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Columnista - 13 mayo, 2017

Valledupar: fuente inagotable del realismo mágico

Si por algo se ha caracterizado Valledupar es por su singular cultura y su folclor, los vallenatos somos sui generis, una mezcla de varias razas y costumbres que nos hacen únicos, un pueblo que sabe acoger al visitante, haciéndolo sentir en casa, esa espontaneidad se ve reflejada en nuestras historias y anécdotas, somos ricos en […]

Si por algo se ha caracterizado Valledupar es por su singular cultura y su folclor, los vallenatos somos sui generis, una mezcla de varias razas y costumbres que nos hacen únicos, un pueblo que sabe acoger al visitante, haciéndolo sentir en casa, esa espontaneidad se ve reflejada en nuestras historias y anécdotas, somos ricos en tradición oral.

En mi labor de docente me gusta incentivar a mis alumnos a la lectura y por lo general procuro que estudien a García Márquez, dada su importancia y con el plus de que es costeño y paisano, pues toda esta región es Macondo; es bien sabido, que muchas de las historias narradas por nuestro Nobel de literatura, son anécdotas que le escuchó a sus mayores, especialmente a su abuela, quien indudablemente fue fuente fundamental de donde el literato nutrió su prodigiosa memoria, influenciado por esas bellas historias y gracias a la inteligencia con la que Dios lo proveyó, supo hilvanar todos esos relatos y convertirlos en obras maestras de la literatura universal.
En un ejercicio de comprensión de lectura, de una de mis clases, les puse a analizar una nota de prensa del reconocido autor que escribió en el año de 1982, la cual se llama: “Cuentos de Caminos”, la escogí por su riqueza literaria y porque en una de la historias de las que allí menciona Gabo, es recurrente en muchos lugares del mundo y en algunos pueblos de Colombia, me refiero a la ‘Dama de Blanco’ que supuestamente aparece a viajeros solitarios en la carretera, algunos aseguran haberla visto en la vía de Valledupar-La Paz, otros en Bosconia, pero la más popular es la famosa “Novia de Puerto Colombia”, un espectro que según dicen deambula en la vía de Barranquilla hacia ese municipio y al cual han “bautizado” así debido a su vestido blanco.

El autor cataquero viviendo en Francia también tuvo conocimiento de un episodio similar, en donde apareció una visión de una mujer vestida con un traje del mismo color, a unos muchachos en la carretera que de París conduce a Montpellier. Dada dicha anécdota comenzamos a hablar de nuestro Mitos y Leyendas locales, historias que han sobrevivido gracias a la tradición oral, pero que con la tecnología han ido desapareciendo, pues la gente ahora no conversa, sino que solo se comunica a través de los populares chats, esa historias enriquecen la cultura de nuestros pueblos, su folclor, su oralidad, la cual es la que mantiene vigente sus costumbres, recientemente me complació mucho el hecho de que gracias a la hija de una de mis alumnas de tan solo 10 añitos, me enteré que en algunos colegios, en la clase de Lengua Castellana, les han enseñado completas nuestras historias locales, como por ejemplo la de nuestra famosa Sirena de Hurtado, que aunque es una historia fantasiosa, es parte fundamental de nuestra cultura, además esas narraciones contadas de boca en boca, de adultos a mayores, en el entorno familiar, y escolar, ayudan al sano desarrollo de la imaginación de nuestra niñez, y sobre todo en el proceso de aprendizaje lingüístico. Valledupar es una ciudad que día a día crece, y como la urbe en que se ha ido convirtiendo, no solamente se cuentan sus viejas leyendas e historias, sino que también ha sido escenario de algunos supuestos sucesos que podrían tildarse de mitos urbanos, como aquel sonado caso de ‘La Barbie del Vivero”, sucedido en años recientes, en donde según refiere la historia, en un reconocido almacén de cadena, una muñeca cobró vida y asustó a uno de los vigilantes de turno. Ojalá los colegios sigan esmerándose en recuperar nuestra bonita tradición oral.

Por Julio Mario Celedón

@juliomceledon

Columnista
13 mayo, 2017

Valledupar: fuente inagotable del realismo mágico

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio Mario Celedon

Si por algo se ha caracterizado Valledupar es por su singular cultura y su folclor, los vallenatos somos sui generis, una mezcla de varias razas y costumbres que nos hacen únicos, un pueblo que sabe acoger al visitante, haciéndolo sentir en casa, esa espontaneidad se ve reflejada en nuestras historias y anécdotas, somos ricos en […]


Si por algo se ha caracterizado Valledupar es por su singular cultura y su folclor, los vallenatos somos sui generis, una mezcla de varias razas y costumbres que nos hacen únicos, un pueblo que sabe acoger al visitante, haciéndolo sentir en casa, esa espontaneidad se ve reflejada en nuestras historias y anécdotas, somos ricos en tradición oral.

En mi labor de docente me gusta incentivar a mis alumnos a la lectura y por lo general procuro que estudien a García Márquez, dada su importancia y con el plus de que es costeño y paisano, pues toda esta región es Macondo; es bien sabido, que muchas de las historias narradas por nuestro Nobel de literatura, son anécdotas que le escuchó a sus mayores, especialmente a su abuela, quien indudablemente fue fuente fundamental de donde el literato nutrió su prodigiosa memoria, influenciado por esas bellas historias y gracias a la inteligencia con la que Dios lo proveyó, supo hilvanar todos esos relatos y convertirlos en obras maestras de la literatura universal.
En un ejercicio de comprensión de lectura, de una de mis clases, les puse a analizar una nota de prensa del reconocido autor que escribió en el año de 1982, la cual se llama: “Cuentos de Caminos”, la escogí por su riqueza literaria y porque en una de la historias de las que allí menciona Gabo, es recurrente en muchos lugares del mundo y en algunos pueblos de Colombia, me refiero a la ‘Dama de Blanco’ que supuestamente aparece a viajeros solitarios en la carretera, algunos aseguran haberla visto en la vía de Valledupar-La Paz, otros en Bosconia, pero la más popular es la famosa “Novia de Puerto Colombia”, un espectro que según dicen deambula en la vía de Barranquilla hacia ese municipio y al cual han “bautizado” así debido a su vestido blanco.

El autor cataquero viviendo en Francia también tuvo conocimiento de un episodio similar, en donde apareció una visión de una mujer vestida con un traje del mismo color, a unos muchachos en la carretera que de París conduce a Montpellier. Dada dicha anécdota comenzamos a hablar de nuestro Mitos y Leyendas locales, historias que han sobrevivido gracias a la tradición oral, pero que con la tecnología han ido desapareciendo, pues la gente ahora no conversa, sino que solo se comunica a través de los populares chats, esa historias enriquecen la cultura de nuestros pueblos, su folclor, su oralidad, la cual es la que mantiene vigente sus costumbres, recientemente me complació mucho el hecho de que gracias a la hija de una de mis alumnas de tan solo 10 añitos, me enteré que en algunos colegios, en la clase de Lengua Castellana, les han enseñado completas nuestras historias locales, como por ejemplo la de nuestra famosa Sirena de Hurtado, que aunque es una historia fantasiosa, es parte fundamental de nuestra cultura, además esas narraciones contadas de boca en boca, de adultos a mayores, en el entorno familiar, y escolar, ayudan al sano desarrollo de la imaginación de nuestra niñez, y sobre todo en el proceso de aprendizaje lingüístico. Valledupar es una ciudad que día a día crece, y como la urbe en que se ha ido convirtiendo, no solamente se cuentan sus viejas leyendas e historias, sino que también ha sido escenario de algunos supuestos sucesos que podrían tildarse de mitos urbanos, como aquel sonado caso de ‘La Barbie del Vivero”, sucedido en años recientes, en donde según refiere la historia, en un reconocido almacén de cadena, una muñeca cobró vida y asustó a uno de los vigilantes de turno. Ojalá los colegios sigan esmerándose en recuperar nuestra bonita tradición oral.

Por Julio Mario Celedón

@juliomceledon