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Editorial - 29 junio, 2016

Una nueva oportunidad para La Guajira

El siete de junio pasado los guajiros observaron como a su nueva gobernadora Oneida Pinto el Consejo de Estado le quitaba la credencial porque aspiró al cargo aun cuando estaba inhabilitada, y volvían a quedar como el 12 de octubre de 2013 cuando capturaron a su también gobernador Francisco ‘Kiko’ Gómez acusado de varios delitos, […]

El siete de junio pasado los guajiros observaron como a su nueva gobernadora Oneida Pinto el Consejo de Estado le quitaba la credencial porque aspiró al cargo aun cuando estaba inhabilitada, y volvían a quedar como el 12 de octubre de 2013 cuando capturaron a su también gobernador Francisco ‘Kiko’ Gómez acusado de varios delitos, entre esos homicidio agravado.

Solo iban cinco meses de un nuevo gobierno en un departamento al que le han caído las siete plagas de Egipto y ya volvían a quedar en el limbo administrativo. Pero no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Los guajiros tendrán una nueva oportunidad para elegir a un buen gobernante, que conozca sus problemas, que tenga buena hoja de vida, que no tenga tacha, con un pasado limpio, sin ataduras ni señalamientos.

Hoy se posesiona como gobernador encargado el superintendente de Notariado y Registro, Jorge Enrique Vélez, quien llega provisionalmente mientras van a las urnas otra vez a escoger a su mandatario. En este día también llegará el vicepresidente Germán Vargas Lleras y la ministra de Vivienda, Elsa Noguera, que con su presencia y los anuncios de nuevos proyectos llegan a darle un respaldo a Vélez.

La Guajira es un departamento rico, que tiene plata pero no ha tenido buenos administradores, y es precisamente esa mala suerte administrativa la que la tiene postrada en la miseria, el hambre y la muerte de miles de niños wayuu, que son precisamente los que han llevado la peor parte de toda su historia.

El 29 de junio de 2016 debería ser el inicio de una nueva etapa. La dirigencia política, social, cultural y étnica debe unirse en ese propósito y trabajar por un territorio guajiro sin necesidades básicas insatisfechas. Si están cansados como dicen que los señalen como un departamento sin liderazgos, de clase política corrupta, sin dolientes, los guajiros ahora deben demostrar lo contrario.

Hoy llegará el vicepresidente Vargas con el anuncio de seis convenios para el desarrollo de 920 viviendas subsidiadas en los municipios de Dibulla, Distracción, El Molino, Hatonuevo y La Jagua del Pilar, y firmarán el contrato que permitirá la ejecución del Sistema de Respaldo por Pozos Profundos para el abastecimiento del acueducto del municipio de Riohacha, proyecto con el que se logrará aumentar la cobertura de este servicio del 43 al 63% y que beneficiará a 364.386 habitantes.

Esos pasos son importantes, pero todos sabemos que La Guajira necesita otras cosas más urgentes. Acuérdense que los niños guajiros, los niños wayuu se están muriendo de hambre, y que la sed no solo es de los riohacheros. A trabajar por la nueva guajira.

Editorial
29 junio, 2016

Una nueva oportunidad para La Guajira

El siete de junio pasado los guajiros observaron como a su nueva gobernadora Oneida Pinto el Consejo de Estado le quitaba la credencial porque aspiró al cargo aun cuando estaba inhabilitada, y volvían a quedar como el 12 de octubre de 2013 cuando capturaron a su también gobernador Francisco ‘Kiko’ Gómez acusado de varios delitos, […]


El siete de junio pasado los guajiros observaron como a su nueva gobernadora Oneida Pinto el Consejo de Estado le quitaba la credencial porque aspiró al cargo aun cuando estaba inhabilitada, y volvían a quedar como el 12 de octubre de 2013 cuando capturaron a su también gobernador Francisco ‘Kiko’ Gómez acusado de varios delitos, entre esos homicidio agravado.

Solo iban cinco meses de un nuevo gobierno en un departamento al que le han caído las siete plagas de Egipto y ya volvían a quedar en el limbo administrativo. Pero no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Los guajiros tendrán una nueva oportunidad para elegir a un buen gobernante, que conozca sus problemas, que tenga buena hoja de vida, que no tenga tacha, con un pasado limpio, sin ataduras ni señalamientos.

Hoy se posesiona como gobernador encargado el superintendente de Notariado y Registro, Jorge Enrique Vélez, quien llega provisionalmente mientras van a las urnas otra vez a escoger a su mandatario. En este día también llegará el vicepresidente Germán Vargas Lleras y la ministra de Vivienda, Elsa Noguera, que con su presencia y los anuncios de nuevos proyectos llegan a darle un respaldo a Vélez.

La Guajira es un departamento rico, que tiene plata pero no ha tenido buenos administradores, y es precisamente esa mala suerte administrativa la que la tiene postrada en la miseria, el hambre y la muerte de miles de niños wayuu, que son precisamente los que han llevado la peor parte de toda su historia.

El 29 de junio de 2016 debería ser el inicio de una nueva etapa. La dirigencia política, social, cultural y étnica debe unirse en ese propósito y trabajar por un territorio guajiro sin necesidades básicas insatisfechas. Si están cansados como dicen que los señalen como un departamento sin liderazgos, de clase política corrupta, sin dolientes, los guajiros ahora deben demostrar lo contrario.

Hoy llegará el vicepresidente Vargas con el anuncio de seis convenios para el desarrollo de 920 viviendas subsidiadas en los municipios de Dibulla, Distracción, El Molino, Hatonuevo y La Jagua del Pilar, y firmarán el contrato que permitirá la ejecución del Sistema de Respaldo por Pozos Profundos para el abastecimiento del acueducto del municipio de Riohacha, proyecto con el que se logrará aumentar la cobertura de este servicio del 43 al 63% y que beneficiará a 364.386 habitantes.

Esos pasos son importantes, pero todos sabemos que La Guajira necesita otras cosas más urgentes. Acuérdense que los niños guajiros, los niños wayuu se están muriendo de hambre, y que la sed no solo es de los riohacheros. A trabajar por la nueva guajira.