Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 6 febrero, 2016

Un guardián del patrimonio

Este Festival Vallenato sin duda va estar a reventar, primero por la declaratoria por parte de la Unesco del vallenato como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, lo cual sin duda reactivó el GPS Cultural del mundo entero y traerá nuevos adeptos; segundo por la talla de los homenajeados. Pero no podemos hablar de vallenato, sin […]

Este Festival Vallenato sin duda va estar a reventar, primero por la declaratoria por parte de la Unesco del vallenato como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, lo cual sin duda reactivó el GPS Cultural del mundo entero y traerá nuevos adeptos; segundo por la talla de los homenajeados.

Pero no podemos hablar de vallenato, sin mencionar a una persona que con este arte ha llevado nuestro folclor a los lugares más importantes del planeta, me refiero a mi amigo Andrés ‘El Turco’ Gil, quien a través de su escuela hace un trabajo maravilloso en pro de la cultura, principalmente porque actividades como la música y el deporte, manejados por personas idóneas, alejan a la juventud de prácticas malsanas.

Cuando la música se practica con disciplina y profesionalismo, con un excelente nivel cultural e intelectual, definitivamente es una profesión lucrativa, pero sobre todo digna y paradigmática. ‘El Turco’ Gil en su academia ha descubierto grandes talentos, y la gran mayoría de los noveles y exitosos acordeoneros han pasado por su tutoría, este gran músico no solo se preocupa porque los niños aprendan con disciplina y juicio sobre música vallenata, sino que además los apadrina y les enseña ciertos valores, como el respeto hacia el prójimo y sobre todo hacia los mayores, la importancia de ser buenos estudiantes y buenos hijos, la sencillez, y principalmente les instruye cómo comportarse ante el público, y no es para menos, pues el maestro los ha llevado a visitar hasta presidentes de estado de los países más poderosos del mundo, representando con grandeza nuestra música, el hecho de que estos niños brinden conciertos con altura en lugares exclusivos, les ha permito “foguearse” e ir saboreando las mieles del éxito, adquiriendo una madurez musical y personal por así decirlo, lo que redunda en que más adelante, cuando tengan sus propias agrupaciones, no se dejen amilanar o atropellar por la fama, porque ya ellos están acostumbrados a codearse con las altas esferas, esta es una de las fortalezas de que los nuevos prospectos se formen en un verdadera academia como la de Andrés, porque allí adquieren buenas relaciones, a diferencia de algunos que han tenido el infortunio de relacionarse solo con gente que no vale la pena o que gozan de muy buena reputación.

Me sorprendí al conocer de manera directa la gran cantidad de extranjeros que vienen a pasar temporadas a nuestra tierra, con el único propósito de capacitarse en esta academia: rusos, norteamericanos, panameños, franceses, mexicanos, venezolanos, canadienses y de muchos otros países, así como pude ser testigo de la llegada de buses repletos de turistas con el ánimo de tomarse fotos y conocer este importante semillero, el Maestro Gil tiene un despacho de puertas abiertas y está dispuesto a atender a todo aquel que vaya en busca de aprendizaje o también de información, o simplemente a deleitarse viendo como niños de cualquier edad y de todos los estratos sociales aprenden a interpretar el acordeón, y de qué manera.

Las cosas buenas y positivas hay sin duda que resaltarlas y esta labor de ‘El Turco’ toca exaltarla y apoyarla. La academia cuenta con más de 10 instructores y son más de 300 niños instruyéndose en la actualidad, lo más importante es el interés que la comunidad internacional ha venido mostrando en torno a nuestro folclor, gracias a que conocen de él, porque en algún momento han visto a Los Niños Vallenatos del Turco Gil, que sin duda fueron los pioneros en representar nuestro folclor internacionalmente a nivel infantil.

 

Columnista
6 febrero, 2016

Un guardián del patrimonio

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio Mario Celedon

Este Festival Vallenato sin duda va estar a reventar, primero por la declaratoria por parte de la Unesco del vallenato como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, lo cual sin duda reactivó el GPS Cultural del mundo entero y traerá nuevos adeptos; segundo por la talla de los homenajeados. Pero no podemos hablar de vallenato, sin […]


Este Festival Vallenato sin duda va estar a reventar, primero por la declaratoria por parte de la Unesco del vallenato como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, lo cual sin duda reactivó el GPS Cultural del mundo entero y traerá nuevos adeptos; segundo por la talla de los homenajeados.

Pero no podemos hablar de vallenato, sin mencionar a una persona que con este arte ha llevado nuestro folclor a los lugares más importantes del planeta, me refiero a mi amigo Andrés ‘El Turco’ Gil, quien a través de su escuela hace un trabajo maravilloso en pro de la cultura, principalmente porque actividades como la música y el deporte, manejados por personas idóneas, alejan a la juventud de prácticas malsanas.

Cuando la música se practica con disciplina y profesionalismo, con un excelente nivel cultural e intelectual, definitivamente es una profesión lucrativa, pero sobre todo digna y paradigmática. ‘El Turco’ Gil en su academia ha descubierto grandes talentos, y la gran mayoría de los noveles y exitosos acordeoneros han pasado por su tutoría, este gran músico no solo se preocupa porque los niños aprendan con disciplina y juicio sobre música vallenata, sino que además los apadrina y les enseña ciertos valores, como el respeto hacia el prójimo y sobre todo hacia los mayores, la importancia de ser buenos estudiantes y buenos hijos, la sencillez, y principalmente les instruye cómo comportarse ante el público, y no es para menos, pues el maestro los ha llevado a visitar hasta presidentes de estado de los países más poderosos del mundo, representando con grandeza nuestra música, el hecho de que estos niños brinden conciertos con altura en lugares exclusivos, les ha permito “foguearse” e ir saboreando las mieles del éxito, adquiriendo una madurez musical y personal por así decirlo, lo que redunda en que más adelante, cuando tengan sus propias agrupaciones, no se dejen amilanar o atropellar por la fama, porque ya ellos están acostumbrados a codearse con las altas esferas, esta es una de las fortalezas de que los nuevos prospectos se formen en un verdadera academia como la de Andrés, porque allí adquieren buenas relaciones, a diferencia de algunos que han tenido el infortunio de relacionarse solo con gente que no vale la pena o que gozan de muy buena reputación.

Me sorprendí al conocer de manera directa la gran cantidad de extranjeros que vienen a pasar temporadas a nuestra tierra, con el único propósito de capacitarse en esta academia: rusos, norteamericanos, panameños, franceses, mexicanos, venezolanos, canadienses y de muchos otros países, así como pude ser testigo de la llegada de buses repletos de turistas con el ánimo de tomarse fotos y conocer este importante semillero, el Maestro Gil tiene un despacho de puertas abiertas y está dispuesto a atender a todo aquel que vaya en busca de aprendizaje o también de información, o simplemente a deleitarse viendo como niños de cualquier edad y de todos los estratos sociales aprenden a interpretar el acordeón, y de qué manera.

Las cosas buenas y positivas hay sin duda que resaltarlas y esta labor de ‘El Turco’ toca exaltarla y apoyarla. La academia cuenta con más de 10 instructores y son más de 300 niños instruyéndose en la actualidad, lo más importante es el interés que la comunidad internacional ha venido mostrando en torno a nuestro folclor, gracias a que conocen de él, porque en algún momento han visto a Los Niños Vallenatos del Turco Gil, que sin duda fueron los pioneros en representar nuestro folclor internacionalmente a nivel infantil.