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Editorial - 27 septiembre, 2013

Valledupar está perdiendo el tiempo

El Programa ‘Valledupar Cómo Vamos’ presentó ayer el Índice de Calidad de Vida 2012, con cifras y estadísticas que aterrizan la realidad de la ciudad, al concentrar en un solo informe datos que se convierten en una alerta para la Administración Municipal, el sector privado, la academia y la ciudadanía.

El Programa ‘Valledupar Cómo Vamos’ presentó ayer el Índice de Calidad de Vida 2012, con cifras y estadísticas que aterrizan la realidad de la ciudad, al concentrar en un solo informe datos que se convierten en una alerta para la Administración Municipal, el sector privado, la academia y la ciudadanía.

Este informe muestra que Valledupar está desmejorando, debido a que las necesidades de la población no son atendidas, tal vez, porque desbordan la capacidad institucional.

En pocas palabras, se está perdiendo el tiempo en hacer lo que no es urgente, más cuando Valledupar hace parte del Programa de Ciudades Emergentes y Sostenibles del Banco Interamericano de Desarrollo –BID-, lo cual significa que debe reenfocar sus prioridades.

El índice de Calidad de Vida, el tercero que hace este Programa, se ha ido consolidando poco a poco. Hace tres años no se conocía en detalle el comportamiento de los sectores sociales y económicos y hoy este permite saber cómo está realmente la ciudad.

En pobreza y desigualdad, por ejemplo, a pesar de que cambiaron la metodología de medición según las nuevas políticas del Gobierno Nacional que incluye además de los ingresos los apoyos que da el Estado, se nota que sigue la estrechez económica en las familias vallenatas, sobre todo ahora que la capital cesarense es el núcleo del Área Metropolitana.

Ya Valledupar no es medida como una ciudad común y corriente, sino a la par de ciudades como Medellín, Barranquilla y Bucaramanga, que también son áreas metropolitanas, y más por estar inmersa en el programa de ciudades sostenibles, lo cual significa que se debe hacer un gran esfuerzo en vías, servicios públicos, áreas verdes y en desurbanización, que quiere decir que el Plan de Ordenamiento Territorial –POT- debe ser pensado para una ciudad del futuro, porque las ciudades sostenibles emulan a Curitiba, Brasil, y hoy Valledupar dista de esa realidad.

Para llegar allá es necesario cambiar la relación empresa, academia, administración y clase política, la cual debe ser más incluyente.

Ni qué decir de ciencia, tecnología e innovación, según el índice de Calidad de Vida 2012, la inversión territorial en sector es del 0.67%; es decir, existe una ruptura entre sector privado, la institucional y la academia. Sólo para compararnos, Medellín está en un 26%, Santa Marta 2% y Barranquilla 3%.

En competitividad Valledupar sigue rajada. Desde el año 2010, está en el puesto 20 entre 22 ciudades, solo por encima de Sincelejo y Riohacha. En el tema de medio ambiente tampoco sale bien librada.

El índice de área verde por persona es de tres metros en la ciudad, mientras que el estándar nacional es de 15 metros y en Curitiba, modelo de ciudad sostenible llega a 50 metros.

Por los lados de las finanzas públicas, la ciudad sigue dependiendo de los recursos de transferencia nacional, debido a la alta evasión de impuestos.

De 106 mil predios, sólo 25 mil pagan sus impuestos debido a que existe una desconfianza de las comunidades de estratos 1, 2 y 3 frente a la utilización de estos recursos por parte de la Administración Municipal.

En fin, este es un informe que EL PILÓN, como socio del Programa ‘Valledupar Cómo Vamos’ socializará amplia y detalladamente en próximas ediciones, porque como lo ha dicho incansablemente el ex alcalde Carlos García Aragón, “no podemos seguir esperando que todo nos llegue”.

 

Editorial
27 septiembre, 2013

Valledupar está perdiendo el tiempo

El Programa ‘Valledupar Cómo Vamos’ presentó ayer el Índice de Calidad de Vida 2012, con cifras y estadísticas que aterrizan la realidad de la ciudad, al concentrar en un solo informe datos que se convierten en una alerta para la Administración Municipal, el sector privado, la academia y la ciudadanía.


El Programa ‘Valledupar Cómo Vamos’ presentó ayer el Índice de Calidad de Vida 2012, con cifras y estadísticas que aterrizan la realidad de la ciudad, al concentrar en un solo informe datos que se convierten en una alerta para la Administración Municipal, el sector privado, la academia y la ciudadanía.

Este informe muestra que Valledupar está desmejorando, debido a que las necesidades de la población no son atendidas, tal vez, porque desbordan la capacidad institucional.

En pocas palabras, se está perdiendo el tiempo en hacer lo que no es urgente, más cuando Valledupar hace parte del Programa de Ciudades Emergentes y Sostenibles del Banco Interamericano de Desarrollo –BID-, lo cual significa que debe reenfocar sus prioridades.

El índice de Calidad de Vida, el tercero que hace este Programa, se ha ido consolidando poco a poco. Hace tres años no se conocía en detalle el comportamiento de los sectores sociales y económicos y hoy este permite saber cómo está realmente la ciudad.

En pobreza y desigualdad, por ejemplo, a pesar de que cambiaron la metodología de medición según las nuevas políticas del Gobierno Nacional que incluye además de los ingresos los apoyos que da el Estado, se nota que sigue la estrechez económica en las familias vallenatas, sobre todo ahora que la capital cesarense es el núcleo del Área Metropolitana.

Ya Valledupar no es medida como una ciudad común y corriente, sino a la par de ciudades como Medellín, Barranquilla y Bucaramanga, que también son áreas metropolitanas, y más por estar inmersa en el programa de ciudades sostenibles, lo cual significa que se debe hacer un gran esfuerzo en vías, servicios públicos, áreas verdes y en desurbanización, que quiere decir que el Plan de Ordenamiento Territorial –POT- debe ser pensado para una ciudad del futuro, porque las ciudades sostenibles emulan a Curitiba, Brasil, y hoy Valledupar dista de esa realidad.

Para llegar allá es necesario cambiar la relación empresa, academia, administración y clase política, la cual debe ser más incluyente.

Ni qué decir de ciencia, tecnología e innovación, según el índice de Calidad de Vida 2012, la inversión territorial en sector es del 0.67%; es decir, existe una ruptura entre sector privado, la institucional y la academia. Sólo para compararnos, Medellín está en un 26%, Santa Marta 2% y Barranquilla 3%.

En competitividad Valledupar sigue rajada. Desde el año 2010, está en el puesto 20 entre 22 ciudades, solo por encima de Sincelejo y Riohacha. En el tema de medio ambiente tampoco sale bien librada.

El índice de área verde por persona es de tres metros en la ciudad, mientras que el estándar nacional es de 15 metros y en Curitiba, modelo de ciudad sostenible llega a 50 metros.

Por los lados de las finanzas públicas, la ciudad sigue dependiendo de los recursos de transferencia nacional, debido a la alta evasión de impuestos.

De 106 mil predios, sólo 25 mil pagan sus impuestos debido a que existe una desconfianza de las comunidades de estratos 1, 2 y 3 frente a la utilización de estos recursos por parte de la Administración Municipal.

En fin, este es un informe que EL PILÓN, como socio del Programa ‘Valledupar Cómo Vamos’ socializará amplia y detalladamente en próximas ediciones, porque como lo ha dicho incansablemente el ex alcalde Carlos García Aragón, “no podemos seguir esperando que todo nos llegue”.