubicados los monumentos.

Siendo Valledupar una ciudad folclórica y la música indudablemente nuestro mayor patrimonio y atractivo, debemos aprovecharlo y explotarlo al máximo, y sin duda la colocación de las distintas estatuas ha dado resultados que saltan a la vista, por ejemplo, durante Semana Santa, la verdad tenía años de no ver tanta afluencia de turistas, sin duda la llegada de muchos de los visitantes fue motivada por la colocación de estos monumentos, por ejemplo la Glorieta de Los Juglares en el Parque Lineal de Hurtado, principalmente la banca de Diomedes estuvo atestada de turistas, yo pasé y vi hasta colas durante los días Santos, algunos se preguntaran que por qué más bien no iban a visitar las iglesias, pues que le vamos a hacer si Valledupar es una ciudad musical y folclórica, y a veces esa idolatría nos lleva a descuidar al mismo Dios.

Otros También pensarán que por qué no se invierten esos dineros en otros asuntos más importantes, pues siendo sensato pienso que si están dando resultados y están generando turismo, además permitiendo que los vendedores informales se rebusquen, pues bienvenidos sean estos monumentos a los músicos y juglares, a quienes merecidamente se les rinde tributo por sus beneficios y aportes a nuestra cultura, son dos beneficios en uno, homenajeamos a las glorias de nuestro folclor y se generan ingresos a la ciudad, dada la afluencia de visitantes.

Hay dos quejas que si debo hacer, la primera la falta de cultura y el vandalismo, no llevaba ni tres días de instalado el enorme busto del maestro Leandro Diaz, cuando ya la habían dañado, estos desadaptados deberían ser castigados y de manera ejemplar, por daño a nuestro patrimonio, sobre todo a una obra muy bien elaborada como lo fue esta, ojalá y hubiese sido en bronce.

En cuanto a la nueva escultura de Martín Elías, tengo dos críticas constructivas, la primera que debieron haberla elaborado en tamaño real, porque no lo hicieron en los 1.80 centímetros o más que era la estatura Martín, no entiendo el porqué de esta decisión, aunque es un acierto a todas luces, haberla realizado en bronce, ojalá todos los monumentos de ahora en adelante sean producidos en ese metal, como debe ser. Y la otra es que, si bien es cierto que lo colocaron en la glorieta de Los Juglares, un lugar con un nombre acorde con la actividad del ‘Gran Martín Elías’ y al lado de su padre, si la hubiesen ubicado en otro sitio, también hubieran generado más espacios o puntos de afluencia de turismo, además de permitir que más vendedores informales tengan más lugares para ganarse el sustento; es decir, se crearía otro sitio obligado de visitantes. Muchas veces las gestiones deben debatirse y ponerlas a consideración del pueblo, recuerden que la voz del pueblo es la voz de Dios.

Columnista
28 abril, 2018

Valledupar monumental

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio Mario Celedon

Aquí somos muy criticones, nos quejamos por todo, por mi parte procuro ser un hombre crítico, pero imparcial, así muchos detractores piensen lo contrario; y aunque hay muchas cosas de su gobierno las cuales no comparto, el alcalde ‘Tuto’ y su equipo de asesores se anotaron un hit, con la cuestión de los monumentos, esta […]


Aquí somos muy criticones, nos quejamos por todo, por mi parte procuro ser un hombre crítico, pero imparcial, así muchos detractores piensen lo contrario; y aunque hay muchas cosas de su gobierno las cuales no comparto, el alcalde ‘Tuto’ y su equipo de asesores se anotaron un hit, con la cuestión de los monumentos, esta estrategia a todas luces, ha sido un éxito, por lo menos para atraer turismo, pues llegan como moscas a la miel a donde están ubicados los monumentos.

Siendo Valledupar una ciudad folclórica y la música indudablemente nuestro mayor patrimonio y atractivo, debemos aprovecharlo y explotarlo al máximo, y sin duda la colocación de las distintas estatuas ha dado resultados que saltan a la vista, por ejemplo, durante Semana Santa, la verdad tenía años de no ver tanta afluencia de turistas, sin duda la llegada de muchos de los visitantes fue motivada por la colocación de estos monumentos, por ejemplo la Glorieta de Los Juglares en el Parque Lineal de Hurtado, principalmente la banca de Diomedes estuvo atestada de turistas, yo pasé y vi hasta colas durante los días Santos, algunos se preguntaran que por qué más bien no iban a visitar las iglesias, pues que le vamos a hacer si Valledupar es una ciudad musical y folclórica, y a veces esa idolatría nos lleva a descuidar al mismo Dios.

Otros También pensarán que por qué no se invierten esos dineros en otros asuntos más importantes, pues siendo sensato pienso que si están dando resultados y están generando turismo, además permitiendo que los vendedores informales se rebusquen, pues bienvenidos sean estos monumentos a los músicos y juglares, a quienes merecidamente se les rinde tributo por sus beneficios y aportes a nuestra cultura, son dos beneficios en uno, homenajeamos a las glorias de nuestro folclor y se generan ingresos a la ciudad, dada la afluencia de visitantes.

Hay dos quejas que si debo hacer, la primera la falta de cultura y el vandalismo, no llevaba ni tres días de instalado el enorme busto del maestro Leandro Diaz, cuando ya la habían dañado, estos desadaptados deberían ser castigados y de manera ejemplar, por daño a nuestro patrimonio, sobre todo a una obra muy bien elaborada como lo fue esta, ojalá y hubiese sido en bronce.

En cuanto a la nueva escultura de Martín Elías, tengo dos críticas constructivas, la primera que debieron haberla elaborado en tamaño real, porque no lo hicieron en los 1.80 centímetros o más que era la estatura Martín, no entiendo el porqué de esta decisión, aunque es un acierto a todas luces, haberla realizado en bronce, ojalá todos los monumentos de ahora en adelante sean producidos en ese metal, como debe ser. Y la otra es que, si bien es cierto que lo colocaron en la glorieta de Los Juglares, un lugar con un nombre acorde con la actividad del ‘Gran Martín Elías’ y al lado de su padre, si la hubiesen ubicado en otro sitio, también hubieran generado más espacios o puntos de afluencia de turismo, además de permitir que más vendedores informales tengan más lugares para ganarse el sustento; es decir, se crearía otro sitio obligado de visitantes. Muchas veces las gestiones deben debatirse y ponerlas a consideración del pueblo, recuerden que la voz del pueblo es la voz de Dios.