En días recientes el expedalista Pedro Perico Delgado, ganador del Tour de Francia 1988 y de la Vuelta a España 1985 y 1989, vaticinó que en el Giro de Italia que arranca en Apeldoorn este viernes, Rigoberto Urán (Cannondale) es firme candidato a luchar por el título con el español Mikel Landa (Sky).

El mismo Landa ratificó ayer que Urán será un hombre para tener en cuenta, además de Alejandro Valverde, el polaco Rafa Majka, el holandés Tom Dumoulin y el italiano Vincenzo Nibali. Pero el nivel que exhibió el antioqueño en el Tour de Romandía generó dudas en un sector del ciclismo.

En su especialidad, la contrarreloj, perdió con el ganador, el francés Thibaut Pinot (FDJ), un minuto y 32 segundos en 15,11 kilómetros en Sion, el pasado viernes. En la jornada siguiente, la etapa reina, de 172,7 kilómetros y con cinco premios de montaña, Urán se mostró fuerte y con la posibilidad de atacar a sus demás rivales, pero se contuvo. Al final arribó octavo a cuatro segundos del vencedor, Chris Froome.

La hora de la verdad comenzará este viernes, con una crono de 9,8 kilómetros en Apeldoorn. Allí Urán, quien fue campeón nacional de esta modalidad en 2015, empezará a despejar interrogantes.

“Mi objetivo número uno del año es el Giro, mi equipo me dijo que podía terminar de último en las demás carreras con tal de que ganara en Italia, estoy con mucha confianza”, dijo recientemente Urán, el hombre que buscará el triunfo que se le ha escapado dos veces -subcampeón en 2013 y 2014- en la competencia que lo desvela.

Para el estratega Oliverio Cárdenas, el paisa correrá a otro precio. “No es lo mismo una prueba de cinco días a una de tres semanas.

El Colombiano