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Columnista - 6 enero, 2018

Valledupar, la novia del canto

Valledupar es una ciudad celebrada por el canto y es la eterna musa de los compositores. Como diría Andrés Salcedo: “edénico lugar que brilla bajo el cielo de la tierra mía”. La tierra mía, del verso anterior, es el Caribe colombiano, azul en su sinfonía de mar, nubes y sol. El edénico lugar, nuestro paisaje […]

Valledupar es una ciudad celebrada por el canto y es la eterna musa de los compositores. Como diría Andrés Salcedo: “edénico lugar que brilla bajo el cielo de la tierra mía”. La tierra mía, del verso anterior, es el Caribe colombiano, azul en su sinfonía de mar, nubes y sol. El edénico lugar, nuestro paisaje con sus policromías de pájaros, flores y vientos, y los fraternos abrazos de sus habitantes y los cantos de acordeones.

El Valle de Upar es una ciudad prehispánica, antes de la llegada de los conquistadores, este territorio de extensas llanuras era poblado por los indígenas Chimilas, y en las estribaciones y en el corazón de la apacible y boscosa Sierra Nevada, estaban los Koguis, Arhuacos, Wiwa y Kankuamos. El historiador Tomás Darío Gutiérrez explica en su libro, Valledupar Música de una Historia: “La ciudad del gran Cacique Upar, Eupari era considerada la capital de la nación de las tribus indígenas Chimilas que abarcaban casi en su totalidad el valle del río Cesar. Los Chimilas tenían dos grandes provincias, la del norte que pertenecía a Upar y la del sur a los Pocabuy”.

Con la conquista se oficializa su fundación como ciudad dependiente del imperio de España. La primera fundación fue el primero de octubre de 1944, por el capitán español Francisco Salguero. Y la segunda el 6 de enero de 1550, por el capitán Hernando de Santana, es la que hace tiempo venimos celebrando. Aunque algunos historiadores afirmen que la primera fundación no tuvo reconocimiento oficial por parte del gobierno de España; pero la Ley 95 de 1940 de Colombia, deja duda sobre el no reconocimiento de la primera fundación. Tomo unos apartes de la Ley 95 de 1940, que crea al Colegio Nacional Loperena, y dice: “por la cual la Nación se asocia a la celebración del cuarto centenario de la fundación de la ciudad de Valledupar, en el Departamento del Magdalena, y se honra la memoria de una heroína nacional. El Congreso de Colombia, decreta en su artículo primero: La Nación se asocia a la celebración del cuarto centenario de la fundación de la ciudad de Valledupar en el Departamento del Magdalena, que tendrá lugar el 1° de octubre de 1944”.

Esta discusión debe ser tema para los historiadores; porque como dice el Papa Francisco, siempre busquemos motivos para celebrar, yo los invito a celebrar con estas décimas.

Décimas a Valledupar

Dice un viejo trovador
que en la ribera floresta,
una mañana de fiesta
se iluminó de esplendor.
Una flauta y un tambor
en melódico sonar,
esperaban el cantar
de un indígena Chimila
que sacó de su mochila
tu nombre Valledupar

Tu nombre Valledupar
hasta en el aire se siente,
el Guatapurí esplendente
aquí nos viene a bañar.
Su cauce deja al pasar
el perfume de granizo,
la magia de los carrizos
con su leyenda ancestral
y el deleite musical
en este pueblo mestizo

Valledupar en tu cielo
la luz del canto se mece
y en la memoria florece
el cantar de los abuelos.
Son versos que en este suelo
invitan a celebrar.
Tu nombre Valledupar
tiene un sentido profundo
y se conoce en el mundo
por el canto popular.

Valledupar yo te quiero
paraíso de lealtad;
el abrazo es hermandad
aquí nadie es forastero.
Y dicen que los troveros
riegan versos en la greda,
como una estera de seda
formada de hermosas flores.
Quien viene buscando amores,
con amor aquí se queda.

Columnista
6 enero, 2018

Valledupar, la novia del canto

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Atuesta Mindiola

Valledupar es una ciudad celebrada por el canto y es la eterna musa de los compositores. Como diría Andrés Salcedo: “edénico lugar que brilla bajo el cielo de la tierra mía”. La tierra mía, del verso anterior, es el Caribe colombiano, azul en su sinfonía de mar, nubes y sol. El edénico lugar, nuestro paisaje […]


Valledupar es una ciudad celebrada por el canto y es la eterna musa de los compositores. Como diría Andrés Salcedo: “edénico lugar que brilla bajo el cielo de la tierra mía”. La tierra mía, del verso anterior, es el Caribe colombiano, azul en su sinfonía de mar, nubes y sol. El edénico lugar, nuestro paisaje con sus policromías de pájaros, flores y vientos, y los fraternos abrazos de sus habitantes y los cantos de acordeones.

El Valle de Upar es una ciudad prehispánica, antes de la llegada de los conquistadores, este territorio de extensas llanuras era poblado por los indígenas Chimilas, y en las estribaciones y en el corazón de la apacible y boscosa Sierra Nevada, estaban los Koguis, Arhuacos, Wiwa y Kankuamos. El historiador Tomás Darío Gutiérrez explica en su libro, Valledupar Música de una Historia: “La ciudad del gran Cacique Upar, Eupari era considerada la capital de la nación de las tribus indígenas Chimilas que abarcaban casi en su totalidad el valle del río Cesar. Los Chimilas tenían dos grandes provincias, la del norte que pertenecía a Upar y la del sur a los Pocabuy”.

Con la conquista se oficializa su fundación como ciudad dependiente del imperio de España. La primera fundación fue el primero de octubre de 1944, por el capitán español Francisco Salguero. Y la segunda el 6 de enero de 1550, por el capitán Hernando de Santana, es la que hace tiempo venimos celebrando. Aunque algunos historiadores afirmen que la primera fundación no tuvo reconocimiento oficial por parte del gobierno de España; pero la Ley 95 de 1940 de Colombia, deja duda sobre el no reconocimiento de la primera fundación. Tomo unos apartes de la Ley 95 de 1940, que crea al Colegio Nacional Loperena, y dice: “por la cual la Nación se asocia a la celebración del cuarto centenario de la fundación de la ciudad de Valledupar, en el Departamento del Magdalena, y se honra la memoria de una heroína nacional. El Congreso de Colombia, decreta en su artículo primero: La Nación se asocia a la celebración del cuarto centenario de la fundación de la ciudad de Valledupar en el Departamento del Magdalena, que tendrá lugar el 1° de octubre de 1944”.

Esta discusión debe ser tema para los historiadores; porque como dice el Papa Francisco, siempre busquemos motivos para celebrar, yo los invito a celebrar con estas décimas.

Décimas a Valledupar

Dice un viejo trovador
que en la ribera floresta,
una mañana de fiesta
se iluminó de esplendor.
Una flauta y un tambor
en melódico sonar,
esperaban el cantar
de un indígena Chimila
que sacó de su mochila
tu nombre Valledupar

Tu nombre Valledupar
hasta en el aire se siente,
el Guatapurí esplendente
aquí nos viene a bañar.
Su cauce deja al pasar
el perfume de granizo,
la magia de los carrizos
con su leyenda ancestral
y el deleite musical
en este pueblo mestizo

Valledupar en tu cielo
la luz del canto se mece
y en la memoria florece
el cantar de los abuelos.
Son versos que en este suelo
invitan a celebrar.
Tu nombre Valledupar
tiene un sentido profundo
y se conoce en el mundo
por el canto popular.

Valledupar yo te quiero
paraíso de lealtad;
el abrazo es hermandad
aquí nadie es forastero.
Y dicen que los troveros
riegan versos en la greda,
como una estera de seda
formada de hermosas flores.
Quien viene buscando amores,
con amor aquí se queda.