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Columnista - 23 diciembre, 2011

Un premio que compromete

ESCALPELO Por: Dickson E. Quiroz T. Esa es la vida. Cuando menos se espera, depara qué grandes sorpresas. A mi particularmente me dio una infinita al amanecer del 21 de diciembre: me despertó anticipándome el aguinaldo con la grata noticia de haber sido premiado, en la gala solemne del Círculo de Periodistas de Valledupar – […]

ESCALPELO

Por: Dickson E. Quiroz T.

Esa es la vida. Cuando menos se espera, depara qué grandes sorpresas. A mi particularmente me dio una infinita al amanecer del 21 de diciembre: me despertó anticipándome el aguinaldo con la grata noticia de haber sido premiado, en la gala solemne del Círculo de Periodistas de Valledupar – CPV – con la estatuilla Sirena Vallenata, categoría opinión, esto es, mejor columnista del año.

Modestia aparte, la sorpresa del premio no fue por dudar de la justeza del dictamen, juicio de valor que ni siquiera aventuré muy a pesar de emular con muchos y muy buenos columnistas, maestros en cuyas canteras he abrevado. La sorpresa radicaba más en formalidades al desconocer que se hubiese instituido esta categoría dentro del CPV, y por haber recibido de manera tardía la invitación.

Además de emocionarme, confieso que me conmocionó el anuncio, recibiéndolo henchido de orgullo. No es un Simón Bolívar, pero es Nuestra Sirena Vallenata, su equivalencia  guardadas las proporciones. Enantes, como director/gerente de El Pilón, había saboreado la gloria al ganarnos institucionalmente no menos de una docena de estatuillas Sirenas Vallenatas, Mercurios de Oro y muchos otros premios, como el reciente tributado por la Cámara de Comercio de Valledupar, todos en reconocimiento al liderazgo periodístico de la empresa.

Pero la sensación ahora es distinta, acaso por ser personalísima la distinción, y además, en una categoría, OPINIÓN, prácticamente virgen para un territorio como nuestro País Vallenato, pastoril y con poca cultura opinante. ¿Qué motivó al CPV a erigir esta categoría? ¿Qué peso especifico se le daba a la OPINIÓN para connotarla? ¿Cuáles sus criterios para descargar honores? Ante el vacío de respuestas, tomé la del facilismo para decir que algo debí hacer bien para merecer exaltaciones.

Claro que este premio tiene para mi especial significación. No es cuestión de egolatría, que ya no estoy para esas necedades; si no que mi vida ha discurrido siempre, como si fuese predestinado, en ese ambiente sublime de hacedor de opinión. Empecé  desde mis épocas universitarias, y una vez sumergido en el remolino nunca más pude zafarme. Nada tan sagrado y delicado como el opinar, asimilable al juzgar. Por ello me hice abogado y juez, y por ello más tarde fundamos EL PILÓN, consciente de la importancia y necesidad de informar, pero sobre todo de formar ciudadanía a través de una opinión productiva en términos de civilidad, esto es, responsable, sensible con el prójimo y con el territorio. De eso también nos sentimos orgullosos, de la masa crítica de columnistas prohijados en El Pilón.

Nada tan serio y delicado como la opinión, que entraña reflexión, todo un señor arte. El que opina, juzga. Y el que juzga discierne y cohesiona al tener en sus manos la vida o la honra o la libertad o la paz de sus conciudadanos. ¡Ay de la opinión de mala leche que mancilla honras y hace peligrar vidas! Grande y trascendente es la importancia de la opinión, sobre toda aquella manejada en los medios de comunicación, por su poder extensivo. Lo dicho: Nada tan serio y delicado como la opinión responsable, no aquella superflua que para nada incide en el entorno social, o aquella temeraria que en vez de adhesión genera repudio, o aquella utilitarista que adula o humilla en busca de mezquinos beneficios.

Para el CPV mis reconocimientos. Destacar trabajo y virtudes ajenas es exótico y valeroso en sociedades pastoriles, quizás porque nada gana más la animadversión de los prepotentes que el reconocimiento social de los demás. Igual mis reconocimientos para los homenajeados en la Noche de los Mejores: Lolita Acosta, Martín Mendoza, Deibis Safady, Daniel Gutiérrez, Martín Vargas, Yelitza Fontalvo, Herlency Gutiérrez, Melitza Quintero, RPT Noticias, Agustín Bustamante, Natalia Springer, Mardelia Padilla, Andrés Alfredo Molina y Alfredo Araujo.

Para todos ellos, y para todos mis lectores, una feliz Navidad y un venturoso año nuevo

[email protected]

Columnista
23 diciembre, 2011

Un premio que compromete

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Dickson E. Quiroz Torres

ESCALPELO Por: Dickson E. Quiroz T. Esa es la vida. Cuando menos se espera, depara qué grandes sorpresas. A mi particularmente me dio una infinita al amanecer del 21 de diciembre: me despertó anticipándome el aguinaldo con la grata noticia de haber sido premiado, en la gala solemne del Círculo de Periodistas de Valledupar – […]


ESCALPELO

Por: Dickson E. Quiroz T.

Esa es la vida. Cuando menos se espera, depara qué grandes sorpresas. A mi particularmente me dio una infinita al amanecer del 21 de diciembre: me despertó anticipándome el aguinaldo con la grata noticia de haber sido premiado, en la gala solemne del Círculo de Periodistas de Valledupar – CPV – con la estatuilla Sirena Vallenata, categoría opinión, esto es, mejor columnista del año.

Modestia aparte, la sorpresa del premio no fue por dudar de la justeza del dictamen, juicio de valor que ni siquiera aventuré muy a pesar de emular con muchos y muy buenos columnistas, maestros en cuyas canteras he abrevado. La sorpresa radicaba más en formalidades al desconocer que se hubiese instituido esta categoría dentro del CPV, y por haber recibido de manera tardía la invitación.

Además de emocionarme, confieso que me conmocionó el anuncio, recibiéndolo henchido de orgullo. No es un Simón Bolívar, pero es Nuestra Sirena Vallenata, su equivalencia  guardadas las proporciones. Enantes, como director/gerente de El Pilón, había saboreado la gloria al ganarnos institucionalmente no menos de una docena de estatuillas Sirenas Vallenatas, Mercurios de Oro y muchos otros premios, como el reciente tributado por la Cámara de Comercio de Valledupar, todos en reconocimiento al liderazgo periodístico de la empresa.

Pero la sensación ahora es distinta, acaso por ser personalísima la distinción, y además, en una categoría, OPINIÓN, prácticamente virgen para un territorio como nuestro País Vallenato, pastoril y con poca cultura opinante. ¿Qué motivó al CPV a erigir esta categoría? ¿Qué peso especifico se le daba a la OPINIÓN para connotarla? ¿Cuáles sus criterios para descargar honores? Ante el vacío de respuestas, tomé la del facilismo para decir que algo debí hacer bien para merecer exaltaciones.

Claro que este premio tiene para mi especial significación. No es cuestión de egolatría, que ya no estoy para esas necedades; si no que mi vida ha discurrido siempre, como si fuese predestinado, en ese ambiente sublime de hacedor de opinión. Empecé  desde mis épocas universitarias, y una vez sumergido en el remolino nunca más pude zafarme. Nada tan sagrado y delicado como el opinar, asimilable al juzgar. Por ello me hice abogado y juez, y por ello más tarde fundamos EL PILÓN, consciente de la importancia y necesidad de informar, pero sobre todo de formar ciudadanía a través de una opinión productiva en términos de civilidad, esto es, responsable, sensible con el prójimo y con el territorio. De eso también nos sentimos orgullosos, de la masa crítica de columnistas prohijados en El Pilón.

Nada tan serio y delicado como la opinión, que entraña reflexión, todo un señor arte. El que opina, juzga. Y el que juzga discierne y cohesiona al tener en sus manos la vida o la honra o la libertad o la paz de sus conciudadanos. ¡Ay de la opinión de mala leche que mancilla honras y hace peligrar vidas! Grande y trascendente es la importancia de la opinión, sobre toda aquella manejada en los medios de comunicación, por su poder extensivo. Lo dicho: Nada tan serio y delicado como la opinión responsable, no aquella superflua que para nada incide en el entorno social, o aquella temeraria que en vez de adhesión genera repudio, o aquella utilitarista que adula o humilla en busca de mezquinos beneficios.

Para el CPV mis reconocimientos. Destacar trabajo y virtudes ajenas es exótico y valeroso en sociedades pastoriles, quizás porque nada gana más la animadversión de los prepotentes que el reconocimiento social de los demás. Igual mis reconocimientos para los homenajeados en la Noche de los Mejores: Lolita Acosta, Martín Mendoza, Deibis Safady, Daniel Gutiérrez, Martín Vargas, Yelitza Fontalvo, Herlency Gutiérrez, Melitza Quintero, RPT Noticias, Agustín Bustamante, Natalia Springer, Mardelia Padilla, Andrés Alfredo Molina y Alfredo Araujo.

Para todos ellos, y para todos mis lectores, una feliz Navidad y un venturoso año nuevo

[email protected]